¡Sábado negro en Taradell Negre!

Un sábado negro maratoniano en cuanto a charlas, interesantes mesas redondas y presentaciones de las últimas novedades negras esperaba a Mucho Más Que Un Libro en Taradell Negre, Festival de Novel·la Negra Catalana el pasado 9 de abril. Taradell, localidad de la comarca de Osona, se suma al circuito de los festivales literarios negrocriminales que empiezan a florecer a lo largo y ancho de la geografía catalana y celebró su primera edición para disfrute de los amantes del género, ávidos de eventos culturales tras dos años de agotadoras restricciones.

Muchos reencuentros, abrazos y felicitaciones entre los más madrugadores que asistimos a la primera mesa redonda de la jornada, Els joves també negregen, con Empar Fernández (Som uns pringats), Xavier Gual (Atrapats), Arturo Padilla (La casa del cementiri de cotxes) y Ramona Solé (Quan la boira ens cobreix). Irene Solanich coeditora de Llibres del Delicte, actuó como moderadora y apuntó que «en vuestras novelas predomina el lenguaje audiovisual”, quizás imprescindible para intentar llegar a los más jóvenes cuando la atracción de las “pantallas” y las redes sociales sin control está ganando la batalla a la lectura.  En pleno siglo XXI, es todo un reto escribir para que las jóvenes generaciones descubran, de alguna forma, el placer de la lectura.

Parlem de premis, segunda mesa redonda de la mañana, nos trajo a Salvador Balcells (Quan la mort truca a la porta), Silvia Mayans (La dreçera de Caïm), Jordi Santasusagna (Porcs) y Marc Quintana (Els culpables). Moderados por Irene Solanich nos descubrieron que sus novelas, todas premiadas, están ambientadas en el mundo rural, excepto Quan la mort truca a la porta, mezcla de novela histórica y negra, que sitúa la acción en Reus, una de las ciudades más importantes de Cataluña a finales del siglo XIX. Para escribir una novela es imprescindible conocer el ambiente y, en el caso de pueblos pequeños “no existe el anonimato. Si se comete un crimen, sabes quién es el asesino”, reveló Marc Quintana. “Mi obsesión es que el pueblo, el territorio sea un personaje más de la novela”, apuntó Jordi Santasusagna, mientras que para Salvador Balcells lo más importante es la época y “si sitúas tu historia en el siglo XIX la documentación previa es imprescindible”. ¿Y qué podemos decir de los personajes? “Han de ser reales, con sus lados oscuros y sus decisiones equivocadas”, comentó Silvia Mayans, que abandonó una gran urbe (Barcelona) para instalarse en Arnes, un pequeño pueblo de La Terra Alta (Tarragona) en 2009.

Dos Mossas d’Esquadra muy diferentes (Valentina Palau, rica heredera de la familia Pi i Blanquerna, y la sargento Anna Grimm) y dos amigas muy curiosas (la fotógrafa Mercè Juanhuix y su amiga/empleada Elisa Dorca) fueron las protagonistas de la mesa redonda Policies i amigues tafaneres. De la mano de Núria Martínez (comisaria del festival y autora de Peces d’un trencaclosques), Montse Sanjuan (Anna Grimm. Xarxes Criminals), Maria Sardans (Lluna vella) y Esther Vila (La casa de les hores comptades) nos desvelaron algunas características de sus protagonistas. Valentina Palau ha encontrado un sentido a su vida al convertirse en Mossa d’Esquadra. “Proviene de una familia muy rica y el dinero la ayuda a resolver su primer caso en L’àngel negre, a la vez que oculta crímenes en Lluna vella”, explicó Sardans. Xarxa criminal es la cuarta entrega de la serie de Anna Grimm, tras La sergent Anna Grimm, El misteri del bresool buit y Memòria mortal. “Mi protagonista nació como un homenaje a Henning Mankell y a su personaje, el inspector Kurt Wallander que va evolucionando a lo largo de la serie y creo que no sería capaz de matar a mi personaje, como Mankell tampoco pudo matar al suyo”, corroboró. Y en cuanto a Mercè y Elisa, las hijas literarias de Esther Vila, “no son las protagonistas, sino el hilo conductor de las novelas. Ellas topan con un misterio y tiran del hilo, pero nunca llegan a descubrir toda la verdad, esto lo reservo para el lector”, confesó la autora. Mercè Juanhuix y Elisa Dorca ya han visto publicadas cuatro de sus aventuras (Els bessons rera la finestra, La bossa de seda, Imatges del meu enterrament y La casa de les hores comptades).

