Entrevista a Graziella Moreno
Foto: Ana Portnoy.
Nacida en Barcelona en 1965, Graziella Moreno Graupera, gran lectora desde la infancia, estudió Derecho en la Universidad de Barcelona. Desde 1991 trabaja en la Administración de Justicia y en 2002 ingresó en la carrera judicial. Sus primeros destinos fueron los juzgados de instrucción de Amposta, Gavá y Martorell y, actualmente, es juez en un juzgado penal de Barcelona. Juegos de Maldad, ambientada en los juzgados, es su primera novela publicada, un relato que rezuma veracidad, mientras desmonta los estereotipos sobre jueces y policías. Juegos de Maldad ha sido nominada finalista al Primer Premi de Novel·la Negra en Castellà Cubelles Noir 2016
¿Qué te impulsó a estudiar Derecho?
Lo cierto es que yo quería estudiar Periodismo, pero eran los primeros años en los que se empezaban a hacer preinscripciones. Llegó el mes de julio y me enteré de que se había pasado el plazo. Entré en Derecho por no perder el año y me acabó gustando.
Te especializaste en Derecho Penal ¿Por qué motivo?
Me gusta el Derecho Penal porque creo que es más ágil y estás mucho más en contacto con la sociedad. La mayor parte de lo que llega a los juzgados son problemas sociales que derivan en conductas que son sancionadas en el Código Penal. En el ámbito penal intentamos dar respuesta a todo ello, pero no es fácil, ya que si existiesen más recursos en educación y formación, tendríamos mucho menos trabajo…
¿Cuándo empezaste a escribir?
En la adolescencia escribía cuentos, inicié varias novelas policíacas que no terminé. Una de ellas se titulaba Asesinato en un ascensor y estaba ambientada en un hotel en el que mataban a un hombre dentro de un ascensor con una cápsula de cianuro que le habían puesto en el bolsillo. Todo muy inglés, claro, hasta los nombres de los protagonistas. Seguí escribiendo cuentos y relatos que se han quedado en un cajón.
El caso es que necesitas tiempo y es desde hace unos cinco años que me he puesto a ello con continuidad.
¿Cómo se gestó Juegos de Maldad?
Con esta novela quería cumplir con dos objetivos: en primer lugar, dar a conocer el día a día de un juzgado de instrucción, cómo se mueven en la vida real los jueces, secretarios, fiscales, policías, forenses, alejado todo ello de estereotipos y modelos americanos que aquí no existen. En segundo lugar, también quería exponer que la maldad existe y convivimos con ella. Leí el ensayo Eichmann en Jerusalén, de Hannah Arendt, lo que esta autora exponía sobre la banalidad del mal y pensé que quería escribir sobre ello.
¿Por qué escribir una novela negra sobre el día a día de las investigaciones de jueces y policías? ¿Cuánto hay de realidad y cuanto de ficción en la novela?
Como ya he adelantado, quería explicar cómo trabajamos y debo decir que no hay nada de ficción en esta novela. Todo es real. Si cambiamos nombres, lugares, nacionalidades, estaríamos hablando de casos que son nuestro día a día.
¿Cómo han acogido Juegos de Maldad tus compañeros de profesión?
La verdad es que muy bien. Les ha gustado y algunos me han expresado su satisfacción de que alguien explique las cosas como son.
En la novela, la juez de instrucción, Sofía Valle, se ocupa de dos casos a la vez: la compleja investigación de una banda de narcotraficantes y el extraño caso de un adolescente que, una fría noche de invierno, aparece herido de arma blanca en un camino forestal. ¿Cuántos casos suele llevar un juez de instrucción al mismo tiempo?
Si digo cientos, no estoy exagerando. Hay que tener claro que no todos los casos son iguales, puedes tener cosas sencillas, como un delito por conducir bajo los efectos del alcohol o un hurto hasta casos de entidad como los que se relatan en la novela. Por ese motivo es una novela coral, no hay un protagonista concreto, ya que todos los que intervienen son necesarios para que la “máquina judicial” funcione.
