Entrevista a Vicente Corachán
Vicente Corachán nació en Cornellá de Llobregat (Barcelona) en 1959). Fue miembro de los Servicios de Información de la Guardia Civil hasta principios de los 90 que abrió su propia agencia de detectives privados. En 2011 decide escribir una novela y lo hace en el género donde mejor se siente, la novela negra.
Su opera prima, “Un cadáver para un detective”, recibe el premio del Colegio de Detectives Privados de Cataluña; lo cual le anima a seguir escribiendo. En 2012, publica “¿Estoy llamando a un detective?”, un libro de anécdotas detectivescas basado en casos que ha vivido personalmente. En 2013 da un paso más y organiza junto a Miguel Ángel Díaz, el Festival de Novela Negra de Collbató y, más tarde, colabora en el SantBoi Criminal y el CubellesNoir. Junto a otros escritores crea Aut@rs de Cornellá (que obtiene el premio Ciutat de Cornellà) y Lletraferits de Sant Boi. Ha colaborado en la serie documental televisiva “Detectius” (Canal 33), en el programa de “Conexión Samanta: Detectives”, y actualmente lo hace en el programa “Línia de servei” de ETV (televisión del Baix Llobregat).
Varios de sus relatos forman parte de las antologías: Properaparada:Cornellá, Ovnipresents, Cornellà mata, Cornellà Eros y Lecciones de asesinos expertos. En 2016 queda como finalista mensual del II Concurso de Relatos Breves de Cornellá (Orfeò Catalonia) y en 2019 gana el premio mensual y se clasifica para el premio anual del VII concurso. En 2016, ve la luz su segunda novela negra, Olga. El miedo de Amanda, recientemente publicada, aborda el dramático tema de la violencia de género. En marzo de 2019 organizó las “Jornadas de Novela Negra y Espionaje Cornellà Negra” en la Biblioteca Marta Mata, de Cornellà.
¿Cuándo empezaste a escribir y qué te impulso a hacerlo
Realmente llevo escribiendo casi toda la vida. Profesionalmente empecé redactando atestados en la Guardia Civil y desde 1992 redactando informes como detective privado, si bien tengo que decir que en 1980, estando en el servicio militar escribí mi primer libro (inédito). Un libro romántico describiendo la ausencia de la persona para mi más querida (mi novia, actualmente mi mujer). Sin saber por qué, ni cómo, después de haber estado varios años escribiendo como columnista en revistas y gacetas municipales de Sant Boi, me atreví con mi primera novela “Un cadáver para un detective”. A partir de ahí fue todo muy inesperado.
¿Ha influido en tu escritura tu experiencia laboral, primero como miembro de los Servicios de Información de la Guardia Civil y después como detective privado? ¿en qué sentido?
Sí. Y mucho. Las vivencias que he podido vivir durante esas dos etapas han sido vitales para que mi cabeza se nutra de traumas y experiencias que ahora puedo sacar por medio de estas novelas. Jamás pensé que eso podría pasar, pero ha ocurrido y me libera de muchas catástrofes ajenas que he tenido que sufrir personalmente.
¿Cómo fue que decidiste pasarte al sector privado y abrir tu propia agencia de detectives? ¿Ha valido la pena la experiencia? ¿es una profesión tan peligrosa y apasionante como nos cuentan las novelas y las películas del cine negro americano?
Contestaré por orden ya que las tres tienen respuestas importantes para mí. Cambié de oficio pidiendo excedencia pensando liberarme de muchos males psicológicos. Vivir atentados y la muerte de algún compañero no es tarea fácil para llevar en la mochila de tu vida. Realmente ha valido la pena, tanto como para que aún, manteniendo esa excedencia, siga ejerciendo como detective. Sabía que era un trabajo similar por dedicarme a la investigación y eso era importante porque no dejaba de trabajar en lo que me gusta y por lo que tengo una gran pasión. La tercera pregunta es más difícil de contestar. Realmente hay casos en los que nos metemos que rayan la peligrosidad. Sobre todo si eres descubierto, pero quizás en eso es en lo que radica el misterio de este trabajo. Como ejemplo pondré que, por desgracia, algunos compañeros han sufrido agresiones muy violentas y, aunque son pocos, contamos con algún caso que el resultado ha sido la muerte de estos.
¿Relato corto o novela? ¿Cómo te sientes más cómodo?
Sin duda novela. El relato me gusta para practicar de vez en cuando, la prueba es que he escrito algunos y de hecho, aparte de las antologías en las que he participado, en dos casos me han concedido un premio.
