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Entrevista a Rafael Guerrero, autor de “Muero y vuelvo”

Rafael Guerrero, detective privado y escritor. Foto: Pablo Atfield.

Rafael Guerrero nació en Madrid en 1969 y cuenta con más de 30 años de experiencia como detective privado. Es criminólogo y experto en investigación internacional y en Servicios de Inteligencia. En 2010 empezó a compaginar su profesión con la faceta de escritor de novela negra. Escritor de mapa, pues no empieza a escribir “hasta que tengo creada mi trama, mis personajes y mis giros“, ha publicado, hasta ahora, seis novelas: Un Guerrero entre halcones, Muero y vuelvo, Ultimátum, Yo, Detective, La verdad no hace amigos y Tarantella. Esta última novela forma parte de la serie de la inspectora Sonia Ruíz, un personaje ideado por los escritores Lorenzo Silva y Noemí Trujillo en 2016 para ser modelado por diversos autores en diferentes casos. Además, ha participado en importantes certámenes de novela negra, como BCNegra, Valencia Negra, Salamanca Negra, Tenerife Noir, Pamplona Negra, Semana Negra de Uruguay, Cartagena Negra, Cubelles Noir  y Sant Boi Negre, entre otros.

¿Ser detective privado fue tu primera opción cuando decidiste qué querías ser de mayor? ¿Influyeron de alguna forma las lecturas de tus años de adolescente?

En un principio, quería ser arquitecto. Después imagino que mis lecturas infantiles (de aventuras) influyeron para que yo, sin tenerlo claro, quisiera llegar a ser detective, aunque fueron las novelas de James Bond (el agente 007) lo que realmente me influyó. Con doce añitos veía a Roger Moore saltar por un acantilado, con coches que buceaban… Aprendí a esquiar porque quería emular a James Bond.

Cuentas con más de treinta años de experiencia en el ámbito de la investigación privada, pero no tantos como escritor de novela negra. ¿Cuándo decidiste iniciar tu faceta de escritor y porqué elegiste la “auto ficción” con Rafael Guerrero (tú mismo) como protagonista? 

Empecé a escribir con cuarenta años. Llegó la crisis y había menos trabajo. Cuando me reunía con amigos de otras profesiones y les decía que era detective empezaban a preguntarme y yo acababa contando mis historias. Siempre me decían: “Rafa, tienes que escribir un libro sobre esto. Es muy emocionante todo lo que cuentas. Al final, decidí llevar a la literatura, a la ficción, las historias y los casos que habían ocurrido a lo largo de mi carrera profesional. Lo más fácil para mi fue escribir auto ficción, en el sentido de que el personaje fuera yo mismo porque yo me conozco perfectamente. Esto era más sencillo que imaginarme un personaje completamente distinto. Bueno, parece que la formula funcionó, No cambie ni el nombre, puede que fuera un ejercicio de exhibicionismo o de ego, pero un ego maduro, porque la auto ficción yo creo que es buena, es un género que fuera de nuestras fronteras se cultiva más. En España da un poco de reparo, por timidez o, quizás, por miedo. En eso fui valiente.

Sant Boi Negre 2022. Mesa redonda sobre el Agente 007, con Charo González y Eduardo Giménez.

Publicaste por primera vez Muero y vuelvo en 2013, con la editorial Círculo Rojo, y la vuelves a publicar en 2023 con M.A.R Editor manteniendo el mismo título. ¿Nos cuentas tus motivos para reescribir la novela? ¿Has cambiado aspectos sustanciales de la trama?

En realidad, esto surge porque es la propia editorial la que, tras haber ganado el premio Wilkie Collins con La verdad no hace amigos, saben que tengo novelas auto publicadas, con los derechos completos sobre ellas y me piden leerlas. Tengo que decir que, para mí, Muero y vuelvo es mi mejor novela, aunque está mal que lo diga yo. Les gustó mucho y me compraron los derechos para publicarla. La verdad es que he cambiado muy poco de la novela porque creo que me salió bastante redonda. Esos fueron los motivos para reescribirla y publicarla de nuevo en 2023 con M.A.R editor.

En los casos investigados en Muero y vuelvo, Rafael Guerrero viaja de Túnez a Brasil pasando por Madrid y Barcelona más un viaje relámpago a Hungría por un asunto personal. El lector intuye que el detective conoce bien Budapest y Río de Janeiro. ¿Te documentas a fondo sobre el país y la ciudad que debes visitar en acto de servicio? ¿Cómo lo haces? ¿Queda tiempo para hacer turismo?

A ver, cuando tengo que hacer una investigación me tengo que documentar mucho sobre el terreno que voy a pisar, sobre los países, sobre las costumbres, sobre la legislación en materia de investigación privada, de la ley que la regula, si no la tiene, protección de datos personales… Me documento bastante, hoy en día la suerte es que tenemos Internet, con lo cual tenemos toda la información, también en prensa, sobre todo las noticias actuales, en que situación está el país, etc.

