Entrevista a María Serra.
María Serra cursó Publicidad entre 1976 y 1980 y Diseño y Moda en 1985-86 en la Escuela de Arte de Alcoi. Es licenciada en Filología Hispánica –especialidad en Novela Histórica del siglo XIX- por la Universidad de Alicante. Como escritora de narraciones breves, en 1999 fue premiada por el cuento: Caja de guerra. Además de esporádicas colaboraciones en revistas, catálogos de arte y periódicos, publicó una serie de artículos, bajo el epígrafe Atrapar a Mefistófeles en el periódico Comarcal.net. En 2000 creó y dirigió la revista literaria: “El Pie Restante”. En 2004 publicó Dos ancianas, un sobrino, y un desfile de modas, y otros cuentos en la revista de creación literaria burgalesa: “Palabras”. Esla autora de las tres novelas que componen La Trilogía del Desdrama y de la Tetralogía Raleluköides, que se inicia con El despertar de Raleluköides. Encontrareis más información en www.madoserra.com
¿Desde cuando escribes? ¿Te iniciaste con relatos cortos o directamente con novelas
Empecé a escribir principios de novelas para escapar de los deberes del colegio. Y conseguí acabar la primera escapando de los trabajos de la universidad. Los relatos breves que escribí se circunscriben a una etapa concreta. Con la novela me siento a mis anchas.
¿Qué puedes contarnos de tu trayectoria como escritora? ¿Algún género literario favorito?
La verdad es que casi nunca elijo un género concreto al empezar una novela. Pienso en la historia que quiero contar y, a medida que voy conociendo a los personajes, trato de adecuar la trama del modo más conveniente. Me gusta la narrativa actual y la mezcla de géneros.
En 2000 creaste y dirigiste la revista literaria “El Pie Restante” ¿Cómo fue la experiencia?
Extraordinaria y abrumadora. Mis compañeras y yo reclutamos artistas, poetas, escritores, dibujantes, relatistas, etc., y aprendimos a organizar, a corregir, a maquetar incluso, y a diseñar una revista que contuviera una buena muestra de la creación artística de aquel año.
Tras publicar diversos cuentos y colaborar en revistas (como la burgalesa “Palabras”), te inicias en la novela con la “Trilogía del desdrama”. ¿Cómo se gestó este ambicioso proyecto literario?
Esta trilogía se inició con Hermenauta, que fue la primera novela con la que conseguí llegar hasta el final y que cuenta con una extensa banda sonora.
Dos protagonistas: Elisa y Marta. Con Elisa, quise presentar una mujer absolutamente libre de todo condicionamiento social, y con Marta explorar los mecanismos de la generación artística. Me serví de ambas obligándolas a convivir con el resto de personajes más o menos convencionales. Marta crea sus obras partiendo de las vivencias que la realidad le ofrece como pintora. Elisa vive al dictado de sus apetencias, pero cuando las circunstancias le son adversas no duda en inventarse otras perspectivas, verosímiles o inverosímiles. Elisa es una artista de la mentira que se escabulle de todo atisbo de drama. El resto de personajes sabe que es una mentirosa a cara descubierta, pero esta capacidad de mentir la realidad perderá su etiqueta de «falsedad» con la aceptación de su estilo de vida.
El proyecto siguió con las dos novelas siguientes. En Saturnal, las protagonistas se enfrentan a la enfermedad y a la muerte combatiéndolas con elementos de brujería en los que no creen en absoluto. Y en Hesiodeida, las protagonistas están enfrentadas en dos facciones terroristas opuestas.
Lo que tienen en común estas mujeres (asesinas, combatientes, moribundas, artistas, mentirosas impertinentes, brujas, etc.) es su resolución a la hora de convertir lo extraordinario en ordinario. Y solucionarlo como si tal cosa. Sin dramatizar.
Y tras la “Trilogía del desdrama”, en marzo de 2019, coincidiendo con el inicio del confinamiento por el Covid-19, publicas El despertar de Raleluköides, la primera entrega de una tetralogía de ciencia ficción en estado puro. ¿Te inspiraste en anteriores obras de literatura fantástica, como Dune (1965), de Frank Herbert, En las montañas de la locura (1936), de H.P. Lovecraft, o la exitosa El Señor de los Anillos (1954), de J.R.R. Tolkien?
