Entrevistamos a María José Moreno, autora de la “Trilogía del mal”
Nacida en Córdoba en 1958, María José Moreno es psiquiatra y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Córdoba. Debuta en la literatura de ficción en 2008 con un relato breve titulado Cosas de Catedráticos, galardonado con el Cuarto Accésit en el II Certamen Internacional de Relato Breve de la Universidad de Córdoba, y en 2010 queda finalista en un concurso de Ediciones Fergutson con su novela de humor Vida y milagros de un ex. Tras publicar Bajo los tilos en 2012, novela con la que obtiene un gran éxito, inicia su “Trilogía del Mal” con La caricia de Tánatos en la que nos presenta a la psicóloga Mercedes Lozano y aborda la espinosa temática del maltrato psicológico. En El poder de la sombra (segunda parte de la Trilogía) varios asesinatos y una sospechosa amnésica con síntomas de inestabilidad emocional descubrirán al lector el poder de la mente y el peso del pasado, tan necesario para entender el presente y encarar el futuro. La fuerza de Eros, último acto de la Trilogía, nos llevará en viaje alucinante hasta el Internet oculto donde reina el mal. En 2020, también con Versátil Ediciones, publica Aquella vez en Berlín, una novela intimista, de personajes atormentados que luchan por sobrevivir a los errores del pasado.
Cuéntanos cómo fueron tus inicios literarios ¿Cuándo empezaste a escribir?
En 2009 participé en un premio de relato corto de la Universidad de Córdoba con un relato titulado Cosas de Catedráticos, obtuve un accésit y ello me animó a comenzar a escribir una novela que llevaba tiempo en mi cabeza dando vueltas sobre el maltrato psicológico, La caricia de Tánatos. Fue la primera que escribí, aunque no la primera que di a conocer. A partir de ahí, he continuado escribiendo relatos y novelas hasta la actualidad.
¿Por qué estudiaste Psiquiatría?
La mente humana me apasiona. Sabemos tan poco de las personas, por mucho que nos cuenten, que es un ejercicio detectivesco llegar a conocer un mínimo de lo que en realidad está pasando en sus cabezas. La manera de ser, de reaccionar, de comportarse se ve influido por miles de instantes de lo que somos (herencia) y de lo que hemos vivido (aprendizaje). Somos complejos y a veces sufrimos mucho por ello y en ese plano es dónde realizamos nuestra labor. La medicina del alma.
¿Relato breve o novela? ¿Cómo te sientes más cómoda?
Me gusta el relato corto, impactante, en el que con apenas 300 palabras montas una historia completa. Para mí, el relato largo es más complicado, se me va de las manos y al final casi siempre termino haciendo una novela. En la novela me siento más cómoda porque puedo jugar con los personajes, reflexionar a través de ellos, vivir y vivenciar con ellos.
¿Cómo se gestó la “Trilogía del Mal”? Y ¿por qué situar la acción en Córdoba?
Todo comenzó a partir de mi experiencia profesional. Un caso grave de maltrato psicológico me llevó a concebir la idea de escribir sobre él de manera novelada para que pudiera llegar a un público más amplio y así surgió La caricia de Tánatos. Enseguida vislumbré que había otros aspectos del Mal que me interesaba reflejar como los abusos en la infancia (El poder de la Sombra) o los acosos por Internet y la pedofilia (La fuerza de Eros) y que por desgracia también había podido constatarlos en pacientes de mi consulta. De esa manera surgió la trilogía desde un principio; como tres novelas independientes en cuanto a la trama principal y una subtrama que se resolvería en la tercera.
Decidí ambientar la trilogía en Córdoba porque cumplía dos requisitos. Por un lado, al vivir yo en ella, me facilitaba ubicar mis personajes en las distintas localizaciones sin necesidad de documentarme y, por otro, porque quería hacer patente que lo que yo quería narrar puede ocurrir en cualquier ciudad, por pequeña que sea, a gente normal a la que se somete a situaciones estresantes y su manera de responder.
La caricia de Tánatos es el primer título de la “Trilogía del Mal” ¿Te inspiraste en la mitología griega? ¿Qué significado tiene Tánatos en el psicoanálisis?