Juegos de maldad apunta también el problema de la escasez de medios para llevar adelante el trabajo en los juzgados y las comisarías. ¿Cómo se podría resolver?
La escasez de medios materiales y personales es endémica no sólo en nuestro país sino en muchos otros. Las leyes deberían ser más ágiles, la informática estar absolutamente desarrollada y necesitamos más personal. Como puede verse en las noticias, la sociedad está absolutamente judicializada, lo que provoca que los juzgados vayamos más sobrecargados, y los medios son los mismos…
Has presentado tu novela en festivales de referencia como las recientes VLC Negra y la Semana Negra de Gijón. ¿Qué puedes decirnos de tu experiencia? ¿Consideras necesaria la existencia de los festivales de género negro? ¿Por qué?
La experiencia ha sido fantástica. Mi primer festival fue el de Collbató Negre y guardo muy buen recuerdo, allí conocí a autores que había admirado siempre; VLC Negra es fantástico, un festival muy activo con múltiples actividades y sus organizadores son estupendos, y la Semana Negra de Gijón es algo increíble, disfruté y aprendí mucho. Pienso que los festivales son necesarios y muy útiles, no sólo para los autores, ya que te permite hablar con otros escritores y compartir experiencias, sino para los lectores también. El contacto directo con los autores, crea un “feedback” sensacional. Leer, comentar, hablar sobre lo leído y lo escrito enriquece a todo el mundo.
¿Tendrá continuación Juegos de Maldad?
Estoy “planeando” una historia en la que los principales personajes sí tienen continuidad, no así las dos tramas en las que se basó la primera novela. Tratará sobre las obsesiones personales que provocan situaciones extremas y un poco de corrupción… Ahí lo dejo.
Volviendo a tus años de adolescente. Cuéntanos cuáles eran tus autores y novelas favoritas.
Los clásicos siempre: Conan Doyle, El perro de los Baskerville; Edgar Allan Poe, La carta robada, El pozo y el péndulo, La máscara de la muerte roja, todos sus cuentos en definitiva; Agatha Christie, Maldad bajo el sol, Diez negritos; H.P. Lovecraft, En las montañas de la locura, Los mitos de Cthulhu; Raymond Chandler, El sueño eterno, Adiós muñeca; Shakespeare, Hamlet, Macbeth, El mercader de Venecia. También autores españoles: Benito Pérez Galdós, Torrente Ballester, Camilo José Cela…
Actualmente, tus cinco autores y tus cinco novelas favoritas son…
Limitar a cinco es complicado, dejo muchos… Citaré a Carlos Zanón con Tarde, mal y nunca, John Connolly con Todo lo que muere, José Carlos Somoza con La dama número trece, Eduardo Mendoza con El año del diluvio y J.D. Salinger con El guardián entre el centeno.
¿Algunos consejos para empezar a escribir?
Leer, leer muchísimo. Fijarte cómo lo hacen los grandes, ver cómo resuelven las tramas. Tomártelo muy en serio. En VLC Negra me preguntaron si escribir es un placer o un dolor. Tengo que decir que más bien lo segundo. Escribir supone sacar lo que llevas dentro, expresar sentimientos y vivencias y exponerte a los demás. Hay que estar dispuesto a ello. Pero además es algo que no se puede parar, habrá momentos en los que dirás, “lo dejo” pero no podrás evitar seguir maquinando, seguir oyendo diálogos en tu cabeza. El mejor consejo que puedo dar es escribir para uno mismo y que el que persigue algo con verdadera pasión, al final lo consigue.
Por último, háblanos de tus proyectos de futuro.
En enero de 2016 espero que se publique mi segunda novela. Es una historia que nada tiene que ver con la primera. No hay jueces pero sí policías y una abogada muy especial. Intriga, misterio y tensión que no se resuelve hasta el final. Y no puedo decir más…
Desde Mucho Más Que Un Libro te deseamos mucha suerte.