¡Atrapados por el destino!
Violencia, amor y arrepentimiento son el leitmotiv de El ruido que nos separa, ópera prima de Pedro Aranda, finalista al II Premio Novela Debutante Icue Negro que se fallará en la sexta edición de Cartagena Negra el próximo 10 de septiembre. Se trata de una novela coral en la que muchos personajes viven sus historias en distintos lugares del mundo hasta que estas empiezan a cruzarse.
Y es que El ruido que nos separa es una novela de personajes. Dos adolescentes japoneses se conocen a través de Internet y deciden suicidarse juntos. Un ex agente de la KGB sale de prisión y busca al compañero que le traicionó. Un auditor de seguridad industrial es sobornado con una prostituta a cambio de modificar el resultado de su inspección. Un joven americano es obligado a alistarse en un programa de experimentación humana para usar la mente como arma en el campo de batalla. Un famoso cantante arruinado por su afición al juego trata de recuperar a su mujer, huida con su psiquiatra. Un cirujano plástico recibe la visita de su misterioso hermano después de años de ausencia. Y entre tanto, un asesino sin escrúpulos recibe un encargo muy especial. Todas estas historias variopintas avanzarán hasta empezar a cruzarse con el telón de fondo de un combate de boxeo en Bangkok que, para los entendidos en la materia, es considerado el combate del siglo.
El arrepentimiento cobra un papel predominante y común entre los distintos protagonistas de El ruido que nos separa. Todos arrastran malas decisiones y recuerdos que les torturan, como un ruido, silenciado sólo en parte, que no pueden sacarse de la cabeza y que les separa, quién sabe si de manera definitiva, de los seres más queridos. Todos luchan, en definitiva, por dejar de sentirse culpables y tratar de eliminar, por fin, ese ruido.
Nacido en Cartagena en 1979, Pedro Aranda compagina su afición por la lectura de los clásicos americanos y el realismo sucio iniciado por J.D. Salinger, Jim Thompson y John Cheever y continuado por Raymond Carver, Richard Ford o Foster Wallace, con su admiración por autores nacionales como Ray Loriga o Luis García Montero. Su ópera prima, El ruido que nos separa, alberga los clichés propios de la novela negra y del romanticismo clásico de tinte más cinematográfico, desmontados por una suerte de surrealismo costumbrista que termina por redefinir los géneros.
El autor dibuja con precisión esta novela fragmentada y adictiva en la que el lector se ve irremediablemente atrapado en el tejido que va cosiendo cada una de estas particularísimas historias donde el amor, el arrepentimiento por la “culpa” generada por la mala toma de decisiones y, por qué no, la sordidez, están condenadas a cristalizar en un destino tan inevitable como absurdo.
¡No te la puedes perder!