¡Manada de lobos en Wall Street!
En los últimos veinte o treinta años Wall Street y todo el mundo de las finanzas ha sido pasto de lobos y lobeznos “ávidos de pasta” que, escondidos tras una piel de cordero, además de “robar a los pobres para dárselo a los ricos”, se han dedicado en cuerpo y alma a embaucar a todo incauto que se les ha puesto a tiro con el único objetivo de llenar sus bolsillos.
El lobo de Wall Street, película dirigida por Martin Scorsese y magistralmente interpretada por Leonardo di Caprio, retrata una pequeña parte de lo que ocurre cuando las leyes no cumplen su misión o, simplemente, no existen. La película es una de las favoritas para alzarse con los preciados Oscars de Hollywood, con cinco nominaciones que incluyen mejor película, actor y director.
Basada en la historia real de Jordan Belfort (New York, 1962), un joven americano de clase media que “loco por la pasta” decide emprender la profesión de corredor de bolsa, El lobo de Wall Street caricaturiza los excesos de los años de la burbuja financiera, cuya explosión en 2008 con la quiebra de Lehman Brothers nos ha llevado a donde estamos.
Jordan Belfort (Leonardo di Caprio) quiere ser multimillonario y satisfacer todos sus caprichos. Lo consigue tras montar su propia empresa de brokers, Stratton Oakmont, con las comisiones fabulosas que cobra a sus clientes por invertir en acciones basura. El personaje es, también, un experto en la manipulación del mercado de valores, el blanqueo de dinero y todo tipo de corruptelas. Belfort acabó en la cárcel con una condena atenuada tras colaborar con el FBI e incriminar a otros estafadores, pero la sociedad tardará muchos años en digerir la bacanal financiera que él y otros “lobos” sin escrúpulos pusieron en marcha con el único objetivo de enriquecerse.
El lobo de Wall Street, la última película de Martin Scorsese, es una impresionante caricatura de los lobos y lobeznos que “locos por la pasta” nos acechan para amasar una fortuna a nuestra costa y a cualquier precio ¡Que no nos embauquen!