Tánatos, en la mitología griega, personifica la muerte no violenta. Su toque era suave como el de su hermano Hypnos, el dios del sueño. Para Freud, Tánatos es el principio de muerte y se opone a Eros, el principio de vida. En cualquiera de sus dos formas, La caricia de Tánatos me servía para reflejar lo que supone el maltrato psicológico. Algo indemostrable, pero que termina matando, aunque no se vean golpes ni heridas, acaba destruyendo psíquicamente a la persona.
Este primer título, un thriller psicológico que recrea con gran realismo el origen del Mal, nos presenta a los personajes protagonistas: la psicoterapeuta Mercedes Lozano y el psiquiatra Miguel Vergara enfrentados al lado más oscuro de sí mismos y de sus pacientes. ¿Qué opinas de la colaboración entre Psiquiatría y Psicoanálisis? ¿Hasta qué punto es necesaria? ¿Se complementan?
La relación entre la Psiquiatría y cualquier tipo de psicoterapia, sea Psicoanálisis o cualquier otra, es manifiesta porque es uno de los modos que tenemos de tratar a nuestros pacientes junto con los psicofármacos. Centrándonos en el Psicoanálisis, tenemos la fortuna de que Freud concibiera unas características inimaginables (en aquellos tiempos) de los que es el aparato psíquico. El saber que tenemos un Yo consciente y que sobre él actúa nuestro Ello (reservorio de nuestro instintos agresivos y sexuales) y nuestro SuperYo o sea nuestro Pepito Grillo, nos explica muchas de las actuaciones de nuestros pacientes. Además, nuestro inconsciente nos permite que escondamos en él hechos, aunque sea temporalmente, que nuestra mente necesita olvidar para sobrevivir.
Háblanos de El poder de la Sombra, segundo título de la “Trilogía del Mal”. ¿Es tan importante analizar el pasado para entender el presente y encarar el futuro?
Lo que somos nos marca, lo que nos hacen, también, y tan solo en el pasado podemos hallar explicación a hechos o comportamientos que de otra manera no podrían ser explicados. La represión es una de las defensas más fuertes que tenemos. Mediante ella relegamos al inconsciente lo que nos hace daño, así lo olvidamos. Pero eso no significa que en un determinado momento falle y todo lo que hemos querido olvidar salga a relucir. Eso es lo que le sucede a la protagonista de El poder de la Sombra y Mercedes tiene que meterse en su mente para llegar a conocer qué sucedió y así dar explicación a los hechos ocurridos.
La fuerza de Eros cierra la “Trilogía del Mal”. En esta última novela, el lector descubrirá el espeluznante mundo de los pederastas que actúan a través de Internet. ¿Qué opinas de los niños y adolescentes que disponen de un ordenador en su propia habitación?
No creo que el problema esté en disponer de un ordenador en su propia habitación, sino de la educación previa que hayamos hecho. Por desgracia, esto de Internet nos llegó tan deprisa y nos abrió tantas posibilidades que nunca pensamos que llegaríamos a vivir lo que estamos viviendo. Los instrumentos no son malos, los malos son las personas que los utilizan para su perversión. Somos los padres los que debemos aprender a manejar un Internet seguro y transmitirlo a nuestros hijos, lo mismo que les enseñamos educación vial.
Esta novela me costó mucho escribirla. Adentrarme en la Dark Web, ver lo que había ahí, gente sin escrúpulos, deseosos de saciar de la forma que fuere sus apetitos. De pensarlo se me vuele a erizar el vello. Lo pasé muy mal escribiéndola y aún cuando lo recuerdo. Los niños son mi debilidad y que les hagan daño es algo que no puedo con ello.
El ser humano es frágil y muy maleable ¿De qué depende que un individuo se decanté hacia uno u otro lado (maldad o bondad)?
Yo soy defensora del libre albedrío. Estoy convencida de que con independencia de la genética y del aprendizaje, todos tenemos posibilidad de elegir hacer el bien o el mal. Es nuestra decisión la que inclina la balanza y esta decisión a veces es hacia el mal. El mal nace en cuanto un sujeto pretende dominar a otro.
¿Cuánto hay de María José Moreno en la psicoterapeuta Mercedes Lozano… o en el psiquiatra Miguel Vergara? ¿Qué puedes contarnos del resto de personajes? ¿Tienes algún favorito?
