Entrevistas Novela fantástica

Descubrir secretos: “Vientos del pasado. Nieve y Arena”

Helen Flix nació en Barcelona en 1959. Es Licenciada en Psicología Clínica y de la Salud, y ha cursado estudios superiores de Música, Medicina y Nutrición Humana. Estudió Medicina Tibetana en Nepal, India y Tíbet. Es directora de L’Espai Psicosalut de Barcelona, donde imparte cursos de Mindfulness, Hipnosis, Crecimiento Personal y Medicina Tibetana, ejerciendo de Psicoterapeuta Holístico. 

Tuvo la suerte de convivir con distintas tribus americanas: Hopi, Siuox, Incas, Shipibos-Conibos y de colaborar con distintas ONG en India, así como experimentar retiros espirituales en el Monasterio Budista Tibetano de Shar Gaden. Como escritora lleva publicados una veintena de libros entre novelas, medicina tibetana, crecimiento personal y thrillers que podéis encontrar en la página web https://www.helenflixescritora.com. De entre sus libros destacamos hoy la serie de literatura fantástica y de ciencia ficción “Vientos del pasado. Vientos del futuro” y el primer volumen de “Vientos del pasado: “Nieve y Arena”

“Nieve y Arena” nos introduce en un mundo fantástico, feliz e igualitario en apariencia, que emerge tras una hecatombe nuclear ocurrida cientos de años atrás. ¿Te has inspirado en grandes obras del género de la ciencia ficción para crear este universo mágico, aunque no exento de envidias, conspiraciones, traiciones y luchas por el poder?

“Nieve y Arena” tiene mucha influencia de los libros de Aldous Huxley “Un mundo feliz” y “La isla” en cuanto a ese mundo del futuro feliz e igualitario, pero con giros que nos llevan más a la saga de “Dune” de Frank Herbert y de la reciente serie “Juego de Tronos”. Por cierto, no he leído los libros, pero siempre me ha recordado la estructura de “Dune”.

Aunque, en principio, pretendía ser la continuación de mi novela “Thor, el iniciado: Historia del Tiempo (2004), poco a poco cogió identidad propia convirtiéndose en un nuevo proyecto.

Aunque has escrito libros de muy diversos géneros literarios, en 2006 iniciaste una serie de novelas negro-policíacas protagonizada por una psicóloga y perfiladora criminal, Laura Mestres. Hasta hoy, la serie cuenta con cuatro novelas (Susana, historia de una obsesión (2006), En nombre de Dios (2008), El asesino del Covid 19 (2020) y La Molina, caso cerrado (2021). ¿Por qué este cambio de registro?

Por qué en realidad el cambio de registro fue escribir la novela policial. Mis principios como escritora habían estado basados en novela épico-fantástica y de espiritualidad con toques de psicología positiva y constructivista, Mi primera novela fue “Nuevos Amaneces” publicada en 1995 por QBLH; la segunda “Thor, el iniciado: Historia del Tiempo” (2004).

En aquella época estaba muy influida por las lecturas de Aldous Huxley, Dune, de Frank Herbert, la trilogía de Louise Cooper, “El señor del Tiempo” y “El Alquimista”, de Paulo Coelho. Al ver que mi hijo mayor consumía estos libros junto con los deEl Señor de los Anillos lo vi como una oportunidad para hacerle llegar lo que enseñaba en mis cursos y a mis pacientes de una forma entretenida, él era entonces mi lector 0.

Laura Mestres fue un reto que me plantearon entre mi hijo Héctor y mi editor de entonces Ramón Abadia. Nunca pensé que me daría tantas alegrías.

¿Cómo se gestó Vientos del pasado. Nieve y Arena?  ¿Estamos ante la primera entrega de una serie de ciencia ficción o de una trilogía?  

Se gestó al coger identidad propia como una trilogía. Por eso, su título original es Vientos del Pasado Vientos del Futuro y el primer libro: “Nieve y Arena”, pero al diseñar la portada, que me cautivó, nos encontramos que si poníamos tantas letras la estropeábamos.

Un libro espiritual, filosófico, de aventuras, ciencia ficción, fantasía… ¿Cómo calificarías Vientos del pasado?

