¡Los finalistas en la Semana Negra de Gijon 2020!
“A la literatura no la mata un virus y a la Semana Negra tampoco”, declaró Ángel de la Calle, ilustrador y coorganizador de la Semana Negra de Gijón. Y ahí está el festival más longevo de nuestro país, a pocas horas de iniciar su XXXIII edición, del 3 al 12 de julio. Más de cien autores nacionales y extranjeros, física o telemáticamente, participarán en este gran evento cultural que, como cada año, otorgará diversos galardones a las mejores novelas publicadas en español en 2019. En Mucho Más Que Un Libro destacamos las elegidas para optar al Dashiell Hammett, a la mejor novela de género negro; al Memorial Silverio Cañada, a la mejor primera novela de género negro y al Rodolfo Walsh, a la mejor obra de tema criminal de no ficción.
Durante la mañana del 10 de julio, en el Hotel Don Manuel, sabremos cuales son las novelas ganadoras entre las finalistas a estos premios dedicados al género negro. Para el Dashiell Hammett encontramos a Piedras negras, de Eugenio Fuentes, Orosucio, de Jorge Moch; El último barco, de Domingo Villar; Cupo, de María Inés Krimer y El sueño de la razón, de Berna González Harbour. Para el Memorial Silverio Cañada, las novelas elegidas son: Seis formas de morir en Texas, de Marina Perezagua; Sánchez, de Esther García Llovet; De otro lugar, de Óscar Montoya y Cometierra, de Dolores Reyes. Y, finalmente, para el Rodolfo Walsh 2020, las finalistas son: Ahora contamos nosotras, de Cristina Fallarás; Mirando a los ojos de la muerte, de José Reveles; Los ratones de Dios, de Luis Rendueles y Los años heridos, de Fritz Glockner.
Piedras negras, de Eugenio Fuentes, recupera al detective Ricardo Cupido en un nuevo y trepidante caso. Un hombre descubre que fue robado a su madre y dado en adopción en tiempos de la Guerra Civil española. Se niega a aceptar la verdad, pero su hija aparece asesinada pocos días después. El crimen resulta un tanto gótico y truculento y el atribulado padre le pedirá a Cupido que investigue y descubra qué o quiénes se esconden tras la muerte de su hija.
En Orosucio, Jorge Moch retrata las oscuras relaciones del Estado mexicano con asesinos a sueldo. Tras el hallazgo de una fosa clandestina, la investigación de un profesor experto en arqueología forense podría comprometer al gobierno. La solución es matarlo, pero ello implicará una serie de crímenes posteriores para eliminar a todos los elementos que pudieran constituir un peligro para la estabilidad del poder.
En El último barco, de Domingo Villar, volvemos a encontrar al inspector Leo Caldas (protagonista de la serie iniciada con Ojos de agua y La playa de los ahogados). En esta ocasión nuestro policía investiga la desaparición de Mónica Andrade, la hija del doctor Andrade. La joven vivía en una casa pintada de azul en un lugar donde las playas de olas mansas contrastan con el bullicio de la otra orilla. Un lugar tranquilo, pero Leo Caldas pronto comprobará que, en la vida como en el mar, la más apacible de las superficies puede ocultar un fondo oscuro de devastadoras corrientes.
En Cupo, de la escritora argentina María Inés Krimer, el lector reencuentra a la periodista Marcia Meyer. Embarazada, ésta vuelve a Buenos Aires y consigue un puesto en la sección de Prensa de un Sindicato. Pese a ser una organización que enarbola los derechos de las trabajadoras, Marcia sospecha que junto a esa bandera se ocultan juegos de poder y la batalla por el cupo femenino. Las luchas de las mujeres en los sindicatos, el empoderamiento y la marea feminista destacan en esta novela policial.
La comisaria María Ruiz vuelve a Madrid en El sueño de la razón, de Berna González Harbour. Nuestra protagonista se encuentra temporalmente suspendida por una antigua investigación y prepara su defensa. No obstante, el crimen no descansa: la aparición de unos animales muertos, la ejecución de una joven becaria de Historia del Arte y otros crímenes horrendos llevarán a María (sin equipo, sin uniforme y sin pistola) hasta el legado de Goya, mientras se enfrenta a un ser de extrema inteligencia, marcado por una obsesión y con gran capacidad de manipulación.