Yo creo que ambos, Mercedes y Miguel, aúnan mi vertiente profesional. En cuanto a lo personal no tengo nada que ver con Mercedes. Hay personajes entrañables que se mantienen a lo largo de las tres novelas como Marta, la secretaria de Mercedes, su amiga Teresa, o Roberto, su terapeuta. Estos personajes son los que velan por ella, los que la mantienen a flote, la salvan. Algunos son odiosos, como Marcos, Ernesto, o la madre de Teresa. Desgraciados como Marina, Rosa María o Raquel. Si solo pudiera escoger uno, me quedaría con Marta, ella es tierna, fiel y quiere mucho a Mercedes. Es la madre que nunca tuvo.
¿Cómo acogieron la Trilogía tus compañeros de profesión?
La verdad es que muy bien. Para ellos la sorpresa fue que escribiera. Siempre he intentado compartimentar mis roles y mis ámbitos profesionales de psiquiatra, profesora y escritora para no mezclar porque hay que ser muy prudente, sobre todo si tienes abierta una consulta privada.
Tras La fuerza de Eros, has publicado Aquella vez en Berlín, una novela intimista, de personajes atormentados que luchan por sobrevivir a los errores del pasado. ¿Por qué este cambio de registro?
Después de estar tantos años rodeada del mal, necesitaba un descanso, cambiar a un registro que ya había tocado en mi novela de más éxito, Bajo los tilos, el de la novela intimista. Aquella vez en Berlín es una novela contemporánea, que nos pasea por el siglo XX y XXI, basada en la sincronicidad (las causalidades no existen, todo está conexionado por un propósito), con personajes muy potentes, secretos de familia, cierta intriga psicológica y en la que se muestra como las decisiones, buenas o malas, marcan las vidas y el arrepentimiento es la única forma de reparación.
Volviendo al pasado, ¿qué novelas y autores favoritos recuerdas de tus años de adolescente?
Yo leía desde muy pequeña y leí mucho en mis aburridas siestas de adolescente. Leía lo que había en casa porque no disponía de dinero para comprar libros. Recuerdo haber leído los Premios Nobel, en una colección muy bonita, novelas de Agatha Christie, de Benito Pérez Galdós, de Juan Antonio Zunzunegui, Miguel Delibes, Pearl S. Buck…, y mis preferidas, las de médicos de Frank G. Slaughter. Aunque la que más me impactó fue Cuerpos y Almas de Maxence Van der Meersch, de la editorial Reno.
Cinco títulos y autores actuales que nos recomendarías…
La colina del almendro de Mayte Esteban, Cuando la llamaste Claudia de Pilar Muñoz, Un millón de gotas de Víctor del Árbol, La cordura del idiota de Marto Pariente y cualquiera de Philip Kerr.
¿Cómo escribe María José Moreno? Consejos para empezar a escribir…
Yo escribo cuando puedo y me dejan. En ratos perdidos, fines de semana y vacaciones. Pero sobre todo, cuando la novela la tengo montada en la cabeza, soy capaz de ver la cara de los personajes, los diálogos que mantienen entre ellos… Solo entonces, me pongo a escribir. Suelo hacer un esquema bastante general y unas veces lo sigo y otras no. Siempre escribo con música que incorporo en la novela. En Aquella vez en Berlín, la referencia musical es Richard Wagner, no podía ser de otro modo.
Por último, háblanos de tus proyectos de futuro.
Ahora estoy en un período de reflexión. Aquella vez en Berlín ha salido en un momento muy malo, que nadie esperaba que llegaría. Tuvimos que suspender todas las presentaciones y luego llegó el confinamiento. No hay ferias del libro, se suspenden los festivales… El coronavirus ha venido a complicar aún más el ya de por sí complicado mundo literario. Así que como te decía, ahora que he cerrado el círculo, después de diez años escribiendo, no sé lo que haré. Lo cierto es que en el cajón hay proyectos esperando, pero el que me va a tener más ocupada dentro de poco es de volver a ser abuela. Quizá sea la ocasión perfecta para volver a escribir otro cuento.
Desde Mucho Más Que Un Libro te deseamos mucha suerte.