novela policíaca

¡Entrevista a Jordi Sierra i Fabra!

Jordi Sierra i Fabra Blog

Jordi Sierra i Fabra. Foto: © Francesc Gómez

Jordi Sierra i Fabra nació en Barcelona en 1947. Empezó a escribir a los 8 años, tras un grave accidente que estuvo a punto de costarle la vida. A los 12 escribió su primera novela larga de 500 páginas. Tras abandonar sus estudios de aparejador para trabajar como comentarista musical, empezó a destacar como autor de literatura infantil y juvenil. Escritor prolífico y gran lector, su obra abarca múltiples géneros: ciencia ficción, novela policiaca, histórica, poesía, ensayo, realismo crítico, infantil y juvenil, etc. Ha escrito más de 400 libros y ha ganado multitud de premios por su obra en castellano y en catalán. Creó la Fundació Jordi Sierra i Fabra, en Barcelona, y la Fundación Taller de Letras Jordi Sierra y Fabra para Latinoamérica en Medellín, Colombia, con dos objetivos principales: promover la lectura entre las nuevas generaciones y ayudar a jóvenes autores. En 2008 publicó Cuatro días de enero / Quatre dies de gener, que inicia la serie del ex inspector republicano Miquel Mascarell, ambientada en la Barcelona de mediados del siglo XX. Tres días de agosto / Tres dies d’agost, de reciente publicación, es la séptima novela de la serie.

Como autor, tu obra ha tocado múltiples géneros, desde la ciencia ficción hasta la novela infantil y juvenil pasando por la novela negra y policíaca, histórica, poesía, etc. ¿Por qué escribes novela negra? ¿Y por qué una serie ambientada en los años de la postguerra española?

Mis primeros libros, escritos desde los 8 a los 12 años, ya eran policiacos. Fue el primer género que toqué. Estos libros están expuestos en el museo de la Fundación de Barcelona, a partir de los 10 años tienen 100 páginas cada uno. Y más que negro, me defino como eso: policiaco. En mis novelas no hay tipos duros, mujeres fatales a la americana o cosas así. Pasan en España, y lo que hay aquí es lo que intento reflejar, da igual la época.

Lo de Miquel Mascarell fue un accidente. Durante 20 años quise escribir una novela ambientada en los cuatro últimos días de la Barcelona republicana, esos días en los que la ciudad, bombardeada, con hambre y frío, espera la entrada de las tropas vencedoras. Finalmente me decidí por lo más obvio: una novela policiaca. Así fue como nació Miquel, el último policía de Barcelona investigando el último caso, hasta el final, a pesar de que sabe que en cuanto entre Franco van a fusilarle.

El éxito del primer libro hizo que la gente me pidiera que no le matara, que se salvara y escribiera más. Hice otros dos, Siete días de julio y Cinco días de octubre, y la gente volvió a engancharse y a pedir que siguiera. A mí, que me cuesta muy poco inventar historias y tramas, me pareció genial. Seguí. Cada novela es un caso, individual, pero leídas en serie muestran la evolución de los dos personajes, Miquel y la mujer que le ayuda a sobrellevar el hecho de ser un superviviente, Patro. Ahora ha salido el séptimo y yo ya he escrito el del próximo año, Ocho días de marzo, que se desarrolla en medio de la famosa huelga de los tranvías de Barcelona, el primer desafío al régimen tras la guerra. De esta forma, junto al caso detectivesco de turno, hablo de un marco histórico esencial, como en Tres días de agosto recupero el recuerdo de los bombardeos de Barcelona de marzo de 1938

Cuatro días de enero recrea los cuatro últimos días de la Barcelona republicana a finales de enero de 1939, justo antes de la entrada de las tropas franquistas. ¿Novela negra, histórica o mezcla de géneros?

Es, ante todo, una novela policiaca. Lo secundario, aunque sea parte de su éxito, es que transcurra en un contexto histórico determinado. No hay mucha narrativa de los años 40, de cómo se vivía, qué pasaba. Digamos que la época es el guante perfecto para la trama policial. Miquel Mascarell es un perdedor renacido, que se aferra a la supervivencia a través del amor y la lucha de todo ser humano por resistir en la adversidad, sin rendirse.

Mascarell 1

Tras esta primera novela, encontramos a Miquel Mascarell en Siete días de julio, Cinco días de octubre, Dos días de mayo, Seis días de diciembre y Nueve días de abril hasta llegar a Tres días de agosto. ¿Por qué elegiste números y meses para los títulos de la serie?

