Entrevista a Sandrone Dazieri, autor de “El Rey”
Sandrone Dazieri nació en 1964 en Cremona (Italia). Tras abandonar la carrera de cocinero, empezó a escribir para convertirse más tarde en uno de los más apreciados escritores y guionistas del panorama literario italiano. En 1999 publica su primera novela, Attenti al Gorilla, a la que siguió La cura del Gorilla, que inspiró la película homónima, Gorilla Blues, Il karma del Gorilla y La bellezza è un malinteso. Como guionista es autor de las exitosas series de la televisión italiana Squadra antimafia, Intelligence y R.I.S. Roma. Con motivo de la publicación de No está solo, su primera novela traducida al castellano (Alfaguara, 2015), que cosechó un gran éxito internacional, declaró la muerte de la novela negra y el renacimiento del thriller como género. Esta novela iniciaba la serie protagonizada por la pareja inolvidable que forman Colomba Caselli y Dante Torre, y que se ha completado con la publicación de El Ángel (Alfaguara, 2017) y El Rey (Alfaguara, 2019). Esta es la primera vez que participa en la BCNegra.
Fue cocinero antes de escritor. ¿Cómo se fraguó ese cambio tan drástico en su vida?
Nunca quise ser cocinero, pero elegí serlo cuando tenía catorce años para poder ganar dinero e irme de casa. Mi madre quería que estudiara estudios clásicos y se llevó un disgusto, pero yo quería acumular experiencia para ser escritor, aunque no sé si era una vocación o un deseo.
En Italia hay dos tipos de jóvenes: los que juegan bien al fútbol y los que no saben jugar y se dedican a leer libros. Yo decidí inventarme historias con los personajes de los libros que leía y la primera historia, pequeña historia que escribí cuando tenía siete años, tenía como protagonista a Mickey Mouse. Me hicieron falta treinta años más para empezar a escribir de verdad.
A los treinta años, empecé a trabajar como corrector de borradores, después ejercí de periodista en el periódico Il Manifesto, como experto en contracultura y llegué a ser uno de los directores de la editorial Mondadori después de publicar mi primera novela policíaca, Attenti al Gorilla (1999). A través de esta y otras novelas de la serie, quería contar como ha cambiado Milán en los últimos años. El protagonista es un esquizofrénico que se llama como yo, Sandrone Dazieri.
¿Qué es lo que más le interesa transmitir al lector?
Attenti al Gorilla y el resto de novelas de la serie es mi respuesta al thriller estadounidense porque en estas novelas el malo siempre es un loco y solo lo puedes matar, pero en la realidad los locos hacen mucho menos daño a otros que las personas normales. Principalmente, se hacen daño a sí mismos. El problema es que, si dices que el criminal es un loco, implícitamente estás diciendo que toda la sociedad es buena. Yo pienso todo lo contrario. Muy a menudo, los locos consiguen ver la realidad tal como es. Yo represento a esos locos.
Lo que quiero transmitir al lector es mis sensaciones con el mundo y sobre la realidad presente, porque es muy difícil hablar de la actualidad durante la actualidad. Hoy en día, la actualidad cambia tan rápidamente que terminas un libro y ya ha cambiado todo. Es mucho más compleja que antaño y, además, no sabes exactamente qué es esa realidad. ¿Son las noticias que encuentras en Internet? ¿Son las que ves en la tele?… Tomemos, por ejemplo, esa paranoia o miedo al coronavirus en Italia. Puedes leer lo que quieras y si eres un fascista puedes llegar a la conclusión de que hay que echar a todos los chinos, pero ¿cuál es la realidad del coronavirus? Tienes que sumergirte en este mar de noticias para encontrar la realidad, aunque muy a menudo ni siquiera esto es suficiente. Cuando siento que no me basta, invento una historia para explicarme desde mi punto de vista lo que está pasando. La ventaja de escribir novelas y no ensayos es que yo puedo inventar.
¿Escribe por compromiso, para hacer pensar al lector o, más bien, por diversión? ¿Cuál es, en su opinión, el objetivo principal de la novela negra?
Con mis novelas el lector entiende cuál es mi punto de vista sobre el mundo, mis sensaciones, cómo lo vivo. En mi opinión, la literatura es un compromiso ético, debe hacer pensar, que puedas leer otros puntos de vista. Si alguien lee uno de mis libros, ve una Milán, una Italia, una España o lo que sea, muy distinta de la que suele ver personalmente. Yo hablo contigo y con otra gente y aprendo muchas cosas de ti que luego reflejo en mis libros. Es como si yo fuera un detective de la realidad, intento entender las cosas, entender el presente, que cambia a un ritmo endiablado mientras estamos hablando, y la única manera que tengo para entenderlo es escribiendo.