Es un poco difícil etiquetarlo porque tiene un poco de todo: espiritualidad, ciencia, filosofía, aventura, fantasía, ocultismo, ciencia ficción y mucha psicología. Es un poco un resumen de mis conocimientos y aprendizajes en religiones, culturas étnicas, estudios científicos.

En esta primera entrega, el mundo parece haber alcanzado la armonía tras la hecatombe nuclear que arrasó el planeta. Todo parece estar bajo control de un ente superior, incluso el pensamiento, para lograr ser permanentemente felices, sin preocupaciones ni plantearse siquiera la posibilidad de vivir de otra manera. ¿Podríamos considerar la novela como una revisión de Un mundo feliz (1932), de Aldous Huxley, o se acercaría más a 1984, la ficción distópica que George Orwell escribió en 1947?

En principio pensé más en la evolución del mundo que “Thor, el iniciado” planteaba al final de la novela y por ello surgió la idea de un mundo feliz. Poco a poco, al releerlo, me fue llevando a sensaciones experimentadas con la lectura del libro de Aldous Huxley. En la segunda parte posiblemente encontraremos más similitudes con “1984”, de George Orwell.

Necesitaba volver a las utopías distópicas, a la magia, la fantasía para poder hablar de cómo utilizamos y pervertimos las palabras para cambiar el pensamiento y la acción, como la        aculturización, el control de las ideologías usando los sesgos psicológicos y las identidades nos están llevando a una realidad que superará la distopía más fantástica que hayamos podido imaginar en novelas o en guiones de cine.

“Las mentiras se repiten tanto que al final se convierten en verdades colectivas”. Este es el pensamiento de uno de los personajes de Nieve y Arena. ¿Cuánto consideras que hay de realidad y cuanto de ficción en esta inquietante afirmación?

Es una gran verdad. Actualmente las fake news que se utilizan constantemente en las redes sociales se basan en esa afirmación. Cuantos más likes y más veces se comparta lo más rápidamente posible la noticia falsa más gente la cree, creándose de esta manera tendencias de opinión o protestas sin base alguna, que solo sirven a los intereses partidistas de alguien.

Druidas, magos, sabios, elfos, hadas, ninfas del bosque, dríadas y chamanes, seres legendarios como Merlín, el mago consejero del rey Arturo, Morgana, la medio hermana del rey y Nimué, la Dama del Lago, entre otros personajes. Todos forman parte del universo mágico de Vientos del pasado. Nieve y Arena ¿Te has basado en las leyendas artúricas para crear tus personajes?  ¿Y en la mitología, griega, celta, tibetana o de otras culturas?

Al estar la historia repartida en cuatro áreas terrestres (norte, sur, este y oeste) ha dado juego para poder utilizar la magia celta y druídica, el esoterismo del budismo tanto tibetano como zen, tradiciones judaicas y mentalismo. Pero lo más importante es el constructivismo psicológico que va ayudando a crear una cultura de paz social, cultural y personal a lo largo de la saga.

El Árbol de la Vida

El Árbol de la Vida, el corazón del planeta, está agonizando. Muchos no se dan cuenta de que si muere “es la condena a muerte de todos”. ¿Dirías que hay similitud entre “el árbol de la vida” de ficción y los incendios que están asolando la selva amazónica?   

Sí, el Árbol de la Vida simboliza nuestra ignorancia medioambiental, estamos la mayoría de la población indiferentes ante la destrucción de los ecosistemas, nos da tanto miedo perder nuestro modelo de vida occidental de consumo, que no vemos que esto no es calidad de vida y por defender este modelo enfermamos de estrés, de exceso de contaminación, de plásticos en la sangre que pasan a través de lo que comemos y de basura.

Asistimos indiferentes a la tala y quema de bosques en la Amazonía, consentimos la indiferencia de los políticos frente a la contaminación, pensamos que no nos afectará a ninguno o que de algo debemos morir.

Hay poca gente que crea que la Tierra es plana, pero hay mucha que es negacionista del cambio climático y el mundo occidental está ciego e indiferente a la contaminación del aire y del agua por la acción humana.