Rafael Guerrero en Cartagena Negra 2023, con Antonio Parra Sanz y Susana Hernández.

Mis novelas versan sobre mis casos internacionales porque son casos que me han motivado, son bastante complicados y creo que también dan bastante juego dentro de la novela negra, en el sentido de que las tramas se desarrollan en otros países. Pienso que es un valor añadido, un punto diferencial en mis novelas respecto a otras que se puedan publicar. Somos muchos en competencia y hay que intentar diferenciarse. Y no, no queda mucho tiempo para hacer turismo cuando vamos a trabajar. De hecho, cuando acabamos el caso nos vamos corriendo porque hay que salir lo antes posible para preparar informes y para atender otros casos.

Tras su escapada a Budapest para intentar superar una traumática experiencia en Túnez, Rafael Guerrero es contratado en Barcelona por una compañía de seguros para buscar en Río de Janeiro pruebas de la muerte (o no) de un ciudadano brasileño que contrató dos meses antes una póliza de seguro de vida. ¿Qué tipo de temas pueden investigar los detectives privados en nuestro país? ¿Es posible llevar la investigación fuera del ámbito territorial nacional?

El campo de la investigación es amplísimo: desde temas privados (infidelidad, custodia de hijos, problemas familiares), temas corporativos (investigación de socios, compra de sociedades), temas financieros (solvencia, localización de morosos, deudores, bajas laborales). En lo que respecta a asesinatos, se trata de delitos perseguibles de oficio que la ley no nos permite investigar, aunque, en ocasiones, lo que parece un suicidio acaba descubriéndose que es un asesinato gracias a la labor del detective. Los asesinatos los investiga la policía, como tiene que ser, aunque la labor del investigador privado es muy útil porque, a lo mejor llegamos, gracias a esa inmediatez que tenemos, a donde la policía, por la acumulación de casos, no llega o tardaría bastante en llegar. Creo que somos un apoyo a la investigación policial pública que existe en España. Igual que la colaboración público-privada es muy necesaria en el campo de la salud y en el campo de la seguridad, en el campo de la investigación no podría ser de otra manera.

Río de Janeiro, uno de los escenarios de Muero y vuelvo.

Sí, efectivamente es posible llevar una investigación fuera de nuestras fronteras. Lo mejor es apoyarse en un detective local del país, pero muchas veces no existen detectives en ciertos países porque no está regulado o porque no hay nadie. Entonces, la propia Constitución española nos dice que toda persona tiene derecho a obtener la prueba necesaria en defensa de sus intereses. Si esa prueba está fuera de España, alguien se la tendrá que conseguir y para eso estamos los detectives.

¿Dirías que es preciso tener “madera” de actor para ejercer de investigador privado en determinados casos?

Bueno, no sé si hay que tener madera, pero sí que has de ser una persona con tablas en la vida, hay que saber improvisar… pero eso también te lo da la experiencia. Nadie nace sabido en nada. Al final, los años van a conseguir que dejes esta profesión y te dediques a otra cosa o que sigas en ella. Si sigues en ella, un día tendrás que aparentar ser un actor, otro día, un monje, y otro, un médico, porque en función del terreno donde te muevas o la persona que estés investigando, pues seguramente te va a tocar hacerte pasar por otras personas.

Rafael Guerrero versus Rafa Melero, combate de boxeo literario en Sant Boi Negre 2023.

¿Trabaja solo el detective privado al estilo James Bond u organiza un complejo operativo con varios colaboradores tanto para cumplir con la misión encomendada como para evitar peligros?  ¿Es esta una profesión peligrosa?

A ver, dependiendo del caso, unas veces se trabaja solo al estilo James Bond porque no es necesario montar un equipo, no hay que hacer un operativo de vigilancia muy extenso o porque es una investigación meramente de obtención de información o de buscar fuentes, y luego hay otras investigaciones en las que necesitas un equipo de cinco o seis personas pues porque montas un operativo de seguimiento de una persona, para no perderle, porque viene de otra parte de España o del mundo y la tienes que tener controlada durante varios días en la ciudad para ver con quién se reúne, porque es un tema de competencia desleal, para ver si está pasando información a la competencia, etc.

Yo creo que vivir es peligroso. No es que sea peligrosa la profesión intrínsecamente, pero es cierto que nunca sabes dónde te mueves. No sabes si la persona que estás investigando es un mafioso, va armado o está pirado. No sabes si te va a sacar un cuchillo porque te ha detectado, pillado o por lo que sea. Es una profesión en la cual tienes que ir con cautela.

Rafael Guerrero nos cuenta en Muero y vuelvo que lleva una especie de diario desde hace casi veinte años. ¿Es real? ¿Te basas en los casos plasmados en ese diario para escribir tus novelas?