Procuro construir historias que sean entretenidas para los lectores y lo hago escribiendo el libro que a mí me gustaría leer. Por ejemplo, una de mis reglas es eliminar todo aquello que molesta a la línea principal de la historia. En la literatura de género tienes que escribir solo lo necesario. Mi mayor trabajo después de escribir un libro es quitar toda la “paja” y, en cada uno, quito un promedio de cien páginas, El Rey incluido. Al final, el lector ha de encontrar una historia bonita.
Se ha calificado a la trilogía de Colomba y Dante de “spaguetti crime” ¿Qué diferencia estas novelas de la novela negra clásica?
El “spaguetti crime” es algo novedoso en el panorama literario italiano. Mayoritariamente, el giallo o novela negra que se vende en Italia es la novela de misterio, tipo Agatha Christie, todo muy clásico, con un comisario amante de la buena cocina, como Salvo Montalbano, el personaje de Andrea Camilleri, un autor que cambió completamente el mercado italiano. Su éxito fue tan brutal que impuso su modelo, el de la comedia humana ligera que conecta con el carácter italiano y que es reconfortante de alguna manera, mientras que el thriller te dice: “Mira, el mundo da asco y, aunque metamos al asesino en serie en la cárcel, sigue siendo un asco”.
Precisamente, una de las características del “spaguetti crime” es que no es reconfortante. No soluciona los males de la sociedad porque está enferma, y ese es el problema. A mí no me interesa la comedia humana, aunque en mis novelas también puedes encontrar el humor, porque sin un cierto sentido del humor no podríamos vivir en un mundo que da asco.
¿Cómo escribe Sandrone Dazieri? ¿Dedica mucho tiempo a la documentación? ¿Y a la reescritura?
Normalmente, tengo una idea, empiezo a buscar algo de documentación y me pongo a escribir. Suelo parar cuando llego a la primera mitad de la historia para documentarme sobre algo que va saliendo. En la segunda mitad voy mucho más rápido, es un trabajo paralelo, escribo y me documento a la vez. Obviamente no utilizo la Wikipedia, intento encontrar documentos y libros en varios idiomas, tengo amigos que, o bien son ladrones o bien policías y les pregunto. Puedo hablar inglés y francés, y entiendo un poco de español, ruso y japonés. Viajando se aprende mucho.
No me considero un escritor ordenado, pero no hago otra cosa. Lo más importante en mi vida es escribir todos los días (guion para la tele, novela, etc.), tocar la batería (eso desde hace dos meses), fumar porros, leer y ver la tele. No tengo otros pasatiempos, ni tiempo para eso, pues siempre estoy trabajando.
Los personajes de su trilogía, Dante Torre y Colomba Caselli, ¿están inspirados en personajes reales? ¿Cómo los describiría?
No me he inspirado en personas reales del todo, pero Dante es como yo, especialmente en los defectos. Él es mucho más genial, pero tiene los mismos problemas, no se siente a gusto en ningún lado y siempre se encuentra fuera de lugar. Yo, como turista soy pésimo, porque en todas las ciudades hago lo mismo que en mi casa: escribo, me voy al cine, no visito museos o muy pocas veces. En cambio, Colomba se parece a mi mujer, físicamente sobre todo. Y hay más parecidos, por ejemplo, la casa de Colomba en El Rey, ubicada en la región italiana de Las Marcas, es nuestra casa.
“Los hombres tienen el destino marcado”, reflexiona el Rey de Oros, en la última parte de la Trilogía de Colomba y Dante. ¿Es esto lo que opina Sandrone Dazieri?
No lo creo. Ver el mundo como quien lee un guion es un efecto de las películas de Hollywood. Piensas que, si algo va mal, tienes tu parte de responsabilidad y si te portas bien al final tienes un premio y todo te va bien porque eres buena persona, y no es así. Sabemos que, normalmente, los “malos” ganan, a un millonario le podría tocar la lotería y un pobre podría perder la única moneda que tiene en su bolsillo. No existen reglas y, si aprendes esto, sabes vivir el día a día.
No es necesario preocuparse demasiado por el futuro porque tampoco depende de nosotros. Que nos portemos mal o bien, al final da lo mismo. No hay nada escrito, pero si tú crees en el paraíso, bueno… yo no me lo creo.