Consciente o inconscientemente, todas las lecturas hacen mella a la hora de escribir. A fin de cuentas, es leyendo como una aprende a manipular ideas, personajes, situaciones, etc. Son muchos los factores que inciden en la creación de un texto así que, la maduración de la idea principal es el fruto de toda experiencia literaria y extraliteraria. Sería largo y tedioso mencionar todos los textos que figuran en mi universo literario, pero si hablamos de la saga de Raleluköides, sí que tengo algunos muy presentes: Ciberíada de Stanislaw Lem, por su sentido del humor, su desvergüenza y su libertad absoluta a la hora de crear personajes. La guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams, tal vez por lo mismo. La erudita obra de Manuel Mujica Lainez: Bomarzo, por todo. Las novelas de Enid Blyton porque de ella comprendí que hay que alimentar a los personajes para mantenerlos con vida. O películas como Blade runner, Alien o El Quinto Elemento, que me hicieron caer en la tentación arquitectónica y ocuparme del diseño de naves, ciudades y planetas. Y, por supuesto, los cómics de los años setenta y ochenta: Metal Hurlant, 1984, Flash Gordon…
El despertar de Raleluköides nos presenta a los diferentes personajes que acompañarán al protagonista en la búsqueda de su identidad y de unos recuerdos que le han sido arrebatados. Giellae, aspirante a askálatha; Opoiper, su hermano pequeño y precoz lithosofo; la polimorfa Foorne, la mejor documentalista del Cosmos; ¿Callas?, la lirikoi proscrita y piloto de talante arriesgado e innovador. Otros personajes se irán añadiendo en el frenético deambular de los protagonistas por un Cosmos revuelto y a punto de entrar en guerra. ¿Cómo surgió la idea de montar este universo tan complejo?
La idea surgió del modo menos literario que puedas imaginar. Al salir de la clínica de mi dentista y notar mis dientes tan pulidos y extraños, se me ocurrió pensar lo terrorífico que sería encontrarme inmersa en el cuerpo de un desconocido. Así que utilicé el recurso del personaje que no sabe qué o quién es para, a través de sus experiencias, descubrir un Cosmos ideado a mi gusto. Pensé que la creación de un espacio desvinculado de la realidad sería un buen lienzo para especular libremente sobre la condición humana.
Amigos y enemigos van en busca de las “armas innobles”, que fueron prohibidas en el pasado y escondidas por alguien que no recuerda ni quién es. ¿Por qué son tan importantes?
Eliminar las armas innobles o armas de fuego me permite enfrentar a mis personajes en luchas a espada y combates cuerpo a cuerpo. El enfrentamiento cara a cara es un recurso que facilita la versatilidad de la acción y de la reflexión. Dos enemigos luchando a espada o con los puños —bajo mi batuta, claro— pueden comunicarse sus odios más profundos o preguntarse por qué razón o por quién se están matando. Y esto da mucho juego literario.
Para mis personajes son importantes porque su hallazgo inclinaría la balanza de la guerra a favor de quienes las poseyeran.
Los perséguilas y los skkugs son razas guerreras entre todas las que pueblan el Cosmos de la Saga de Raleluköides. ¿Cuál es su misión? ¿Qué puedes revelarnos de ambas? Y los askálathas, ¿Qué representan y cuál es su papel en esta historia?
Los cuatro guerreros perséguilas serán los encargados de perseguir al protagonista. Su exceso de confianza en sí mismos y su sentido del humor siempre tienen consecuencias imprevisibles. Junto con los skkugs, son los encargados de mantener el Cosmos en paz. Y capítulo tras capítulo comprobaremos que no son meros guerreros obedientes a las instituciones, sino que se rigen, como ellos dicen, por el sentido común.
La aspirante a askálatha Giellae y su hermano Opoiper son un ejemplo de lo que implica pertenecer a este grupo de estudiosos e investigadores que son los askálathas.
Lirikois, huomitas, lburanos, dermorebs, krankovianos, auleos, polimorfos, lithosofos, damathsai, dioses… pueblan los diez sistemas del Cosmos. ¿Podrías describir algunas de las características que distinguen a cada uno de estos grupos tan diversos?
Todos ellos son pueblos autosuficientes. Algunos destacan por sus cualidades especiales adquiridas, siempre, por la vía del esfuerzo.
Los lirikoi han aprendido a pilotar sus galeones siderales con sus cánticos. Los auleos, ocho seres que actúan al unísono, son los protectores de los dermorebs. Los dermorebs son guerreros fieros pero carentes de disciplina. La polimorfa Foorne, como la mayoría de sus parientes, es una documentalista extraordinaria y conocedora de gran parte del Cosmos. Los huomitas y los krazzis son los seres con los que nunca nadie se ha relacionado (hasta ahora). Los lburanos destacan porque su ciclo vital dura un día. Las damathsai son las guerreras más temidas y expertas en el pilotaje extremo. Y los que se autodenominan dioses han aprendido a dominar elementos de la naturaleza.
En Dermobsis, la capital de los dermorebs, se encuentra la calle Pasteles, repleta de pastelerías y apetitosos dulces. ¿Los pasteles, son una debilidad de los dermorebs? ¿Y de Maria Serra?