¿Cuál es el significado del LA en Nieve y Arena? ¿Y a qué te refieres cuando hablas del traspaso del LA a un nuevo receptor?

Cuando estudié Medicina Tibetana había un apartado dedicado a la fecundación y dentro de éste uno dedicado al proceso de la muerte y como van ocurriendo las disoluciones de los elementos y en el instante de la última exhalación del Viento de la Vida (que para nuestra medicina occidental seria la muerte), para ellos aún siguen una serie de procesos entre los que se encuentra la separación de las energías de experiencias psicológicas vividas en este cuerpo actual físico que buscarán ser absorbidas por el familiar más allegado o con el que se sentía una mayor afinidad, regalando con ello la experiencia y sabiduría del fallecido a esa persona.

Los chamanes de las comunidades de Norte América, como los Amazónicos, también practican este ritual, pidiendo a sus ayudantes o alumnos más queridos por sus aptitudes que estén en el momento de su último aliento para hacer esta transmigración de conocimientos.

Lo que me fascinó de la Medicina Tibetana es la precisión científica con la que describen todo el proceso. Ya en el siglo V d.C. describían los óvulos y el esperma infértiles y los casos en los que esta infertilidad podía ser tratada con éxito.

La desertización avanza.

El fenómeno de las EDM (experiencias después de la muerte) también tiene cabida en la novela. ¿Qué puedes contarnos? ¿Se han publicado estudios científicos sobre este apasionante tema?

Hace muchos años viví una experiencia que podemos calificar de EDM y desde entonces he ido buscando explicaciones a la misma.

Se han publicado muchos estudios, unos citados como científicos y otros que sí que lo son. Este es un tema que siempre me ha apasionado y, como psiconeurólogo, he seguido de cerca estos experimentos y publicaciones. En el libro, cito uno de los que a mí más me impresionaron, los lectores podrán buscar por Internet y encontrarán la entrevista completa que cito en uno de los capítulos.

En Vientos del pasado. Nieve y Arena conocemos a los diferentes personajes que habitan este mundo mágico, aunque imperfecto. Los que encarnan la luz luchan contra los adalides de la oscuridad e incluso contra su propia parte oscura en su empeño por alcanzar un mundo mejor y más justo. ¿Qué opinas sobre el bien y el mal? ¿Son inseparables?

El gran drama de la humanidad es la dicotomía constante entre el bien y el mal, pero lo que es bueno y lo que es malo está mediado por normas y convenciones sociales que además van variando con los años en función de los intereses de unos grupos de poder u otros.

El supuesto bien es inseparable del mal, cuánto daño hemos hecho en nombre de Dios y sus normas, o cuantas buenas acciones o intenciones han terminado dañando aún más a sus receptores.

En todos existe un lóbulo frontal derecho y otro izquierdo y es ahí donde se regulan o reprimen según lo que nos han educado nuestros impulsos y nuestros instintos, pero no siempre lo que socialmente está indicado como reprimible coincide con lo que es biológicamente correcto o necesario, y ahí surgirá nuestra lucha y el drama de la humanidad.

Podríamos charlar durante días sobre este interesante tema, que además me apasiona porque es uno de los grandes problemas que lleva a muchas personas a terapia.

El Poblado del Mundo, centro de poder.

Por ejemplo, en el monoteísmo judeocristiano hay un dios omnipotente creador de todo, pero tememos a las fuerzas del mal, al Diablo. Olvidamos que era su hijo preferido, hecho a su imagen y convertido por el mismo en el Señor de los infiernos. No hay lucha entre el bien y el mal, simplemente la Culpa nos hará descender al Infierno para limpiarla y ascender al Cielo cuando esté purgada.

Ves, ya me animo y aquí podemos liarla……. Sigamos con otra pregunta.

¿Tenemos alguna esperanza de mejora y supervivencia de la raza humana y del planeta en la ficción y en la realidad? ¿O, quizás, nos encaminamos a una distopía peor que las que nos describen las novelas?

Provengo de un ideal positivista, pienso que el ser humano es bueno por naturaleza, biológicamente es más inteligente ser bueno porque favorece la colaboración, la cooperación, el amor y la solidaridad. Solo somos violentos cuando creemos en las identidades: el otro o yo, nosotros vs. los otros, el me quita mi comida o cuando líderes religiosos o políticos me hacen temer al otro.