¿Estamos siempre controlados por el poder, estemos donde estemos? ¿Qué es hoy el poder?
El poder ya no lo detenta la política, que hoy es un efecto del sistema económico. Nosotros no conseguimos ver cómo la economía condiciona nuestras vidas, pero todo lo que hacemos está dominado por esta. Antes, se pensaba en el Gran Hermano que nos espiaba, pero teníamos que sufrir ese control. Pensamos que eso cambiaría con los móviles y la revolución de las redes sociales, pero el resultado es que lo que nos cuentan es cada vez más ficticio. Vivimos en un mundo fantástico.
Si, por ejemplo, te informas a través de las redes sociales y eres de derechas, solo recibes noticias de derechas, porque el mundo de las redes se organiza de esta manera y entonces tú crees que ese es el mundo; si estás por el Brexit solo verás noticias a favor y si estás por lo contrario, solo recibirás noticias en contra. Las redes han cambiado el mundo, pero no como se pretendía.
Hoy, cambiar el mundo no pasa por la política. Hasta los 35 años yo fui muy activo en política participando en movimientos sociales de base, antinucleares, antiimperialistas, etc. Ahora, pienso que para cambiar el mundo es preciso que te conviertas en millonario. Si lo eres, puedes cambiar el mundo, más que cualquier político.
Los niños son las víctimas en El Rey y en las otras dos novelas de la Trilogía. Son secuestrados y sometidos a todo tipo de abusos y torturas. Más tarde, algunas de las víctimas se convierten en verdugos ¿Cómo es posible?
Está demostrado que, si sufres abusos de pequeño, puedes llegar a convertirte en verdugo, pero siempre tienes la posibilidad de elegir. Dante se convirtió en una buena persona y sufrió muchísimo, igual que el Rey, pero ocurre que esto es a elección. El Rey eligió otro camino. Todos somos víctimas de la violencia de los demás.
La acción de El Rey se desarrolla sobre todo en la región de Las Marcas, donde Sandrone Dazieri tiene una casa. ¿Se considera un escritor de territorio? ¿Habla de lo que conoce?
Yo hablo de lo que conozco porque lo he estudiado, pero no estoy atado a ningún territorio. Una vez dando una vuelta en coche con mi mujer por Las Marcas, comentamos: “Mira qué bonito. Deberíamos comprarnos una casa para cuando seamos mayores y no podamos trabajar. Queremos una huerta, ver algo de verde, etc”. Al final, nos decidimos por este lugar, que es maravilloso y no se conoce mucho, es una región inexplorada. Así, el lector también lo conoce.
He escrito historias localizadas en Milán, Roma, Cremona, Argentina, etc., pero tengo que conocer el territorio primero, por mí mismo o a través del estudio.
En No está solo y El Ángel, las dos novelas anteriores a El Rey, los dos temas principales son: el sufrimiento de los más débiles y la manipulación de la información ¿Cuál diría que es el tema principal en El Rey? ¿O hay más de uno?
La realidad es un poco más compleja de lo que imaginamos. Quería contar una historia sobre el origen del mal que arrancó toda la trilogía. Diría que el tema principal en El Rey sigue siendo el sufrimiento de los más débiles, y también el de aquellos a los que se considera “anormales”, personas que no cuadran con la moral establecida. No solo sufren por causa del poder, sino que, si son útiles, se les utiliza y explota. Si un autista, por ejemplo, sirve para ser un buen programador, la explotación es brutal, siempre. Esto es lo que quería contar.
¿Volveremos a encontrar a Dante y Colomba en una nueva aventura o la serie termina con El Rey?
De momento están ahí, en mi cabeza, y se van de vacaciones a la Antártida. Allí, me imagino que ella ya estará harta, no puede más… y Dante no hará más que beber y fumar. Ya veremos qué pasa. Eso sí, cuando vuelvan, el viaje empezará en un barco.
Ahora, estoy escribiendo otro thriller que no tiene nada que ver con Dante y Colomba, ellos no podían entrar ahí. El lector encontrará nuevos personajes y todavía no sé si será el inicio de una serie. Faltará ver qué dicen los lectores, porque yo escribo para ellos, pero no escribo lo que quieren, que es diferente. Yo espero que lo que yo quiero les guste también a los lectores. No empiezo por lo que ellos quieren. En ese caso, habría escrito la misma novela durante toda la vida y no sería divertido.
Desde Mucho Más Que Un Libro le deseamos mucha suerte.