Entrevista a Mireia Vancells, autora de “Escritores anónimos”
Mireia Vancells nació en Terrassa (Barcelona) en 1964. Ya desde pequeña le encantaba escribir, pero la vida la mantuvo ocupada en otros menesteres hasta que la crisis de los cuarenta dio el pistoletazo de salida a su producción literaria. Licenciada en Filología Anglogermánica por la Universidad Autónoma de Barcelona, combina su trabajo en un departamento de exportación con su pasión por la escritura. En 2009 publicó su ópera prima, El secret de la germandat, a la que seguirían Negra Memòria (2013, Premi de Narrativa Marítima Vila de Cambrils Josep Lluís Savall 2012), La carpeta de Vilnius (2015), L’home de Déu (2017, XXXIV Premi de Narrativa Ribera d’Ebre), y Aritmètica del crim (Premi de Narrativa Marítima Vila de Cambrils Josep Lluís Savall 2017 y Premi Cubelles Noir 2019 Millor Novel·la Negra en Català). Escritores Anónimos fue originalmente publicada en catalán en 2020 y ahora, tras un proceso de revisión, reescritura y traducción, la novela ve la luz en castellano de la mano de esta edición de autor, disponible en Amazon.
Explícanos cómo fueron tus inicios como escritora. ¿Qué te impulsó a escribir y publicar ya pasados los cuarenta? ¿Empezaste con relatos o directamente con novela?
Respondo la última pregunta primero: empecé directamente con una novela. Siempre me había gustado escribir y de hecho aprendí a hacerlo escribiendo cartas, porque de adolescente tenía múltiples amistades que vivían lejos y era así como la gente se comunicaba antiguamente, por carta. Escribir cartas frecuentemente me hizo conectar con el placer de relatar las cosas de mi día a día de una manera ordenada y que fuera agradable de leer. Un día, como dices, ya pasados los cuarenta, una persona conocida me contó una historia familiar y pensé que esa historia, que era muy impactante, merecía que alguien la relatase en formato novela. Probé de ser yo ese »alguien» sin tener ninguna experiencia en el género novelístico, y por motivos que no termino de comprender, me salió bien.
Hasta la fecha has publicado seis novelas, incluyendo Escritores anónimos ¿Cómo se gestó la novela?
Después de varios años escribiendo y publicando, tuve ganas de hablar de cómo es la industria editorial por dentro, pero sin saber cómo hacerlo. De repente otras buenas ideas de historias se me cruzaron de alguna manera en el camino, y decidí combinar esas otras tramas que también me interesaban para dotar a Escritores anónimos de una estructura que pudiera sostener un hilo conductor sobre la industria editorial que, para el lector, fuera interesante y no fuera un »tostón».
¿Decidiste la trama y el final antes de empezar a escribir? ¿Cuál fue tu método?
Sí, en realidad en todas mis novelas pienso toda la trama primero, antes de empezar a escribir. En especial suelo pensar en el final y luego desarrollo la historia al revés, de fin a inicio. Ese suele ser mi método. Es mi manera de producir finales sólidos.
Escritores anónimos está escrita en primera persona. ¿Y tus anteriores novelas? ¿Prefieres esta forma narrativa a la tercera persona o al narrador omnisciente?
Depende. La primera persona tiene mucha fuerza porque expresa sentimientos, emociones y vivencias de una manera muy potente, que puede ser muy intensa y también creíble y verosímil. Sin embargo, también te limita, por las mismas razones, si tienes mucho de la voz personal del narrador, difícilmente puedes dar fuerza a otras voces, de manera que la primera persona no siempre funciona. En mis novelas hay de todo, dependiendo de la fuerza que necesito dar a la narración o al punto de vista del narrador.
El agua o la posible escasez de un bien tan preciado para la vida es un tema recurrente en tus novelas, también en esta última ¿Nos explicas por qué?
Seguramente es algo inconsciente que forma parte de mí. Vivo junto al mar, me gusta el mar y pasear por la playa (cuando no hay gente, voy un poco al revés del mundo), me entusiasma la lluvia, me fascinan los lagos y me encantan los ríos. Siempre he pensado, además, que el agua es una de esas cosas que uno solamente valora cuando escasea, y todo apunta, tal como está el planeta, a que cada vez va a escasear más. Así que sí, pienso que las sequías, la escasez de agua y los problemas que nos esperan en el futuro con el agua son temas que suelen aparecer en mis libros.