Otro azar. El título de la primera era inequívoco, sucedía en cuatro días de enero. Cuando hice la siguiente, para que el lector se acordara de la primera, volví a escoger un número y un mes. Y con la tercera igual. Eso creaba una unidad. Pero como la gente siguió pidiéndome más, ya tuve que seguir así. El libro del próximo año ha sido el más complicado estructuralmente porque sólo me quedaba el ocho (el uno es poco y el diez me parece excesivo para un caso), pero logré hacerlo bien y estoy feliz con el resultado. A partir de aquí ya veré como sigo. Imagino que el de 2018 se titulará algo así como Un día de junio y X de julio. Y tras este, si sigo, vuelta a empezar, cambiando días y meses. Supongo que el lector nuevo se hará un lío, pero el adicto los devorará. Ya es tarde para cambiar.

Tres días de agosto sitúa la acción en agosto de 1950. El calor es bochornoso y Miquel y Patro, su joven esposa, deciden pasar un agradable día de playa. Pero Patro desaparece y Miquel cuenta con tres días de plazo para resolver un caso que se cerró en falso en 1938. Si no lo consigue, ella morirá. ¿Está basada la novela en algún caso real? ¿Sufriremos mucho los lectores con esta nueva aventura de Mascarell?

No, caso real no. Todos son inventados, aunque utilice detalles verosímiles y ciertos en el entorno. Soy minucioso en eso. En Tres días de agosto salen combates de lucha libre y los nombres son reales, por ejemplo. Pero, como dice la portada, es el caso más personal de Miquel porque lo que está en juego es la vida de su mujer. Creo que el final es muy duro, de los mejores de la serie, y claro, el lector empatiza con los personajes y no quiere que les pase nada malo. Lo mismo sucede con el próximo, donde aparece un superviviente de Mauthausen y así hablo de los campos nazis de exterminio.

Con Tres días de agosto llegamos a la séptima novela de la serie. ¿Continuaremos disfrutando de las aventuras de Miquel Mascarell? ¿Hasta cuándo?

Como ya he dicho, el octavo ya está escrito, y la editorial, sabiendo que siempre trabajo con tiempo, para pensar bien las cosas aunque luego sea rápido escribiendo, ya me ha pedido que empiece a darle forma al noveno, el que saldrá en marzo de 2018. En la vida nada es eterno, pero, de momento, Miquel tiene cuerda para rato. El día que los lectores me digan que se han cansado o que yo me repito, adiós. Hay más cosas siempre por escribir.

¿Puedes adelantarnos algo de la octava novela protagonizada por Mascarell?

En Ocho días de agosto un ex policía que trabajó con Miquel los últimos meses antes de la guerra civil reaparece en Barcelona. Primero estuvo en los campos de refugiados del sur de Francia, después sirvió en las Compañías de Trabajo que hicieron la Línea Maginot, y finalmente acabó en Mauthausen, donde Serrano Suñer le dijo a Hitler que liquidara a los ex combatientes españoles y, así, un problema menos. Eran cinco amigos y uno fue el culpable de la muerte de tres. Ese hombre regresa para matarle. Y… hasta aquí puedo leer. Pero advierto: la novela tiene un doble final antológico (si se me permite decirlo).

¿Decides la trama y el final de tus novelas antes de empezar a escribir?

Escribir es el último paso del proceso, el más sencillo. No he hecho otra cosa en la vida que escribir, así que tengo oficio. Primero trabajo las ideas en mi cabeza durante meses, junto a otras, en una inmensa olla donde conviven todas. Poco a poco les doy forma, paso a la investigación si requiero datos que no tengo, y finalmente con el inmenso puzzle me aíslo (aviones, hoteles, islas minúsculas, sin móvil ni TV ni periódicos) y hago el guion, absolutamente detallado y minucioso. Los libros policiacos son los que requieren de un guion previo más elaborado, porque no puede quedar nada en el aire ni suelto, todo ha de encajar al final, y además no hay que engañar al lector con trucos de última hora ni trampas, y mucho menos casualidades. Hay que currárselo. Todo está en el libro, el lector sabe lo mismo que Miquel, avanza con él.

Mascarell 2

Antes de convertirte en escritor de éxito, fuiste un gran lector. ¿Podrías decirnos cinco autores y novelas favoritas de tus años de adolescente?

