¡El desencanto es la lucidez!
¿Qué opinaría Manuel Vázquez Montalbán, periodista y escritor irrepetible, poeta y cronista de la Transición sobre la necesaria (o no) reforma de la Constitución, la independencia de Cataluña, el derecho a decidir, la crisis y otros temas candentes en los tiempos convulsos que nos toca vivir? Para homenajear al escritor, analizar su obra y confrontarla con la actualidad se ha celebrado recientemente en Barcelona el III Congreso Internacional Manuel Vázquez Montalbán, organizado por la Asociación de Estudios Manuel Vázquez Montalbán.
El Congreso se celebró los días 10 y 11 de diciembre en la Universidad Pompeu Fabra y la ponencia de clausura tuvo lugar el sábado 12 de diciembre en la biblioteca La Bòbila, especializada en género negro. Casi una treintena de expertos de universidades españolas y de Estados Unidos, Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Suiza y Gran Bretaña presentaron sus ponencias sobre diversos aspectos de la obra de Vázquez Montalbán: la importancia de la poesía en su escritura; su contribución a la revista político-humorística Por Favor; su compromiso político-ético –se le conocía como “un comunista después del comunismo”-; sus crónicas de la Transición; la mirada demoledora de Pepe Carvalho sobre el mundo; las novelas: Erec y Enide, con su componente de denuncia social, vista como testamento literario; Galíndez, un ejercicio de introspección que va más allá de descubrir la figura real de Jesús de Galíndez, representante del Gobierno vasco en el exilio, secuestrado y asesinado en 1956; y las músicas que emergen de la lectura de El pianista, una ácida novela que reflexiona sobre el papel de los artistas e intelectuales en la sociedad de la posmodernidad.
Y, como broche de oro al Congreso, en la ponencia de clausura, José Colmeiro, de la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, disertó sobre la figura del escritor unida a su ética del compromiso. “Formaba parte de la media docena de intelectuales europeos que se declaraban irredentos comunistas”, explico Colmeiro, autor de Crónica general del desencanto. Vázquez Montalbán – Historia y ficción. Y, tras la caída del muro de Berlín “se resistía a abandonarse a la ideología de la dictadura de los mercados, mientras que, en sus escritos, exploraba alternativas a esa concepción del mundo”.
Padre literario del detective gastrónomo Pepe Carvalho y del género policíaco que nace con la llamada Transición, Vázquez Montalbán consideró la novela policíaca como la forma ideal para mostrar las problemáticas sociales y lo que ocurría en la calle durante aquellos duros años. Su desencanto es su lucidez y “su pensamiento continúa siendo útil y necesario para comprender el desorden en los indignantes tiempos actuales del sálvese quien pueda”.
“Era un poeta, a la vez que un hombre melancólico y razonablemente inseguro –opinó Juan Cruz, periodista y escritor adjunto a la dirección de El País-, pero la inseguridad es un valor del periodista porque genera una capacidad de indagación y reflexión muy beneficiosa”. Y el escritor Alfons Cervera, vinculado a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, confesó no sentirse muy optimista respecto a la perdurabilidad de su obra porque “en este país la memoria se consume a mucha velocidad y el pasado no importa”. Fuera como fuera, con Manuel Vázquez Montalbán murió una forma de entender el mundo, además de la persona.
Escritor, periodista y poeta, Manuel Vázquez Montalbán marcó una época. Su obra no merece y no debe ser olvidada.