Las calles de Dermobsis son temáticas, cierto. A mí me encontrarías en la calle Birra y Bocata. Los dulces no son lo mío.
¿Algún personaje favorito entre todos los que deambulan por la Saga de Raleluköides?
Es difícil escoger un favorito, ya que los he configurado a mi gusto. Pero voy a escoger a Raleluköides por ser el más imperfecto de todos. Sus dudas, sus deducciones —las certeras y las erróneas—, sus decisiones, sus meteduras de pata y sus reflexiones me tienen muy preocupada. Y en el terreno literario eso es lo mejor, en mi opinión.
No sé si vale la pena preguntarte si te consideras escritora de brújula o de mapa, viendo la complejidad de esta tetralogía. Cuéntanos cómo lo hiciste. ¿Decidiste la trama y el final de la saga antes de empezar a escribir?
La verdad es que no. Parece que soy de brújula y no de mapa. Empecé esta saga por el principio y, por orden de aparición, he ido expandiendo el Cosmos —para eso soy la que manda— y situando personajes, estableciendo conflictos, edificando ciudades y creando planetas a medida de las necesidades de la historia. Es cierto que, en ocasiones, he tratado de adelantar la trama apuntando los siguientes pasos de los personajes, pero la euforia del momento y la pereza de buscar el trozo de papel me llevan siempre a continuar abriendo camino sin hacer planes a largo plazo. Y es que siempre surgen imprevistos que merece la pena tener en consideración. El planteamiento o solución de un conflicto a veces conlleva sorpresas narrativas interesantes.
Sin embargo, sí llevo una libreta con el registro de los personajes, diseños de las naves, armamentos, flora y fauna de los planetas, curiosidades climatológicas, geografía, mapas, etc. Cuando apareció Puerto del Salto me di cuenta de que mi memoria no abarcaba tanto.
Hemos hablado del primer libro de la saga, El despertar de Raleluköides, y hemos conocido los diferentes mundos y personajes. ¿Qué puedes adelantarnos sobre la continuación de la aventura? ¿Para cuándo la publicación del resto de la serie?
El segundo libro titulado: Encuentro con los dioses, se publicó en septiembre de 2019, y el tercero: Exiliados, en mayo del 2021.
En Encuentro con los dioses, la segunda entrega, los personajes, ya consolidados, emprenderán juntos el gran viaje a la Segunda Dimensión en busca de las memorias robadas a Raleluköides. Allí, tras encontrarse con alguien que no esperaban, seguirán su búsqueda en planetas tan distintos como Zgouzamosh, donde ¿Callas? y Giellae desvelarán un secreto que les atañe personalmente, y Burbulam, donde se librará la famosa Batalla Azul y empezarán a establecerse fuertes alianzas entre los partidarios de Raleluköides y detractores.
En Exiliados, ya desde el título se anuncia que los personajes van a ser repartidos por todo el Cosmos. Mientras, Raleluköides se enfrentará a sí mismo para dilucidar su verdadero yo. En esta entrega se verán las caras enemigos encarnizados. Además, entrarán en juego nuevos personajes: Diaplesioi, kuruturus, krankovianos, soñadoras de destinos… y conoceremos mucho mejor a los más raros: Huomitas y krazzis.
Cita cinco novelas favoritas de tus años de adolescente.
De los rarísimos años de adolescente recuerdo: El libro de la Selva, de Rudyard Kipling; La máscara de Apolo, de Mary Renault; Mi Vida, de Isadora Duncan; Veinte mil leguas de viaje submarino y La isla del tesoro, de Julio Verne. Y, sobre todo: la colección de cómics que intercambiaba en la librería de viejo, a saber: La cosa del pantano, El hombre de Hierro, Los vengadores (Thor, mi favorito), La Masa, y un etcétera de los que excluí a Supermán porque nunca me gustó.
¿Y qué cinco novelas actuales nos recomendarías?
El hombre que hablaba serpiente, de Andrus Kivirahk. La Anomalía, de Hervé Le Tellier. La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula K. Le Guin. Máquinas como yo, de Ian McEwan y La policía de la Memoria de Yoko Ogawa.
Tus consejos para empezar a escribir son…
Solo uno. Y ni siquiera es un consejo. Yo escribo lo que me gustaría leer. Así me aseguro de tener una lectora, por lo menos.
Por último, le pediremos a Maria Serra que nos hable de sus proyectos de futuro.
De momento tengo tres novelas en danza: La cuarta y última entrega de la saga de Raleluköides; un thriller ambientado en la época actual; y una utopía (sí, ahora que todo es distopía) que transcurre en el cuadrante noroeste de Marte, sustentada en gran parte por utopías clásicas: Platón, Moro, Campanella, etc.
Desde Mucho Más Que Un Libro te deseamos mucha suerte.