Descubrir secretos: Un cadàver inquiet, de Salvador Casas.
Salvador Casas nació en Santa Coloma de Farners (Girona) en 1953 y trabajó como cobrador de autobús, empleado municipal y empleado de banca. Aficionado a la novela negra, desde 2001 cursó diferentes cursos de escritura y narrativa, que desembocaron en su debut como novelista en 2006 con la publicación de Temps difunt, ganadora del VII premi literari del Col·legi d’advocats de Mataró. Le siguieron L’impostor accidental (2007) y Samba per a un difunt (2017). Su cuarta novela, Un cadáver inquiet, fue finalista del III Premi Memorial Agustí Vehí Vila de Tiana y ha sido publicada con el número 38 en la colección Crims.cat de Editorial Alrevés. Asimismo, su relato Negra és la nit fue uno de los cinco galardonados con el Premi del jurat del quart Concurs de Relats “El vi fa sang 2018”. Pertenece al grupo literario Verum Fictio.
Háblanos de tus fuentes de inspiración para escribir Un cadàver inquiet…
Parto generalmente de un punto de inspiración, de una chispa a partir de la cual voy tejiendo el hilo narrativo de la novela. En este caso, fue en el tren AVE Girona a Barcelona. En el trayecto, observé como un viajero sentado una fila delante de mí, al otro lado del pasillo, sacaba un móvil y se disponía a hablar, pensé «vaya, ahora ese tipo estará charlando en voz alta todo el trayecto, ¡menuda lata!». Pero, para mi sorpresa, el hombre hablaba de forma tan comedida y discreta que ni tan solo pude descubrir en qué lengua lo hacía. Al llegar a la estación de Sants, el individuo se levantó y pude observar su estampa. Alto y rubio, de mirada glacial. Vestía un traje de color ocre pálido, una camisa de seda desbotonada que dejaba al descubierto un ostentoso collar que parecía de oro macizo. «La viva estampa de un malo de película», pensé. Y lo convertí en Orlando Pomar, el malo de mi novela. A partir de aquí todo fue coser y cantar.
Al contrario que en tus dos novelas anteriores (L’impostor accidental, que se desarrolla en Lisboa y Samba per a un difunt, en el Brasil de los años sesenta) la acción de Un cadàver inquiet tiene lugar mayoritariamente en Girona y Barcelona, en escenarios cercanos que todos conocemos. ¿Te has cansado de hacer viajar al lector? ¿A qué se debe este cambio?
Precisamente de eso hablamos en una mesa redonda en la “Setmana del llibre en català”. Éramos diversos autores, y todos coincidimos en que a menudo es apetecible y razonable un acercamiento a nuestra zona de confort, Que esa zona de confort también es susceptible de argumentos de novela negra. Encuentro muy atractivo el “Call Jueu” de la ciudad de Girona como escenario de crímenes y delitos, y los barrios un poco decadentes y populares de Barcelona, no tan solo su centro histórico, sino zonas como El Poble Sec, o Sants Montjuic. Estos son los escenarios que reflejo en Un cadàver inquiet.
En Samba per a un difunt, la música, especialmente la samba brasileira, jugaba un papel muy importante en la novela. ¿Es importante la música en Un cadàver inquiet? ¿Qué tipo de música?
Cada novela tiene un registro musical para mí. Es la música que suelo escuchar mientras escribo. En este caso fue “I have a dream” de Abba (que nunca antes me había gustado). La estrofa “I believe in Angels” es la que utiliza Luzdivina para seducir a Ángel Alegre. A partir de ahí me reconcilié con el grupo sueco.
Ángel Alegre, el protagonista, mediador de profesión, mata en defensa propia a Orlando Pomar, un sujeto violento relacionado con mafias muy peligrosas. A partir de ese momento, Alegre se verá envuelto en una vorágine de mentiras (entre ellas se hará pasar por quien no es) para despistar tanto a los “amigos” de Pomar como a la propia policía. ¿Es la suplantación y la impostura el principal argumento de la historia?
Si tuviera que definir el argumento de la novela, diría que trata de impostura y suplantación, de crímenes y corrupción. No es una novela “enigma”, esas que tratan de la investigación de un asesinato y que al final el policía o detective acaba por descubrir quién es el criminal. Me gusta este sub-género de la novela negra más que el de la novela policíaca convencional, proporciona al lector unos atractivos diferentes de los habituales en narraciones de esa índole.
¿Definirías Un cadàver inquiet como una “crook-story”, o sea una historia narrada desde el punto de vista del delincuente, con algunos toques de humor negro? Y Ángel Alegre ¿es un alter ego de Tom Ripley, el personaje falto de escrúpulos nacido de la pluma de Patricia Highsmith?
Ya que hablamos de Patricia Highsmith, confieso que es mi referencia en este tipo de relatos. Igual que Tom Ripley, Ángel Alegre es un tipo simpático, seguramente caerá bien al lector. No es un hombre sin escrúpulos. No mata de forma gratuita, no es un asesino en serie. Solo ejecuta cuando es estrictamente necesario, y tal como se desenvuelven los acontecimientos, será inevitable y frecuente su actuación, narrada en primera persona desde el punto de vista del delincuente, es, por lo tanto, una “crook story”.
¿Puede ser inquieto un cadáver? ¿Cómo fue la elección del título de la novela?
