Entrevistas Novela Negra

Descubrir secretos: El retorno, de José Vaccaro Ruiz.

José Vaccaro, autor de El retorno. Foto: Ana Portnoy.

José Vaccaro Ruiz nació en Barcelona y es abogado, arquitecto y escritor. Fue galardonado con el Premio Isla de las Letras 2010 por su primera novela, Ángeles Negros, protagonizada por el desencantado investigador privado Juan Jover. Tras esta primera obra publicó La Vía Láctea, La Granja, Catalonia Paradís, Tablas, El Invitado de Nunca Jamás (serie de Juan Jover) y No dar papayaConjura Gaudí, publicada a finales de 2016, alerta sobre un posible atentado planeado con oscuros propósitos contra la Sagrada Familia de Barcelona. En 2017, ve la luz Relatos de 4 filos, su primer libro de relatos, una antología de veintisiete historias negras que abarcan una amplia variedad de temas y en 2018, con ¿Dónde estás corazón? retoma, tras cuatro años de silencio, la serie del detective y conseguidor Juan Jover. En 2019 publica El Negro, el Nano, la Muerte, una novela sin Juan Jover, con tres hilos narrativos, quizás su novela más personal.

Además, forma parte del colectivo de escritores “Lee o muere”, dirigió un círculo de novela negra en la cárcel Modelo de Barcelona junto al también escritor Ramon Valls, y participó con relatos cortos en la antología Relatos de la Orilla Negra, que reúne veinticuatro relatos de otros tantos autores de ambos lados del Atlántico, y en la Antología del Género Negrocriminal, primer título de la colección de novela negra “Sed de mal”, de Ediciones Atlantis. Su última novela negra, El retorno, nos recuerda que la maldad tarde o temprano recibe su castigo de una u otra forma.

Al igual que tu anterior novela, El Negro, el Nano, la Muerte, El retorno cuenta con dos tramas temporales. Una de ellas transporta al lector a los años cincuenta (en los tiempos de Francisco Franco, caudillo de España por la gracia de Dios), a un pequeño pueblo alejado de los grandes núcleos de población, donde las tropelías cometidas por los poderosos y sus hijos quedaban impunes ¿Qué ocurría en los pueblos? ¿Era muy diferente la vida en las comunidades pequeñas de la que se llevaba en las ciudades?

En el mundo rural era donde la Dictadura se ejercía con mayor crudeza. Los alcaldes eran puestos a dedo, se trataba de personajes adictos al régimen de manera absoluta, que hacían y deshacían como auténticos virreyes.

Para cambiar de residencia era necesaria una autorización de dichos alcaldes, la Guardia Civil inspeccionaba los trenes en busca de gentes sin dicha autorización para volverlos a su lugar de origen. En Barcelona, en Montjuïc, había unos barracones, “Las Misiones”, en donde malvivían hasta ser devueltos a su lugar de origen en trenes borregueros.

También jugaba un papel importante la Iglesia Católica, garante del matrimonio sin posibilidad de separación o divorcio, la educación dentro de los cánones del régimen con una visión de la familia en donde la mujer, privada de muchos derechos (prácticamente estaba sometida al marido, sin su autorización no podía abrir una cuenta en un banco, comprar o vender), pasaba del dominio del padre al del esposo.

El mundo rural, aparentemente idílico, donde la Dictadura franquista se ejercía con mayor crudeza.

En El retorno, Juana, una joven de dieciocho años, vecina del pueblo de Arbotes, es violada y se queda embarazada. Recluida contra su voluntad en Villa Francisquita, una institución religiosa, da a luz a su hijo, pero la caridad cristiana y la ayuda que precisaría para rehacer su vida brillan por su ausencia. Cuéntanos qué papel ejercía la religión en esos años oscuros en lo referente a las jóvenes que, por los motivos que fueran, se quedaban embarazadas fuera del matrimonio. ¿Qué ocurría con las chicas violadas?