Con lo que estamos viviendo en estos dos últimos años da la sensación de que vamos hacía una distopía: la pandemia, la crisis económica, la supresión de libertades, el control del pasaporte de vacunación, la falta de movilidad por ley, las inundaciones, los terremotos, los volcanes…

Pero si buscamos hay muchas acciones de grupos anónimos silenciosos que están inventando artículos que limpian de basura los mares y la contaminación en la atmosfera, grupos que están promoviendo el regreso a la España vaciada. Así que, igual que en la trilogía, tendremos que luchar y esforzarnos por conseguir ese final utópico. Lo conseguiremos solo cuando seamos capaces de unirnos en proyectos que beneficien a todos.

Será entonces cuando los políticos, para no perder su cuota de poder, se sumarán al nuevo discurso, a la nueva economía y a la nueva sociedad, diciendo que ellos nos han salvado. Esperemos que, como sociedad, de verdad hayamos aprendido y no les dejemos seguir en el poder con distintos trajes.

Esa es una de las ideas finales del libro.

Unicornios voladores.

Dragones de una o dos cabezas, unicornios voladores, blancos y negros… ¿Cuál es el papel de estos seres mitológicos en la saga?

Simbolizar nuestro subconsciente, tener de nuevo la mirada del niño, limpia, sin condicionamientos, para él todo es posible, todo es interesante, todo es alegría y todo es mágico, incluso en medio de un conflicto bélico o de malos tratos.

Es también la esperanza, el reconocer que todo es posible si lo miramos desde una perspectiva diferente o nueva.

A la vez simbolizan nuestro subconsciente en comunicación intuitiva con nosotros mismos.

Y con el subtítulo de la primera entrega, Nieve y Arena, que evoca el frio glacial del Norte opuesto al calor extremo del desierto en el Sur… ¿Qué sugieres al lector?

La tensión entre identidades, la dualidad, en el Norte se protege la vida con la entrega de la propia, en el Sur impera el vicio del poder, del engaño, de las mentiras fratricidas, la política y el juego sucio.

En el frío extremo del Norte se gesta la lucha por la supervivencia de toda la humanidad y en el árido desierto la comodidad que perdura el poder, que lo consiente, aunque sea corrupto.

Volvemos a los antagónicos necesarios para poder avanzar y decidir qué es lo que perpetuamos o qué es lo que cambiamos.

La vida la construimos con las decisiones que tomamos a lo largo de ella.

La novela nos describe con todo lujo de detalles, mundos diversos con sus habitantes organizados en “kibus”, repartidos por los cuatro puntos cardinales, con los poderosos (magos, sabios, elfos, humanos…) que luchan por el control del Árbol de la Vida y el Poblado del Mundo, los dos principales centros de poder. Cuéntanos cómo lo has hecho para crear un universo literario tan complejo.

Ha sido y es arduo, no olvides que estoy con el segundo libro, tengo fichas descriptivas de los personajes, de sus atributos, físico, amores, parientes y que debe aportar cada uno a la historia.

Evidentemente, hay momentos que los propios personajes se escriben a sí mismos y eso me obliga a algunas correcciones en el guion previsto.

El frío extremo del Norte en «Vientos del Pasado. Nieve y Arena»

Me gusta dejarlos fluir, me parecen más sinceros, más reales, más libres y creo que eso hace que los lectores se sientan identificados con algunos de ellos o con sus luchas internas o externas.

¿Para cuándo la segunda entrega de Vientos del pasado? ¿La continuación de la saga forma parte de tus proyectos más inmediatos?

Espero poder tenerla terminada este próximo enero, luego pasarla a mi lector 0, mientras sufre la corrección orto tipográfica y de estilo. Después el editor decidirá cuándo puede publicarse y se elaborará la portada.

Aunque este verano estuve en Toledo buscando información para el nuevo thriller de la serie de Laura Mestres, esta esperará aún unos meses en el cajón hasta que finalice el próximo libro de Vientos del Pasado Vientos del Futuro

Como siempre, desde Mucho Más Que Un Libro te deseamos mucha suerte.

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