Sabida es la propensión de las editoriales a cambiar los títulos de las novelas. En mi caso, de cuatro publicadas, en tres han “sugerido” un cambio de nombre. “L’impostor accidental” se llamaba “Sempre plou a Lisboa”; “Samba per a un difunt”, “Son massa el perills d’aquesta vida”; y “Un cadàver inquiet«, había nacido con el título de “L’Àngel executor”, en honor al inquieto protagonista. Reconocido el buen criterio comercial de las editoriales, he aceptado, sumiso, sus “sugerencias”.
Si buscáis el término “inquieto” en el diccionario, veréis que es sinónimo de activo, que no está quieto. Es, realmente, un “oxímoron”, dos vocablos contradictorios para definir un elemento (muerto viviente, secreto a voces…). No encostrareis un cadáver resucitado, pero sí, observareis que alguien suplanta su personalidad para seguir actuando como si estuviera vivo.
Además de mediador de profesión, Ángel Alegre, es pintor artístico vocacional y en Un cadàver inquiet encontramos constantes referencias a una de sus obras más ambiciosas, El Tapís de la Creació. ¿Te gusta el arte y la pintura y pintas en tus ratos libres, como tu protagonista? ¿Por qué convertirlo en un artista?
Me gusta dar al protagonista una pincelada humanista. Creo que es un acto de sensibilidad que lo aleja del patrón abstracto de “malo”. En este caso, Àngel Alegre es un delincuente cultivado. ¿Por qué pintor? Veréis que es su coartada ante los requerimientos policiales para justificar su presencia en plazas en donde no debería haber estado. No soy pintor, sí lo es mi esposa, sin embargo me gustaría tener la sensibilidad necesaria para hacer un dibujo, para realizar una pintura. Admiro enormemente el “Tapiz de la Creación”, joya milenaria del Románico, expuesta en la catedral de Girona. He transmitido mi admiración al protagonista, que hace una interpretación personal de diversas partes de la pieza, como homenaje a la obra.
¿Qué puedes explicar a nuestros lectores sobre el argumento de Un cadàver inquiet? Y otra pregunta ¿Decidiste el desarrollo de la trama y el final antes de empezar a escribir la novela o vas decidiendo la acción sobre la marcha?
Para combatir mi tendencia al caos, siempre realizo un guión previo, también llamado escaleta o proyecto. Es una redacción sucinta de todas y cada una de las escenas. Al mismo tiempo trabajo los personajes a medida que van apareciendo en la escaleta. Una vez finalizado el proceso y el argumento ya está listo, ya puedo empezar a escribir la novela.
Àngel Alegre es, más que un mediador, un conseguidor, la persona necesaria para lograr un acuerdo entre, por ejemplo, una sociedad inmobiliaria que quiere realizar una promoción en un paraje donde no está claro que puede realizarse, y los celosos organismos custodios de las leyes que lo impiden. Un día su compañera, profesora de inglés de un colegio religioso, solicita su intervención para la separación matrimonial de una amiga acosada por un marido violento y mafioso. Él acepta de mala gana, pensado que será una operación muy fácil; sin embargo la cosa se complica y el marido mediado fallece en una pelea con Àngel. Aquí sus problemas se multiplican. Deberá, con la ayuda de su compañera, deshacerse del cadáver para evitar que los colegas mafiosos actúen contra él. A través de WhatsApp, telefonía, artilugios y caracterización conseguirá la impostura deseada para suplantar al difunto, que desatará una espiral de víctimas y problemas cada vez más difícil de contener. Y deberá eludir los constantes recelos de la policía que empieza a pisarle los talones.
Como en Samba per a un difunt, Un cadàver inquiet está narrada en primera persona. ¿Prefieres la primera persona al narrador omnisciente? ¿Cuáles son las diferencias más significativas?
Básicamente, una narración escrita en primera persona acerca el protagonista al lector. Éste será participe directo de sus alegrías, sufrimientos, embrollos e intrigas, cosa que generará un sentimiento de empatía i apego entre las dos partes. Por el contrario, la alianza lector-protagonista ocasionará que todo lo que sepa uno, también lo va a conocer el otro. No habrá nada que no conozca el protagonista que no lo vaya a conocer el lector. Nada de sorpresas, o, dicho de otra forma, lo que sea sorpresa para Àngel, también lo será para el lector.
Y sobre los personajes principales, ¿qué puedes contarnos?
Ya hemos hablado de Àngel Alegre. Susi y Vicky son las participes de la relación poliamorosa del protagonista. Elvira, la esposa maltratada, un poco lagarta, la mujer. Los guatemaltecos, el brazo armado de Àngel: la banda de los Boliches. Onofre Cabral, dueño del gimnasio de Kick-boxing. Orlando Pomar, el mafioso venezolano. Su banda: Hugo, el Mosquito y el Chapita. Y la madame del Lady Godiva: la exuberante Luzdivina.
Una notoria importancia adquiere el Tapiz de la Creación, la navaja automática y el plástico de burbujas.
Una última pregunta ¿Volveremos a encontrar a Ángel Alegre en una nueva historia?
Sí. Ya empiezo a preparar nuevos embrollos e intrigas para Àngel Alegre.
Desde Mucho Más Que Un Libro os deseamos a ambos mucha suerte.