¿Cómo se gestó El miedo de Amanda? ¿Por qué tratar la lacra social de la violencia de género en tu novela?
En todas las novelas trato de describir algún aspecto social que me lleva a criticarlo desde mi punto de vista. En “Un cadáver para un detective” es una mujer sometida a su marido hasta un punto que él decide hasta involucrarla en un caso de homicidio. En “OLGA” se trata de una mujer mucho más fuerte y actúa totalmente al contrario, causa que lleva al personaje principal a no saber qué responsabilidad tiene ella en esa historia en la que él se ve metido. Y en “El miedo de Amanda”, es sobre la mayor lacra social de estos tiempos, la violencia de género y la novela se gestó después de analizar que, por mucho que parezca que los medios de comunicación quieran hacernos ver que se hace algo, no es así. Y fue entonces cuando se me ocurrió ponerlo sobre la palestra y hacer visible cómo sufren esas mujeres hasta llegar, en muchos casos, a la muerte, y lo mal que está (y las deficiencias que existen) el sistema policial y el judicial. Todavía queda mucho por hacer.
¿Está El miedo de Amanda basada en casos reales? ¿Cuánto hay de realidad y cuánto de ficción? Y qué me dices de los personajes ¿Te has inspirado en personas reales?
No es un caso real, pero en uno en particular sí me inspiró un asunto que llevé yo mismo sobre una clienta que padeció ese tormento. Hay mucho más de realidad que de ficción; incluso en el final de la historia. En cuanto a los personajes, por supuesto que me he inspirado en personas reales. Tanto en el psicópata (tuve un caso real, pero en otro tipo de delito), como en el del cliente y en los policías que intervienen. A partir de ellos… solo tuve que crear una historia de ficción similar a las ocurridas.
El miedo de Amanda aborda dos temas complejos y de trágica actualidad. Por un lado, el detective privado Ezequiel Castillo necesita esclarecer la muerte violenta de un compañero de profesión, aun cuando la policía ya ha archivado el caso. Por otro, es contratado para proteger a una mujer, Amanda, de la posible venganza de su ex pareja. ¿Por qué tratar estos dos temas en una sola novela?
En la novela se contraponen el uno contra el otro. No es más que mostrar que en la vida de un detective pasan cosas muy curiosas y con las que se aprende por un lado y se disfruta por otro, pero también ocurren circunstancias que entran en el tema personal de una manera que cuesta separa lo uno de lo otro. Este es un caso parecido con el que los temas que a veces nos entran nos hacen atravesar una línea que separa en gran manera la vida privada y personal de la profesional. El hecho de tratarlos es solo por el hecho de que la gente se acerque y conozca más (desde dentro) la vida real de un detective de los de verdad. De los de carne y hueso, como lo soy yo.
La novela también denuncia el drama y el terror de las mujeres que viven aterrorizadas con su maltratador. Si se deciden a denunciar, pueden acabar muertas. Si no, puede que también. ¿Cómo crees que se podría resolver o poner las bases para tratar de eliminar esta lacra social? ¿Más educación, más medios policiales y judiciales, más protección y ayuda a las víctimas? ¿Cómo las podemos ayudar?
Así es. Es complejo explicarlo, pero por desgracia sucede así. En la novela lo describo fielmente. La primera pregunta es difícil de contestar. Ya me gustaría. Lo que sí sé es que, tal y como está, no funciona. A las pruebas me remito. Y los medios de comunicación hacen mucho daño. Lo que parece que es una ayuda para que las mujeres denuncien, no resulta, y solo es un elemento para hacerse notar en ese tipo de sucesos que a ellos les da mucha cancha para estar hablando largo y tendido en las televisiones y otros medios. No nos equivoquemos. Por supuesto que el principio está en la educación de los jóvenes, pero si nos fijamos es donde más violencia hay y donde más chicas están sometidas a sus parejas. Poner más policías no es la solución, la protección tampoco, el resto podríamos discutirlo. La solución está ahí. En las escuelas. Ellos son los que crecen sin esos valores. Yo pondría las cámaras en las puertas de los colegios y los institutos, no en las mujeres que han sido maltratadas.
Y en cuanto al maltratador, ¿Nace o se hace? ¿Qué podemos hacer para intentar erradicar esta lacra social?
Nace y aprende. Es solo mi opinión. Para hacer algo así hay que estar desequilibrado. Una persona normal no puede llegar a tener esos impulsos. Y si además le ponemos escenas de otros que, en situaciones como la suya, se han atrevido a tomar ese tipo de solución… Pues ahí lo tenemos… Sentido de imitación.
