¡Gatas salvajes, IV Premio Pata Negra!
Cuando sólo faltan cinco días para iniciar el XII Congreso de Novela y Cine Negro que, desde 2005, organiza la Universidad de Salamanca, Gatas salvajes, de Julián Ibáñez, ha resultado galardonada con el IV Premio Pata Negra, un suculento jamón. Un premio muy merecido, sin duda, que no desmerece para nada la calidad del resto de novelas finalistas, que aquí detallamos, empezando, como no, por la novela ganadora:
Gatas salvajes es una novela trepidante y adictiva del maestro Julián Ibáñez. El protagonista, Bellón, un buscavidas que sobrevive dando pequeños golpes callejeros se enamora de Ángela, una prostituta rumana de dieciocho años. Un día, Bellón ve a unos hombres que obligan a la joven a subir a un coche negro. Y sospecha que todo tiene que ver con el GATAS SALVAJES, un club de alterne abandonado. Pero Bellón se resiste a dejar las cosas así, aunque ello signifique abrir puertas que es mejor que permanezcan cerradas por nuestra propia seguridad.
Cuando éramos ángeles, de Beatriz Rodríguez, es una novela coral sobre la pérdida de la inocencia, las experiencias que forjan la personalidad y la búsqueda de la identidad. Clara, una periodista que vive en un pueblo de menos de mil habitantes, iniciará una investigación para esclarecer el asesinato del cacique del pueblo. Con distintos personajes presuntamente involucrados en el crimen, la novela se adentrará en un flashback que mostrará la verdadera historia de cada uno cuando eran adolescentes, así como el descubrimiento del sexo, el amor, la ira, la amistad, la decepción y la venganza.
Cuentas pendientes, de Susana Hernández, da respuesta a todas las cuestiones que quedaron sin resolver en Curvas peligrosas y Contra las cuerdas, las dos primeras novelas de la serie de las subinspectoras Rebeca Santana y Miriam Vázquez, Partiendo de cierta crítica social, Cuentas pendientes enlaza varias tramas criminales, desde el espeluznante caso de una red de tráfico de menores hasta el complicado sumario que lleva Malena, la pareja de Santana, en su condición de fiscal, pasando por la extraña desaparición de la madre de Rebeca.
En El ángulo muerto, Aro Sáinz de la Maza, creador del inspector Milo Malart en El asesino de La Pedrera, enfrenta a su investigador con dos asesinatos y una macabra matanza de perros en Barcelona. Como telón de fondo, una ciudad estigmatizada por los estragos de la crisis, el paro y la corrupción y un psicópata muy peligroso; “su nombre es El Sistema, su apellido, Los Mercados, y su huella se aprecia, no solo en Barcelona, sino en toda Europa”.
El diablo en cada esquina, de Jordi Ledesma Álvarez, reúne cuatro historias independientes que se entremezclan para urdir una novela muy negra. Un niño de papá con problemas de adicción. Un policía corrupto y alcohólico. Una joven prostituta con un botín extraviado que responde al seudónimo de Dulce, y un exmilitar reconvertido en sicario al servicio del crimen organizado. Cuatro personajes al límite, cuyas historias convergirán en una Barcelona que muestra su lado más oscuro y criminal.
Alexis Rodon, un ex policía apartado del cuerpo por agresión a un detenido, y Teresa Olivella, una madre de familia como tantas otras, traspasarán la delgada “línea roja” para ejercer la violencia al margen de la ley en La violencia justa, una espléndida novela negra de Andreu Martín. Violencia de género, brutalidad policial y crimen organizado se dan cita en este thriller de considerable dureza y depurado realismo.
Los ciervos llegan sin avisar, de Berna González Harbour, nos cuenta una historia personal e intimista que gira en torno a un presente descorazonador. Carmen, la protagonista, es una víctima más del estallido de la burbuja social y laboral. Pierde su empleo y cuando todo se desmorona a su alrededor, decide echar la vista atrás y resolver un enigma enterrado en el pasado. Puede resultar peligroso, pero Carmen elige comprender sean cuales sean las consecuencias.
Los incondicionales seguidores de las aventuras de la inspectora Valentina Negro y del criminólogo Javier Sanjuán volverán a encontrarlos en Los muertos viajan deprisa, de Nieves Abarca y Vicente Garrido. En esta ocasión, la historia arranca con un brutal asesinato a bordo del Tren Negro, en el que varios escritores se dirigen a un famoso encuentro de literatura policíaca. Tras este crimen llegarán otros, siempre llenos de simbolismo. Negro y Sanjuán iniciarán una peligrosa investigación para descubrir y detener al enigmático asesino de escritores.
Los crímenes del opio, de Daniel Santiño, novela ganadora del IX Premio L’H Confidencial, nos cuenta una historia localizada en la localidad barcelonesa de L’Hospitalet de Llobregat. El hallazgo de unos restos humanos dispuestos en una macabra escenografía.precede a una serie de asesinatos cada vez más crueles y sangrientos. El sargento Víctor Santino, de los Mossos d’Esquadra, sometido a una fuerte presión mediática, investigará los crímenes.
Nieve y neón, de Jesús Ferrero, sitúa la acción en Berlín, en otoño de 1989. Cae el Telón de Acero, la ciudad es un hervidero de cohetes y proclamas, algunos jóvenes se encaraman en el Muro y festejan la próxima reunificación de Alemania, pero no todos sienten lo mismo. Para unos, la noche se llena de esperanza y para otros, de avaricia: hay prisas por aprovechar a fondo la situación y hacer limpieza de personas y documentos.
La dificultad de superar la adolescencia está muy presente en Maldita verdad, de Empar Fernández. La novela, última entrega de la llamada Trilogía de la culpa, arranca con el suicidio de un adolescente y con la necesidad de la madre por entender lo que ha pasado. Contratará a Raúl Forcano, un joven detective, para que esclarezca lo ocurrido, pero en ocasiones conocer la verdad puede representar una verdadera maldición.
Y llegamos a Sin epitafio, de Francisco José Jurado. Este es el segundo caso del inspector Benegas, un policía que saborea las pequeñas cosas de la vida y cuyo equipo favorito es el Barça. La trama gira en torno a dos extraños asesinatos ocurridos en la aparentemente apacible ciudad de Córdoba. En los cadáveres de ambas víctimas puede apreciarse un extraño e idéntico corte en el pecho. La investigación llevará a Benegas hasta un crimen cometido en la Edad Media, en un caso que resulta tan inusual como sorprendente.
¡Enhorabuena a todas!