El aborto estaba no solamente prohibido, sino que era un delito. Las mujeres violadas, incluyendo las prostitutas que quedaban embarazadas, o simplemente las solteras que estaban en la misma situación, no tenían otra solución que ponerse en manos de curanderas que ejercían a escondidas el aborto con el riesgo que ello implicaba (en la novela aparece una de esas curanderas, Petra, la Panadera), o bien ser acogidas en una institución religiosa como la que figura en la novela, Villa Francisquita (en la realidad se llamaba Villa Teresita), y allí tener a su hijo/hija que, por parte de Villa Francisquita, era “colocado” (en realidad, vendido) a familias pudientes que lo/la adoptaban. Muchas veces, y para borrar las huellas de su origen, se simulaba un embarazo de la que iba a ser la madre adoptiva, con un parto igualmente figurado de la misma mediante un falso certificado de nacimiento que coincidía en fecha con la entrega de la criatura.

Cumplido el embarazo, el parto y la adopción, las verdaderas madres volvían sin saber jamás lo que había sido de la criatura a su entorno anterior (ya fuera la prostitución o el pueblo y la familia de donde procedían).

El tráfico de bebés y niños separados de sus madres por las monjas que dirigían Villa Francisquita también forma parte de la trama de El retorno. Se trataba de una actuación de los estamentos religiosos conocida y aceptada por la sociedad durante la dictadura franquista ¿Te has basado en datos reales? ¿Cómo te has documentado?

Bebés y niños, las víctimas más desvalidas.

En Internet aparecen casos perfectamente documentados en varios libros, uno de ellos “Niños robados. De la represión franquista al negocio”, otro “Robo y tráfico de niños en España, y muchos más.

En toda España existen casos de ese comercio de niños, aunque fue en la España profunda y rural donde el tema fue más dañino y generalizado. Siempre con la Iglesia Católica, particularmente las monjas, como veladoras y guardianas del centeno.

En algunas instituciones, y para protegerse, los que estaban detrás de la trama de venta de niños hacían firmar a las verdaderas madres una declaración en la cual se decía que renunciaban voluntariamente a sus hijos para garantizarles una vida mejor, alejada de su profesión, y ejemplos mejores que los que tendrían si se quedaban con la madre “natural” (la prostitución). Se enmascaraba así la venta con una pátina de interés hacia el recién nacido y de caridad cristiana.

La maldad tarde o temprano recibe su castigo, de una u otra forma, “retorna” y recae sobre aquel que la ha ocasionado”. Es el mensaje que nos traslada la novela y así ocurre con los causantes de la desgracia de Juana, pero ¿crees que siempre ocurre así? Podríamos hablar de personajes que han hecho mucho daño y han muerto en la cama, de ancianos y de muerte natural.

No siempre el castigo tiene lugar en este mundo, pero con frecuencia es así. De alguna manera todo está relacionado, en la novela hay algunas meditaciones al respecto. “El que la hace la paga”, dice un refrán. Y otro “quien siembra vientos recoge tempestades”. En el acervo popular existe esa creencia de que al final las malas obras tienen su castigo. Quizá, es verdad, sea una forma de creer en una justicia divina que finalmente en este mundo castiga a los malos y favorece a los buenos sin esperar a que la pena les caiga en la otra vida.

En la novela se habla de creencias y teorías como la “sincronicidad” que creen en esa relación de pasado, presente y futuro. A otro nivel, el horóscopo, la onicomancia (interpretación del destino por la forma de las uñas), la quiromancia (líneas de la mano), o la oniromancia (interpretación de los sueños) responden al deseo de la humanidad de relacionar el presente con el futuro.

Muchos años después de la violación de Juana, en una residencia de ancianos de Borja, “La Virgen del Robledo”, un residente de 87 años es brutalmente asesinado. El subteniente Serrano de la Guardia Civil, ayudado por el especialista Santiago Ayuso, está a cargo de la investigación. ¿Qué opinas de ese cuerpo policial en la actualidad? ¿Es diferente del que actuaba en los años cincuenta y sesenta, todavía en plena dictadura franquista?

