¡Crisis y crimen, la pareja perfecta!
Seth Lloyd (1960), profesor de mecánica cuántica en el Massachussets Institute of Technology, vaticina que “habrá otra crisis financiera de proporciones épicas” y nosotros sospechamos que no estamos saliendo de la crisis que explotó en 2008, ni mucho menos. Pero sí estamos seguros de esto: la crisis y el crimen caminan codo a codo, como demostró el polifacético Alfredo Álvarez, periodista, escritor, profesor y director de teatro, en la interesante conferencia Crisi i crim. Una societat molt ben avinguda, celebrada el martes 17 de febrero en la Biblioteca La Bòbila, de L’Hospitalet.
Cuando sabemos que el gasto mundial en armamento ronda los 700.000 millones de dólares al año, entendemos que la crisis financiera no debería haber afectado al resto de la sociedad. Pero sí que nos ha afectado y mucho. Al amparo de las medidas adoptadas para “luchar” contra la tan cacareada crisis económica se han incrementado hasta niveles insostenibles la precariedad y la pobreza, y ha aumentado la delincuencia promovida por el paro y la falta de expectativas, así como el número de suicidios. Mientras, se agudizan las diferencias entre ricos y pobres y resurgen los partidos neofascistas. “No olvidemos –nos recuerda Álvarez– que una crisis así catapultó a Hitler al poder y, actualmente, en Francia, un partido neonazi va primero en las encuestas”.
Albert Einstein (1879-1955) ya dio la voz de alarma en 1926, al advertir que “la anarquía económica de la sociedad capitalista es, en mi opinión, la verdadera fuente del mal capaz de generar crisis y crímenes para conseguir sus fines”. Más recientemente, Salil Shetty, actual Secretario General de Amnistía Internacional, ha alertado sobre la alarmante explotación de los trabajadores extranjeros en Qatar, sede del Mundial de fútbol en 2022. Los trabajadores inmigrantes que construyen las infraestructuras y los estadios son “tratados como ganado” y el número de muertos en las obras ya supera los 1.200, según denuncia la Confederación Sindical Internacional (CSI).
Ni siquiera los más altos mandatarios de una nación están a salvo cuando intentan limitar el poder de los que detentan el control del dinero. Abraham Lincoln fue asesinado el 14 de abril de 1865. “Había dicho –cuenta Álvarez– que tras acabar la guerra pondría freno al poder de los banqueros”. La guerra terminó oficialmente el 9 de abril de 1865 y cinco días más tarde caía asesinado por un supuesto simpatizante del Sur. Casi un siglo más tarde, en junio de 1963, John F. Kennedy promulgó una ley para limitar el poder de la Reserva Federal (FED), el banco central de los Estados Unidos. Fue asesinado en Dallas el 23 de noviembre del mismo año en un atentado nunca aclarado.
Abundante literatura de ficción y no ficción se nutre del tándem crisis-crimen. En el capítulo de no ficción, hablamos, por ejemplo, de La casta. El increíble chollo de ser político en España, del periodista Daniel Montero; Confesiones de un gánster económico, de John Perkins, ex sicario de la CIA arrepentido; El precio de la desigualdad, del Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz y Los amos del mundo, de Vicenç Navarro y Juan Torres López. Y junto a estas obras divulgativas imprescindibles, encontramos innumerables novelas negras, entre las que citaremos Dinero negro (Black money, 1966), de Ross Macdonald; De mica en mica s’omple la pica (1972), de Jaume Fuster, o la Trilogía de la crisis, de Petros Márkaris. El séptimo arte tampoco se queda atrás, con películas negras que alertan sobre los oscuros negocios bancarios como Dinero en la sombra (2009), dirigida por Tom Tykwer, o Save the tiger (1973), protagonizada por Jack Lemmon, un film que aborda la disyuntiva moral de Harry Stoner (Jack Lemmon) un hombre al borde de la ruina, atrapado entre su pasado y su presente.
¿Qué podemos hacer para romper el dúo letal crisis-crimen? Desde Mucho Más Que Un Libro apuntamos para la reflexión una frase del filósofo e historiador británico Arnold Joseph Toynbee (1889-1975): “El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan”.