Mi primer libro de cabecera fue Las mil y una noches. Luego, más que un libro, fueron series: Guillermo Brown, de Richmal Crompton, Tarzan, de Edgar Rice Burroughs, Las aventuras de los cinco, de Enyd Blyton… y los tebeos de El Capitán Trueno, Rip Kirby (mi primer héroe policiaco) y Flash Gordon (el primero en ciencia ficción), estos dos últimos dibujados por el gran Alex Raymond. Después de estos años de infancia y preadolescencia, leí de todo, Verne, Salgari… hasta llegar a mis dos obras decisivas, El filo de la navaja, de William Somerset Maugham, y, sobre todo, el libro que me cambió la vida y me ayudó a saber qué quería y cómo quería conseguirlo, El manantial, de Ayn Rand. Yo quise ser ese artista (arquitecto en este caso) capaz de destruir su obra antes de que se la manipulen.

Aquí y ahora, tus cinco autores preferidos y cinco lecturas negras recomendadas son…

Me cuesta mucho encontrar libros que me gusten. Soy escritor. O les pillo en seguida el final o no me gustan. Encima hay mucho famosillo sobrevalorado. Como decimos en catalán, todo es “sang i fetge” y no es mi estilo. Me quedo con los de casa, Francisco González Ledesma (mi “garganta profunda” en los primeros Mascarells, y cómo le echo de menos, ¡qué memoria la suya!), Andreu Martín, Juan Madrid… Citar cinco libros no lo haré, porque lo que me interesa es el autor, su estilo narrativo. Si uno sabe escribir y cómo contar una historia, es suficiente.

Los dos objetivos principales de la Fundació Jordi Sierra i Fabra, en Barcelona, y la Fundación Taller de Letras Jordi Sierra y Fabra para Latinoamérica de Medellín, son promover la lectura entre las nuevas generaciones y ayudar a jóvenes autores en sus primeros pasos literarios. ¿Satisfecho con el resultado?

Jamás imaginé en 2004, cuando las puse en marcha las dos, que llegaríamos tan alto y a tanta gente. Es impresionante y me siento feliz y orgulloso, sobre todo de mis equipos en las dos ciudades. Hablo de gente comprometida hasta el tuétano. Mi director de Medellín podría ganar cinco veces más y llegar incluso a un cargo político, pero sigue ahí, trabajando por la ciudad que en los 90 llevaba el estigma de ser la más violenta del mundo y que ahora no está ni entre las 20 o 30 primeras. Una ciudad-modelo a la que ha salvado la cultura y ha merecido repetidos premios a la innovación, la convivencia, etc. Allí hemos llegado a asistir a 130 o 140.000 chicos y chicas al año, con libros, seminarios, clases, etc. En Barcelona tuve que ganar el Premio Ciudad de Torrevieja en 2011 para conseguir el dinero con el que poner en marcha el Centro Cultural que, por fin, inauguramos en 2013. En tres años hemos hecho clases (de pintura, de lengua), conferencias, obras de teatro, espectáculos musicales, conciertos, presentaciones… Es ya un polo esencial en el barrio de Sants. La prueba de que estamos en el buen camino es que en 2010 nos dieron el Premio IBBY-Asahi de Promoción de la Lectura, el más importante del mundo en la materia, y en 2015 la Medalla de Honor de Barcelona. El Premio Literario Jordi Sierra i Fabra va por su onceava edición, y la revista literaria on line, gratuita, www.lapaginaescrita.com, para enseñar a escribir, se lee y descarga en todos los países de habla hispana.

Consejos para un autor novel…

Nunca doy consejos. Primero porque no soy quien para darlos, y segundo porque no me fío de la gente que da consejos. ¡Son los que menos los siguen, y se ponen tan pomposos, levantando el dedo índice, cuando los dan…! Yo predico con el ejemplo. Tengo el premio literario, la revista on line, y el libro La Página Escrita (editado por SM), en el que les cuento a esos chicos y chicas todos mis trucos, cómo escribir, preparar historias, qué hacer, etc. Si alguien quiere saber qué le diría a un futuro autor/a, todo está en ese libro.

Por último, háblanos de tus proyectos de futuro…

Seguir escribiendo. Los libros que saldrán en 2017 e, incluso, alguno ya en 2018, están escritos y en poder de mis editores, que los programan cuando quieren y yo no me meto. Mi método de trabajo no tiene nada que ver con el de la mayoría. Cada año preparo guiones previos de septiembre a mayo, sobre todo en los viajes, que es cuando puedo pensar libremente, y los guardo para el verano. Así que ahora, a comienzos de mayo, me voy a mi casa de la montaña y allí paso cuatro meses escribiendo sin parar, uno tras otro. Es mi época más productiva y cuando nunca viajo. A mediados de septiembre abandono mi retiro y voy a Medellín. Después, me tocará viajar a México en noviembre, y luego a… That’s life!

Desde Mucho Más Que Un Libro te deseamos muchos éxitos.

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