¡Crimen en la Línea P!
Unos 6.000 búnkeres se encuentran repartidos por los Pirineos. Forman parte de la llamada Línea P y fueron construidos entre 1944 y 1948 para detener la previsible invasión de los Aliados al terminar la Segunda Guerra Mundial. Y es en los Pirineos donde se desarrolla la acción de No hay luz bajo la nieve, un thriller adictivo y segunda novela del director de Valencia Negra, Jordi Llobregat.
Acompañado por el periodista y escritor Matías Néspolo, Jordi Llobregat presentó No hay luz bajo la nieve en la Casa del Llibre, de Barcelona. La historia gira en torno a un crimen cometido en un pequeño pueblo de las montañas pirenaicas. El cadáver de un hombre desnudo y maniatado, con los párpados cosidos con un alambre, es encontrado sumergido en las aguas heladas de una piscina. La subinspectora de homicidios Álex Serra, que arrastra un pasado todavía no superado, investigará el caso. Mientras, la tormenta de nieve más devastadora de los últimos veinte años está a punto de desencadenarse.
“Nuestra investigadora sufre ataques de pánico por algo que ocurrió años atrás y que cambió su vida”, explicó Jordi Llobregat, que considera que “un personaje sin conflicto no sirve para contar una historia”. Y en cuanto al cambio de escenario en relación a su primera novela, El secreto de Vesalio, ambientada en la Barcelona de finales del siglo XIX, el autor confesó que “quería salir de la ciudad y me fui a la montaña, a los Pirineos, un escenario muy bello a la vez que inquietante”. No hay luz bajo la nieve nos ofrece una trama muy rica y elaborada, un auténtico puzle literario “con omnipresencia del invierno y los Pirineos”, añadió Matías Néspolo.
Jordi Llobregat nació en Valencia en 1971. Estudió Ciencias Empresariales en la Universidad de Valencia y ha desarrollado su carrera profesional dentro del campo de la consultoría. Es director del certamen Valencia Negra, uno de los festivales de referencia del género negro en nuestro país. En 2015 publicó su primera novela, El secreto de Vesalio, libro ambientado en la Barcelona de 1888 y en la que aúna la mejor de las intrigas con el detallismo de una cuidada recreación histórica. No hay luz bajo la nieve, su segunda novela, helará la sangre en las venas del lector y lo llevará a vivir literariamente uno de los inviernos más crudos que se recuerdan en los pueblos de las montañas pirenaicas y en la fantasmagórica Línea P.
¡No te lo puedes perder!