Gumersindo Hierro, un detective privado amigo de Ezequiel, el protagonista de El miedo de Amanda, es un viejo conocido de los lectores por Olga, tu segunda novela. ¿Te gusta recuperar a los personajes de relatos anteriores?
Sí era una deuda. Gumer (Gumersindo Hierro) surgió para huir de un Ezequiel Castillo muy Vicente Corachán. Pero muchos me pidieron que volviese. Se me ocurrió que ambos se podrían necesitar en algún caso. De hecho, los detectives privados tiramos en ocasiones especiales de compañeros. En el colectivo hay una competencia muy sana. De hecho formo parte de un grupo de detectives que nos juntamos una vez al mes para contarnos experiencias. Sin pensar en competencia, sino en aprender mucho más de ello y que sirva para hacer una profesión mucho más competente de cara al sector privado y con ello ayudar en los tribunales con la aportación de nuestras pruebas. La prueba la tenemos en el programa de “Conexión Samanta: Detectives”.
Recientemente, se han celebrado y has dirigido las Primeras Jornadas de Novela Negra y Espionaje Cornellà Negra. ¿Cómo valoras la experiencia? ¿Tendrá continuidad?
Realmente como muy buena e innovadora. De hecho resultó tan positiva que, a partir del Cornellà Negra, otras jornadas han repetido llevando a sus mesas de tertulia a escritores y profesionales del mundo del espionaje. Si de algo me siento orgulloso es de haber sido el precursor en unir dos géneros que se llevan de la mano. En cuanto a la continuidad siempre dependerá del Ayuntamiento de Cornellá. Quedaron muy satisfechos, pero ya se sabe que todas estas cosas dependen de poder sufragar unos costes y en eso solo responden las partidas presupuestarias con las que el consistorio cuente y el interés que pongan en que la cultura sea mucho más visible. Gracias a Dios, cuento con que Cornellá se esfuerza mucho en este sector cultural y ha creado el llamado «Dinamización del Plan de Fomento de la Lectura: «Cornellà Ciutat de Lectura»». Eso creo que dice mucho de ellos.
Dinos cinco autores y novelas favoritas de tus años de adolescente.
Tengo que reconocer que no era un gran lector de novela. A parte de los obligados por el plan de estudios de ese momento, mis lecturas estaban encasilladas en los cómics de MARBEL: «Cuatro Fantásticos», «Los vengadores», Hulk, Spider—Man, Dan Defensor y, mi favorito, «Capitán América». Y, cómo no, las primeras novelas que cayeron en mis manos del “género”: “Testigo de cargo” de Agatha Christie y “Los crímenes de la calle Morgue” de Edgard Allan Poe.
Y tus cinco autores y novelas actuales recomendadas son…
Ahora sí que me pones en un compromiso, pero me voy a mojar. Entenderé por actuales las que ya no son de aquellos años de juventud que ya están tan lejos. “Irène” de Pierre Lemaitre, “La estrategia del pequinés” de Alexis Ravelo, “Lo que nos queda de la muerte” de Jordi Ledesma, “El alquimista impaciente” de Lorenzo Silva y “La promesa” de Friedrich Dürrenmatt”
Consejos para empezar a escribir…
Eso sí que no. Consejos no puedo dar a nadie, sino recibirlos. Por decir… no dejar de leer y buscar todos los huecos para escribir. Si puede ser cada día, aunque solo sea una hora, mejor que mejor.
Por último, nuestra pregunta obligada. Háblanos de tus proyectos de futuro.
En “El miedo de Amanda” la historia dio pie a que pudiera acabar siendo una trilogía y de hecho estoy escribiendo la segunda parte (no sé si tendrá esa tercera. Todo se verá). Y en cuanto a publicar, supongo que para el año que viene. Me gustaría editarla en el 2020. Dos editoriales me hicieron propuestas en “El miedo de Amanda” pero decliné y opté por seguir con Círculo Rojo. En la próxima estoy en la misma tesitura, de hecho, una de ellas me sigue insistiendo. Pero… la verdad… aun no sé.
Desde Mucho Más Que Un Libro te deseamos mucha suerte.
Leer una entrevista que te han hecho antes, resulta un poco extraño. Es como si no te acordases de qué dijistes.
Estoy más acostuimbrado a leer las entrevistas de otros compañeros autores. Aun así, me parece excelente y se lo agradezco a MUCHO + QUE UN LIBRO.
Muchas gracias a ti, Vicente. Lo que nos cuentas es muy interesante.