¡La ambigüedad de Patricia!
“Vivió dividida entre la búsqueda de la paz y una inclinación hacia la inestabilidad y la locura”. Hablamos de Patricia Highsmith (1921-1995), cuyo desasosiego interior y la infelicidad que arrastró durante toda su vida transformaron en una gran dama del crimen literario.
Mucho Más Que Un Libro asistió a la muy interesante charla Patricia Highsmith: Novel·la Negra i Ambigüitat Sexual impartida por Anna Maria Villalonga, escritora, especialista en novela negra y alma del Blog A l’ombra del crim. Fue el sábado 7 de febrero en la llibreria Antinous, de Barcelona, a las 19 h.
Una mujer atormentada, muy bella en sus años de juventud, que se convirtió con el paso de los años y la mala vida en una anciana de facciones durísimas. Patricia Highsmith murió en 1995, muy sola, en su casa de Locarno (Suiza) rodeada de gatos y envuelta en el misterio. Contaba 74 años.
“No soy amante de las biografías de autores, pues creo que es en sus textos donde encontraremos aquello que quieren decir”, aclara Anna Maria Villalonga en su presentación de esta escritora excepcional. Sin embargo, es evidente que la infancia desgraciada de Patricia Highsmith influyó poderosamente en su vida y en su obra. Se sabe que su madre intentó abortarla tomando aguarrás, que sus padres se divorciaron antes de que ella naciera y que no conoció a su padre hasta los doce años. Durante su infancia y adolescencia mantuvo una relación muy difícil con su madre, que nunca superó.
Años más tarde, influenciada seguramente por los avatares de su infancia, Highsmith escribió La tortuga, un relato corto incluido en la antología de cuentos Crímenes bestiales. La tortuga cuenta la historia de un niño que termina asesinando a su madre porque esta ha matado previamente a su tortuga para hacer sopa. “El tema de hijos que quieren matar a sus padres aparece en algunos relatos y novelas. Highsmith, incluso, dejó escrita una lista de consejos para los niños que quisieran asesinar a sus padres”, explica Villalonga.
¿Por qué escribía Patricia Highsmith? A esta pregunta, la autora contestaba: “por salud, como todos los artistas”. Y es que esta mujer atormentada creía firmemente que terminaría atrapada por la locura y confesaba que “escribía para no hacer lo que pensaba que debería hacer”.
Y, ¿Cómo relacionamos la novela negra con la pretendida ambigüedad sexual o no sexual de Patricia Highsmith? El hecho es que sus novelas debían adolecer forzosamente de ambigüedad moral como lo era el propio comportamiento de su autora. Le gustaban más las mujeres que los hombres, pero mantuvo relaciones sexuales con amantes de ambos sexos. En sus apariciones públicas “presumía de cierto travestismo, era muy malhablada, bebía y fumaba mucho, adoptaba una actitud severa para bromear y reía cuando hablaba en serio”. Y a todo ello, podemos añadir que “no le gustaban los niños, sufría de insomnio, comía muy poco e, incluso en su dietario personal, registraba ciertas fantasías como si fueran verdad. En definitiva, llevaba máscara porque no se gustaba a sí misma».
Sus novelas negras, a diferencia de las de Raymond Chandler o Dashiell Hammett, donde está claro “quiénes son los buenos y quiénes los malos” son, pues, ambiguas. Se trata también de novelas negras de carácter psicológico donde todo está supeditado a la visión interna de los personajes. En ocasiones, el protagonista es el criminal y, “aunque la autora no pretende que el lector empatice con este personaje sino que describe los hechos de forma muy aséptica, a menudo terminamos el libro posicionándonos del lado del asesino”.
Eso es lo que ocurre en la serie de cinco novelas protagonizadas por el arribista Tom Ripley. En la primera, El talento de Mr. Ripley (1955), la homosexualidad del protagonista ya es bastante evidente, así como sus dotes especiales para disfrutar de una vida regalada basándose en el engaño y la mentira. La última novela de la serie, Ripley en peligro, fue publicada en 1991.
Lectora voraz desde muy joven, Patricia Highsmith publicó sus primeros cuentos en la revista Harper´s Bazaar a los 24 años. En 1950 publicó su primera novela Extraños en un tren, donde dos desconocidos entablan contacto durante un viaje en tren y se intercambian las víctimas. La novela fue adaptada con gran éxito para el cine en 1951, dirigida por Alfred Hitchcock, y supuso el salto a la fama de Highsmith.
La culpa, la mentira y el crimen fueron los temas centrales de la obra de esta gran autora de novela negra. “Para ella –explica Anna Maria Villalonga– el crimen literario era un pretexto para luchar contra la locura, pero, sobre todo, para hablar del mundo y tratar de explicarse la sociedad que le había tocado vivir”.
Patricia Highsmith, una autora excepcional, fascinante e inquietante a la vez ¡Imprescindible!