La Guardia Civil actual tiene poco que ver con la del franquismo, a pesar de personajes como Luis Roldán o lugares como el cuartel de Intxaurrondo en la lucha contra ETA (asesinato de Lasa y Zabala). Antes, durante el franquismo, era un colectivo muy cerrado, con usos y disciplina tan anacrónicos como que sus integrantes, antes de casarse, debían presentar a su futura esposa a sus jefes para que les dieran la conformidad, o el entorno del cuartel, cerrado y claustrofóbico donde vivían con su familia. Al hijo de un guardia civil, durante el franquismo se le llamaba “hijo del cuerpo”, y a los guardias civiles “números”.

El propio lema de la Guardia Civil, “Todo por la Patria”, incluía dar la propia vida a su servicio. Pero, insisto, eso, afortunadamente, ha cambiado.

Las cartas del Tarot

Saturnino Valverde, otro personaje, es muy aficionado al tarot, astrología, quiromancia, cienciología… Cree que todo lo que ocurre en el universo está relacionado. ¿Le ocurre lo mismo a José Vaccaro?

Me gustaría pensar que es así, que todo está interrelacionado, para que los malos sean castigados en esta vida, pero no estoy seguro de que responda a la realidad. Aunque a nivel científico cada vez está más claro que en esta vida y en este mundo todo está conectado y es dependiente: “El aleteo de una mariposa es capaz de provocar un tsunami en el otro extremo del mundo”. La Matemática más moderna y avanzada ya no habla del Teorema de Pitágoras, sino de la predicción y desarrollo de sistemas complejos en base a su evolución.

A nivel de calle es indudable, al menos para mí, que el calentamiento del planeta Tierra es debido a lo mal que lo tratamos: polución, abuso de las reservas naturales, vertidos incontrolados, etc. Como decía Thomas Hobbes, el hombre es un lobo para el hombre.

Dos tramas temporales: la primera nos transporta a los tenebrosos años cincuenta; la segunda, a la actualidad, en la “explosión” de la pandemia del Coronavirus, el estado de alarma decretado en marzo de 2020 y el duro confinamiento. ¿Por qué situar la acción en los inicios de esta pesadilla que parece no acabar nunca?

La pandemia es para mí el mayor desastre natural (por no hablar de plaga) que nos ha tocado vivir desde la gripe española. Ha condicionado y condiciona nuestra vida, se ha llevado por delante a millones de personas, a otras les ha dejado múltiples secuelas, y suma y sigue. Pienso que los escritores debemos darle presencia en nuestros escritos para que las generaciones venideras sepan lo que han significado estos dos años que ya llevamos de Covid 19 (y suma y sigue).

Además, la inclusión del virus en la trama de la novela me ha servido para dar consistencia a eso de que hablaba antes: la sincronicidad, la relación del pasado con el futuro. La utilización del propio Covid 19 como un recurso del azar o la “sincronicidad” para ajustar cuentas.

Covid 19

Santiago Ayuso, el especialista colaborador del subteniente Serrano, estudia Ciencias Exactas a través de la UNED, y le comenta a su compañero la “Teoría del Caos”, “cómo el aleteo de una mariposa en un extremo del mundo puede causar un terremoto en el otro extremo”. ¿Qué opinas de esta teoría matemática? ¿Tiene importancia para el desarrollo de la historia de El retorno?

Tiene importancia porque la trama de la novela se mueve en ese mundo y en ese entorno marcado por el Covid 19. Insisto: considero inconcebible escribir una novela asentada en estos dos años últimos sin que aparezca el maldito virus.