Seis formas de morir en Texas, de Marina Perezagua, es una novela sobre el tráfico de órganos. Un hombre es ajusticiado en una cárcel china y sus órganos son objeto de tráfico. Su corazón acaba alojado en el pecho de un norteamericano, y ese trasplante marcará el futuro de las siguientes generaciones. Según la tradición budista, si el corazón no se entierra con el muerto este jamás logrará descansar en paz, y por tanto los herederos del difunto deben traer el órgano de vuelta a China. Una trama inquietante y perturbadora que nos habla de la esencia del ser humano, del azar y del destino.
Sánchez, de Esther García Llovet, sitúa la acción en Madrid, un Madrid nocturno en cuyo cielo de tanto en tanto se ve pasar alguna estrella fugaz. Un Madrid de extrarradio, de timbas, bingos, gasolineras de la M30, Casa de Campo y bares perdidos en la nada. Un Madrid marginal de altas horas de la madrugada poblado de personajes inquietantes. Ese es el espacio que transitan los personajes de esta novela de perdedores en busca de una oportunidad. Sus nombres: Nikki y Sánchez. Juntos deberán entregar un galgo, Cromwell, a una italiana que se dedica al negocio de las carreras de galgos, pero no resultará nada fácil.
De otro lugar, de Óscar Montoya, nos presenta a Antonio Tojeira, un inspector de policía que lleva un año en Alicante. Estamos en 1980 y nuestro policía disfruta del sol, de la modernidad que trae el turismo y de su incipiente relación con Cruz, una echadora de cartas. Sin embargo, todo se torcerá debido a dos acontecimientos inesperados: un joven muere arrollado en extrañas circunstancias en la estación de tren y un télex llega de Madrid anunciando que cada comisaría del país deberá aportar un número determinado de inspectores al País Vasco. Tojeira podría ser uno de los “agraciados”.
Cometierra, de Dolores Reyes, nos cuenta la historia de una muchacha (“Cometierra”) que tragó tierra siendo una niña y supo en una primera visión que su papa había matado a golpes a su mama. Las visiones de “Cometierra” implican una responsabilidad hacia los otros en un barrio donde la violencia, el desamparo y la injusticia brotan en cada rincón y donde las principales víctimas son las mujeres. En este ambiente brutal y despiadado, “Cometierra” deberá encontrar su propio camino.
El niño de Hollywood, de Óscar Martínez y Juan José Martínez, perturbador relato de no ficción, nos cuenta la vida de Miguel Ángel Tobar, El Niño de la clica Hollywood Locos Salvatrucha de la MS-13, y se pregunta qué tiene que ver la administración Reagan con que un pandillero centroamericano haya asesinado a más de 50 personas en su país y cómo un grupo de migrantes adictos al heavy metal terminó pariendo a la pandilla más reconocida del mundo. Esto entre otras muchas interesantes preguntas y respuestas.
Los años heridos, del historiador, periodista y escritor Fritz Glockner, nos cuenta la historia de la guerrilla en México durante los años 1968-1985, y nos relata los mecanismos de represión que el Estado ha usado contra los grupos opositores: asesinato, tortura, desaparición forzada, control de información; que en conjunto denomina «guerra de baja intensidad». Un libro que cubre los datos que faltaban o que estaban equivocados. El autor desvela lo que se ha querido ocultar y hace de su memoria una parte vital de la historia de México.
Ahora contamos nosotras, de Cristina Fallarás, nos cuenta como el movimiento #Cuéntalo crea una memoria colectiva de las agresiones machistas, narradas en primera persona. ¿Por qué tres millones de mujeres participan en solo dos semanas en el relato de la violencia que sufren y han sufrido? ¿Por qué no hemos conocido esos testimonios antes? ¿Cuáles son los mecanismos que lo han impedido? De lectura imprescindible.
Los ratones de Dios, de Luis Rendueles, es una exhaustiva investigación sobre el misterio que rodeó el robo del Códice Calixtino de la Catedral de Santiago de Compostela. El Códice Calixtino un manuscrito iluminado del siglo XII considerado como la primera guía de viajes del mundo y de valor incalculable, desapareció misteriosamente en julio de 2011. Un año después, la policía lo encontraba intacto. El caso también desveló que la razón para robar la obra de arte no era ni mucho menos la esperada por los investigadores.
Finalizamos nuestro recorrido literario con Mirando a los ojos de la muerte, del periodista mexicano José Reveles. Este libro de no ficción reúne una vasta recopilación de textos nacidos de la pluma de José Reveles, dos veces ganador del Premio Nacional de Periodismo y colaborador en varios medios de comunicación.
¡Suerte a todos!