¡Crímenes en las marismas!
La desaparición de dos chicas adolescentes durante las fiestas en un pequeño pueblo de las marismas del Guadalquivir provoca la llegada de dos detectives de homicidios desde Madrid. Así arranca la trama de La isla mínima, un excelente thriller con trasfondo sociopolítico que sitúa la acción a principios de la década de los ochenta, cuando la democracia todavía distaba mucho de estar consolidada.
Estamos en 1980. Pedro (Raúl Arévalo) y Juan (Javier Gutiérrez), dos policías expedientados, llegan a una pequeña comunidad rural de Andalucía. Ambos son muy diferentes en métodos e ideología (Pedro, más joven, es un policía demócrata que mira hacia el futuro mientras que Juan fue miembro de la brigada político-social durante el franquismo), pero están condenados a colaborar para resolver el caso.
A pesar de la indiferencia, cuando no hostilidad de los vecinos, la investigación policial revela que en los últimos años han desaparecido otras jóvenes. Todas tienen en común un deseo: abandonar el pueblo y ampliar sus horizontes. Y, en sus indagaciones, los policías descubren que las marismas son un terreno abonado para la caza furtiva, el caciquismo y el tráfico de drogas. Y también que en una comunidad aislada y anclada en el pasado los lobos de siempre se apoyan unos a otros para que nada cambie.
Dirigida por Alberto Rodríguez (Sevilla, 1971), cineasta español que cuenta en su haber con películas sobresalientes como 7 vírgenes (2005) After (2009) y Grupo 7 (2012), La isla mínima se ha alzado con el premio Feroz Zinemaldia concedido por la prensa especializada a la mejor película concursante en la sección oficial del 62 Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Por su parte, Javier Gutiérrez ha recibido la Concha de Plata al Mejor Actor por su interpretación de Juan, el detective que arrastra un oscuro pasado.
¡Un thriller imprescindible que muestra la tensión latente en la España de la Transición! ¡No os lo perdáis!