¿La realidad supera a la ficción? Con Jordi Cervera como moderador, Sebastià Bennasar, Joan Miquel Capell, Andreu Martín, Tura Soler y Rosa Ribas debatieron sobre el tema tras disfrutar de un descanso y una reparadora comida en el Hotel Rosa-Bistrot. Andreu Martín opinó que “la ficción siempre bebe de la realidad” y añadió que el material real que aportó el ex comisario de los Mossos d’Esquadra, Joan Miquel Capell, para escribir Policies, es sorprendente. Tura Soler, periodista especializada en sucesos, explicó que El pantà maleït no es ficción, sino realidad y decidió escribir el libro porque los crímenes del pantano de Susqueda, todavía sin resolver, generan interés en el lector. Sebastià Bennasar eligió una pareja gay para liderar su mafia lionesa en El somriure dels guepards porque “no es algo muy habitual en novelas negras”. Por su parte, Rosa Ribas (Els bons fills) defendió que todos estamos llenos de rarezas y “esto es lo que nos hace interesantes” y también advirtió del peligro de insensibilizar al lector si la narrativa de hechos reales (True Crime) y de ficción deriva hacia la morbosidad”.

“El relato corto puede animar a los jóvenes a leer”, comentó Susana Hernández en animada conversación con Anna Maria Villalonga. Ambas reivindicaron el cuento y las antologías de relatos y citaron como pionera a Elles també maten, una recopilación de relatos escritos por mujeres escritoras en lengua catalana. “Fue una idea de Marc Moreno, escritor y editor de Llibres del Delicte y Elles també maten, coordinada por Anna Maria Villalonga, fue publicada en 2014 con gran éxito. Dos años después, vio la luz Noves dames del crim. A estas primeras iniciativas siguieron otras y la publicación de relatos cortos ya no es una rareza en el mundo editorial. Entre las recientemente publicadas citaremos H.Negra (en castellano) coordinada por el recientemente fallecido Fernando Marías, con veintidós relatos cortos protagonizados por mujeres que no pueden ser agentes de policía ni representantes del aparato de la justicia; La cervesa de la Highsmith, recopilación  de relatos para conmemorar el centenario del nacimiento de esta excepcional escritora de género negro y Somia Philip Marlowe amb xais elèctrics? a medio camino entre la novela negra y la ciencia ficción.

En un festival de género negro no podían faltar las Històries més fosques que el carbó que nos trajeron Marc Moreno (Després de la vergonya), Margarida Aritzeta (Encara hi ha flors) i Cesc Cornet (#Finsaquí) moderados por Núria Martínez. “Siempre explicamos cosas que nos afectan y Després de la vergonya es mi novela más personal, un thriller introspectivo y psicológico”, explicó Marc Moreno, mientras Margarida Aritzeta nos presentó “una novela de kilómetro 0, que transcurre en el Monestir de Santes Creus durante el primer confinamiento. Los personajes explican historias que hablan del pasado y esto, a veces, es peligroso”, advirtió. Por su parte, Cesc Cornet, maestro y escritor, debuta en la novela negra con #Finsaquí, una novela coral que sitúa la acción en el alarmante aumento de suicidios juveniles inducidos por las redes sociales.

El bandolerismo en Cataluña durante los siglos XVII al XIX centró uno de los debates más apasionantes de Taradell Negre. Participaron Margarida Aritzeta, Llorenç Capdevila, Martí Gironell y Rafael Vallbona, mientras Antoni Pladevall actuó como moderador. Fueron tiempos muy difíciles, la vida humana valía muy poco y “hemos de entender que para sobrevivir haces lo que sea”, admitió Martí Gironell, autor de La venjança del bandoler, que novela la vida de Boquica, “un personaje con muchas caras” que sirvió a los dos bandos durante la invasión napoleónica. En Bandoler, Margarida Aritzeta recrea la historia de Joan Serra “La Pera”, partidario de Napoleón, que con la derrota de las tropas francesas se convirtió en un proscrito y tuvo que asaltar masías para sobrevivir. Sin embargo, Joan Sala, alias Serrallonga, es quizás el bandolero más legendario en el imaginario del bandolerismo catalán y a él se dedican Serrallonga, l’últim bandoler, de Llorenç Capdevila y Serrallonga, de Rafael Vallbona. Serrallonga vivió en el siglo XVII, asaltó carruajes reales, fue perseguido por el ejército de Felipe IV y, finalmente, fue capturado y ejecutado. Murió en la horca en 1634.

En ocasiones, las novelas nos llevan a territorios lejanos Més enllà de les nostres fronteres. Así, la última mesa redonda de esta primera edición de Taradell Negre nos hizo viajar a Portugal con La cantant de Fado de Jordi Campoy, a los fríos bosques de Canadá en Camí de cendres, de Biel Cussó y a los imponentes fiordos noruegos en Silenci al fiord, de Gemma Romeu. Núria Martínez fue la conductora, una vez más, de un maravilloso recorrido literario negrocriminal que descubrió que Gemma Romeu no ha estado nunca en Noruega, aunque se documentó exhaustivamente para escribir la historia que nos cuenta Silenci al fiord. Biel Cussó explicó que “necesitaba una frontera y encontrar zonas boscosas, frías y aisladas como las de Canadá, porque la trama aquí no funcionaba”. En cuanto a Jordi Campoy, quedó enamorado de Portugal tras un viaje “en el que tuvimos un guía cantante de fado. En tres años hemos vuelto catorce o quince veces”. ¡Impresionante!

Taradell Negre, un nuevo festival que irrumpe con fuerza en el universo literario de la novela negra catalana. ¡Os deseamos muchos éxitos!