¡Ángel Alegre, el nuevo Tom Ripley!
Tom Ripley, el vividor y asesino ocasional protagonista de cinco novelas de Patricia Highsmith, ya tiene su alter ego local en la persona de Ángel Alegre, pintor artístico por vocación y mediador de profesión en Un cadàver inquiet, de Salvador Casas. De las aventuras y desventuras de Alegre, de la supuesta “inquietud” del cadáver y de cómo se gestó la novela hablamos el lunes 19 de noviembre en una agradable velada literaria celebrada en la sala Verdaguer del Ateneu Barcelonès.
Gregori Dolz, editor de Alrevés, el escritor y periodista Sebastià Bennasar, y el propio autor desgranaron para los asistentes la historia de Un cadàver inquiet, que nos empuja a empatizar con el protagonista, Ángel Alegre, un criminal forzado por las circunstancias. “Se trata de una magnífica novela para todos los lectores que buscan la renovación del género. No siempre las novelas negras han de ser narradas por el detective clásico”, opinó Sebastià Bennasar.
En esta ocasión, la historia (una crook-story) está narrada en primera persona por el delincuente, Ángel Alegre, “un personaje que práctica kick-boxing –una novedad en el género- y también se levanta muy temprano para pintar, como yo para escribir”, apuntó Bennasar. Y Salvador Casas, por su parte, explicó que Un cadáver inquiet “trata de suplantación e impostura, pues el protagonista se hace pasar por quien no es para salvar la piel”.
Un cadáver inquiet, novela finalista del III Premi Memorial Agustí Vehí Vila de Tiana, arranca con el intento de mediación de Alegre en la separación de una amiga de su pareja y su violento esposo, Orlando Pomar, un venezolano que forma parte del temible “Cártel de los soles”, grupo delictivo muy activo en el tráfico de drogas. La mediación fracasa aparatosamente, Alegre mata al mafioso en defensa propia y “a partir de ahí sus problemas se multiplican por tres”, explicó Casas. Tras muchas vicisitudes, el protagonista se deshará del cadáver, lo suplantará y acabará actuando como si fuera el mismo criminal para despistar a la policía y a los “amigos” del muerto. No podrá engañar, sin embargo, a Luzdivina, la madame de un burdel barcelonés estrechamente relacionada con Pomar. Una espiral de mentiras, muertos y persecuciones se sucederán, mientras el lector, al igual que ocurre con Tom Ripley, espera y desea que el protagonista salga bien parado del embrollo en el que se encuentra metido y que continúe sobresaltándonos con nuevas aventuras.
Esta es una novela más local que las anteriores de Salvador Casas. Publicada con el número 38 en la colección Crims.cat, de Editorial Alrevés, sitúa la acción principalmente en Girona y Barcelona, con incursiones en bellos parajes de la Costa Brava y ocasionales viajes a Berlín, Ámsterdam y Canal du Midi. “Nos gustan las novelas de proximidad y que la acción esté ambientada en nuestro territorio”, apuntó Gregori Dolz. Otras novelas anteriores de Salvador Casas se ambientaron en Lisboa (L’impostor accidental) y en Brasil (Samba per a un difunt).
Nacido en Santa Coloma de Farners (Girona), Salvador Casas es aficionado a la novela negra desde muy joven y sus autores de referencia son los clásicos del género: Patricia Highsmith, John Le Carré, Graham Greene, Raymond Chandler y Dashiell Hammett, aunque también se siente influenciado por escritores portugueses, especialmente por Fernando Pessoa y sus heterónimos (Alberto Caeiro, Álvaro de Campos, Bernardo Soares y Ricardo Reis). En 2006 publicó Temps difunt, su primera novela, ganadora del VII premi literari del Col·legi d’advocats de Mataró. Le siguieron L’impostor accidental (2007) y Samba per a un difunt (2017). Un cadàver inquiet es su cuarta novela negra, que esperamos tenga continuidad. Pertenece al grupo literario Verum Fictio.
¡No te la pierdas!