Ya he mencionado antes por dónde van las Matemáticas en cuanto a la predicción de la evolución de sistemas complejos (como es la evolución de la vida y del mundo). Cada vez, y merced a la informática, estamos dotados de mejores medios para estudiar la gran cantidad de variables que mueven y conviven en el universo. Te pondré un ejemplo: El 11 de mayo de 1997, una computadora de IBM llamada Deep Blue, ganó al campeón del mundo de ajedrez, Gary Kasparov, tras un encuentro a seis partidas. El encuentro se saldó con dos partidas ganadas por IBM, una partida por el campeón y tres tablas. Algo que antes era inconcebible dados los millones de combinaciones que el juego tiene. Si ahora se repitiera el desafío el resultado sería de 6 a 0 en favor de la máquina.

En El Negro, el Nano, la Muerte y El retorno transportas al lector a los duros tiempos del Franquismo, con una crítica explicita a la religión, la Falange y el poder establecido por obra y gracia del Régimen. Aunque más joven, viviste parte de esa época ¿Cuál es el objetivo al escribir estas dos últimas novelas?

El principal objetivo es que la historia no se olvide. La literatura, la ficción, debidamente ajustada a la realidad, tiene más poder de penetración y de memoria que los libros de historia porque la novela refleja la vida, los sentimientos, el sufrimiento o el goce, contrariamente a los académicos libros de historia al uso, que ponen el acento, en general, más en las fechas, o que cuando hablan de la muerte solo les importa su número sin ir a la persona y las circunstancias de cada muerto.

Quien ha leído “Guerra y Paz” ha sentido más próximas las guerras napoleónicas que quien se ha empapado de un libro de historia.

La “Residencia de Ancianos Virgen del Robledo” nos presenta un submundo paralelo dentro de El retorno que lleva de cabeza al subteniente Serrano. ¿Cuánto hay de realidad y cuánto de ficción? ¿Te has inspirado en casos reales?

Los asilos de ancianos, contrariamente a lo que pueda parecer, un lugar de encefalograma plano sin apenas movimiento o vida, es un entorno, ciertamente cerrado y limitado, lleno de inquietudes y preocupaciones (las primeras: la enfermedad y la cercanía de la muerte), pero también de relaciones, amores y odios, rencillas, incluso sexo. El describir ese mundo tan escondido y sin embargo todavía tan vivo, ha sido para mí uno de los mayores placeres al escribir “El Retorno”. Es posible que sea debido a que, sin estar en una residencia de ancianos, entiendo sus inquietudes y miedos al ser ya uno de ellos. Uno de los personajes centrales de la novela es Rosario, una residente en el asilo, septuagenaria y prostituta, que aporta frescor y viveza a la trama.

Nos acercamos a las fiestas navideñas. Paz, amor y contar con buenos libros es nuestro deseo para todos. ¿Qué libros nos recomendarías para regalar a nuestros seres queridos y para nosotros mismos?

Quien no haya leído “Patria” de Fernando Aramburu se la recomiendo. Y también una mirada a los clásicos de la novela negra: Francisco González Ledesma o Manuel Vázquez Montalbán.

En cuanto a tus proyectos para 2022, el año que estamos a punto de iniciar, ¿Qué puedes contarnos?

Estoy metido de cabeza en la poesía, preparando una antología de los versos que he ido escribiendo estos últimos años, algunos publicados en Facebook. La poesía, un género que es la quinta esencia de la escritura. No hay nada que llegue con mayor fuerza al corazón y a la inteligencia.

Por otro lado, de un tiempo a esta parte, la poesía ha hecho una completa renovación. Hoy no interesa tanto la música de los versos, la rima de los mismos, como su contenido. Combinar ambos conceptos, contenido y rima lo han logrado muy pocos. A mi modo de ver el más excelso Jorge Manrique con las Coplas a la muerte de su padre.

Recuerde el alma dormida,

avive el seso y despierte

contemplando

cómo se pasa la vida,

cómo se viene la muerte

tan callando,

cuán presto se va el placer,

cómo, después de acordado,

da dolor;

cómo, a nuestro parecer,

cualquiera tiempo pasado

fue mejor.

No se puede decir más con menos palabras y con mayor pureza, música y belleza.

Pues no. Desde Mucho Más Que Un Libro te deseamos mucha suerte en todos tus proyectos.

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