Llevo un diario, sí, porque todos nuestros casos están expedientados. Tengo, por así decirlo, un Excel con todos los casos que hemos llevado, y luego está la propia memoria que va guardando los casos. Yo soy un artesano de esta profesión. No me gustaría llegar a ser un detective que hace casos como churros, muy impersonal. Conozco perfectamente cada caso, conozco a los clientes y a los investigados, y eso hace que también tenga un control sobre ellos.

Tras el combate de boxeo literario, con Vicente Corachán, en Sant Boi Negre 2023.

Más que un diario, tengo mis notas escritas en el móvil donde guardo reflexiones, ideas, cosas, que son necesarias después para escribir mis novelas… como cualquier escritor. Me baso en casos reales que he vivido. Cuando ya he decidido que voy a escribir una novela sobre un caso determinado, repaso todo lo que tengo escrito en ese diario –vamos a llamarlo así- y sobre esto empiezo a escribir el embrión de la historia. Quiero aclarar que el único nombre real es el mío propio, a los demás personajes les cambió el nombre o, como mínimo, el apellido.

¿Y qué decir de Sigmund Freud, que parece acompañar al protagonista en sueños y reflexiones?  ¿Han influido en tu vida profesional y personal las teorías del padre del psicoanálisis?

¿Lo dices por el capítulo en el que Guerrero habla de los sueños? En el fondo, ese capítulo es un recurso literario que utilicé, pero sí es cierto que el padre del psicoanálisis es muy importante. Al final, un detective no deja de ser prácticamente un psicólogo que analiza la sociedad y ve la cara B del mundo, aquello que no se ve. Creo que quise escribir ese capítulo como homenaje a Sigmund Freud, un capítulo donde parece que nada tiene sentido, pero es que la propia vida, a veces, no tiene sentido.

Para el lector no pasará desapercibida la afición cinéfila de Rafael Guerrero, que recuerda una frase magistral del replicante Roy Batty en una escena de Blade Runner, la mítica película de ciencia ficción. ¿Has visto tú también en tus investigaciones “cosas que no creeríamos”? ¿Son tus novelas un medio para explicar algunas de “esas cosas” “para que no se pierdan en el tiempo como lágrimas en la lluvia”?

Me encanta esta pregunta. Gracias por hacerla, porque es maravillosa. Pues sí, no había caído en eso, pero para mí Blade Runner es una película mítica. Me encantó cuando la vi en su momento. Incluso hice una comunicación en el Congreso Negro de Salamanca hablando de Blade Runner y del personaje de Roy, y sí, he visto cosas que no creeríamos y creo que la literatura me ayuda a poder contarlas para que, efectivamente, “no se pierdan en el tiempo como lágrimas en la lluvia”. 

¿Puede un detective sentir empatía por sus investigados y ponerse en su lugar como hace un colaborador de Guerrero en Muero y vuelvo, y, en ocasiones, él mismo? 

Hay que intentar evitar sentir empatía dentro del punto de vista profesional, pero dentro del punto de vista literario creo que es necesario que el personaje dude, que sienta empatía y que se ponga en el lado que a lo mejor no debe, pero forma parte de la literatura y del ser humano, del humanismo. Como detective, no es buena idea hacerlo porque, seguramente, te meterá en problemas.

Paz Velasco, Xavier Álvarez Llaberia, Rafael Guerrero, Rafa Melero y Benito Olmo en Cubelles Noir 2018.

¿Has rechazado algún caso? ¿Puedes contarnos el motivo?

Bueno, sí. Generalmente, rechazo los casos en los que no existe un interés legítimo por parte del cliente, cuando no tiene derecho a saber la información que te solicita. Por ejemplo, un vecino que quiere saber algo sobre una vecina (si tiene novio, pareja…) o cosas que no se pueden conseguir, o querer saber las conversaciones de WhatsApp de tu pareja, eso tampoco, porque sería una violación del derecho a la intimidad. Todo lo que no cumpla la ley, lo rechazas y todo lo que no represente un interés legítimo, también.

¿Cómo elegiste el título, Muero y vuelvo? ¿Tiene algún significado para ti?

El título hace referencia al propio investigado que, supuestamente, muere en Brasil y vuelve, bueno eso no lo sabemos, pero esa es la idea. Es una pequeña contradicción (Muero y vuelvo). Me gustan los títulos contradictorios, porque la propia vida es una contradicción.

Por último, nuestra pregunta obligada. Háblanos de tus próximos proyectos literarios.

Terminé mi última novela, Tarantella, el año pasado y ahora estoy un poco en dique seco. Tengo una novela romántico-erótica escrita a cuatro manos y todavía estamos esperando a ver si la publicamos. En cuanto a novela negra, para el 2025 me gustaría tener algo, pero a fecha de hoy no tengo nada escrito ni sé cuándo me pondré. También es verdad que tengo un fondo de armario tan completo, con tantas historias que contar, que solo tengo que echar mano de ese diario donde tengo todo apuntado, sentarme, elegir la historia, estar dos o tres meses preparándola y en ocho meses tener la novela.

¡Te deseamos mucha suerte!

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