Escritores anónimos cuenta con dos tramas temporales y aparentemente inconexas. En una de ellas, trasladas al lector a 2042 con un personaje enigmático que inicia una larga travesía por mar. Pareces experta en el arte de la navegación marítima ¿Lo eres? ¿Has hecho algún viaje por mar similar al de uno de los protagonistas de tu novela? Cuéntanos.
Me gusta mucho navegar, aunque no soy experta, ni tengo títulos de patrón, ni barco propio. Durante dos años formé parte de un equipo de regatas que competía en el ámbito del Puerto Olímpico. He navegado en veleros de allegados, o en viajes a Baleares, Costa Brava o islas del Mediterráneo compartidos con otra gente aficionada al mar. Digamos que tengo el conocimiento suficiente de navegar a vela como para no hacer el ridículo, y la experiencia suficiente como para poder crear historias convincentes en ese ambiente.
¿Es el mar un bálsamo para aliviar o, incluso, curar los males del alma? ¿Qué opinas?
A mí me lo parece, sin duda. A mí me quita las penas y me hace sentir conectada a la Naturaleza de una manera especial.
La novela nos presenta a una serie de escritores/as que, una vez terminada su obra, no encuentran cauces de publicación y distribución, situación que les lleva a dudar de sí mismos y a plantearse “la curación del vicio de escribir”. De esta manera, llegan a “La Institución”, una casa rural alejada del bullicio de pueblos y ciudades para iniciar un proceso de “desintoxicación”. ¿Te has inspirado en casos reales? ¿Cuál es la realidad de la industria editorial?
Sí, la trama principal de la novela se sitúa en una institución donde una serie de escritores hartos de »fracasar», por así decirlo, buscan ayuda terapéutica para desintoxicarse y volver a ser una persona normal que no sienta ese sufrimiento que genera el rechazo de la industria. Es como un centro de desintoxicación de »alcohólicos anónimos» que quieren dejar de beber, pero en versión escritores adictos. Los casos son reales, algunos están inspirados en mí, otros en gente que conozco y otros en gente cuyas experiencias he podido leer en blogs o páginas web.
La realidad de la industria editorial es mucho más dura para los escritores de lo que parece a primera vista, es una cadena donde el eslabón más vulnerable es, justamente, quien crea las obras, quien escribe. A menudo nos olvidamos que la industria editorial es eso, una »industria», ni más ni menos. Una industria con un producto que es el libro, y unos beneficios que esa industria intenta que sean cuanto mayores, mejor. Al final, se trata de hacer dinero y que los accionistas tengan beneficios a final de año. La industria editorial es una industria cualquiera, como la que produce latas de sardinas o teléfonos móviles. La industria editorial no tiene nada de literaria.
¿Qué recomendarías a un escritor novel o no tan novel que desea ver publicada su novela y su manuscrito es rechazado una y otra vez por las editoriales?
Primero, que no se desanime: hay casos de múltiples rechazos editoriales en novelistas que más adelante fueron exitosos. La plaça del diamant fue ridiculizada por el jurado del premio al que Mercè Rodoreda se presentó antes de conseguir editor, J.K. Rowling presentó su Harry Potter a un montón de editoriales antes de encontrar la que creyó en ella… los ejemplos son variados. Así que no hay que rendirse. Segundo, que no escuche a la gente que le diga que abandone su afición, y que por el contrario escuche su voz interior. Tercero, que cuide al máximo su ortografía, corrección sintáctica, exactitud en el vocabulario y puntuación: esto, que parece tan obvio, es una de las cosas que se dan por sentadas y que mucha gente olvida. He leído manuscritos con expresiones como »le infringió un terrible daño» (en lugar de »infligió»), con cientos de comas y puntos donde no tocan, o donde faltan, con frases mal construidas y con incorrecciones de guion. Y fíjate que no estoy hablando de »escribir bien» literariamente hablando, sino de la mera corrección formal del texto en sí. Ningún editor leerá más allá de la segunda hoja de un manuscrito con incorrecciones. Y cuarto, que si realmente siente que su obra merece ser publicada y no consigue editor de ninguna de las maneras, que opte por la autopublicación.
Un avión desaparecido en el Océano Atlántico, basado en un hecho real, juega un papel destacado en la historia que nos cuenta Escritores anónimos. ¿Cómo se te ocurrió incluir este suceso en el desarrollo de la trama?
Una de las historias que quería contar era la de qué pasa en un hogar cuando la muerte entra por la puerta y se desencadena un duelo. Un accidente aéreo me permitía »matar» a determinados personajes de una manera original y de una tacada.
Escritores anónimos es una novela coral con muchos personajes que plantea al lector problemas muy presentes en nuestra sociedad hiperconectada y, en muchas ocasiones, deshumanizada, como la violencia intrafamiliar o los hijos desatendidos (niños y adolescentes) por motivos diversos. ¿Qué podemos hacer ante estas situaciones?
Soy bastante pesimista al respecto de este tema. La telefonía móvil y el basurero que es actualmente Internet, la organización de los tiempos de las familias, los horarios incompatibles de empresas y sector educativo, las desigualdades sociales, la vida en las grandes ciudades… no es un caldo de cultivo favorable para el desarrollo saludable de las criaturas y la gente adolescente en términos de salud mental. Es un tema que me preocupa y que está muy presente en Escritores anónimos.
Volviendo al tema de las reservas hídricas en nuestro planeta, Escritores anónimos señala que “durante el siglo XX se duplicó la población de la Tierra y el consumo de agua se multiplicó por seis. Resultado: Se calcula que a mediados del siglo XXI el agua disponible no va a ser suficiente para todos los habitantes”. Ya estamos en el siglo XXI y nos acercamos a la fecha crítica de mediados de siglo. ¿Crees que las próximas guerras se librarán por causa del agua? ¿Tenemos alternativas?
Sí, así lo creo. De hecho, lo hemos visto en la guerra que Israel ha desencadenado contra Gaza, lo primero que ha hecho ha sido cortar el acceso al agua, lo cual me parece una atrocidad sin nombre, un crimen de lesa humanidad. La escasez de agua se avecina como problema mayúsculo y probablemente generará conflictos graves. La única alternativa que nos queda es poner mucha consciencia en el tema y trabajar para que esta cuestión no se convierta en crítica.
Entre tanta realidad desoladora, emerge una brizna de esperanza con la amistad que surge y se mantiene entre dos personajes que pertenecen a entornos muy diferentes. ¿Crees en el poder curativo de la amistad? ¿Y del amor? ¿Se puede vivir sin amor?
En la novela hay una relación de amistad muy bonita, sí, que constituye un oasis, un bálsamo para los personajes involucrados. Sí creo en el poder curativo del afecto, del amor. Y no, bajo mi punto de vista no se puede vivir sin amor.
Recomiéndanos cinco novelas negras favoritas.
Me gustaría mencionar una mía titulada Aritmética del crimen, que por razones obvias es muy favorita mía, me disculpo por el autobombo pero es que es un libro que me encanta. Otras cuatro serían El perro de los Baskerville, de Arthur Conan Doyle; Asesinato en el Orient Express y Muerte en el Nilo, de Agatha Christie y Juan a las ocho, Pablo a las diez, de Luisa María Linares. Esta última no es demasiado conocida, pero a mí me encanta porque es de las primeras novelas que leí cuando era adolescente.
¿Consejos para empezar o escribir… ¿o mejor no ponerse para evitar frustraciones como las de los “escritores anónimos”?
Recomiendo ponerse a escribir únicamente si no puedes evitarlo, si necesitas juntar palabras para contar historias como el aire que respiras. Como reza la dedicatoria de Escritores anónimos: »Advertencia: escribir puede perjudicar seriamente la salud».
Por último, háblanos de tus proyectos de futuro. ¿Algún viaje por mar?
Pues no tengo ningún viaje por mar previsto, ya me gustaría. Mis proyectos son estar tranquila, cuidar mi salud, disfrutar del día a día y escribir en mi tiempo libre. Si el mar me conecta a la Naturaleza exterior como he dicho anteriormente, escribir me conecta a mi propia naturaleza interior como ninguna otra actividad; así que una de mis prioridades es poder escribir un poquito cada día y contar las nuevas historias que rondan por mi cabeza.
Desde Mucho Más Que Un Libro te deseamos mucha suerte