¡Mujer y novela negra a través del tiempo!
¿Ha cambiado el papel de la mujer en la novela negra? ¿Hemos dejado atrás los estereotipos de mujer fatal, víctima o esposa sumisa, siempre por detrás del protagonista masculino? ¿Qué decir de la mujer asesina… y de la investigadora? Estas y otras cuestiones fueron debatidas en la interesante mesa redonda Dona i novel·la negra celebrada en la Biblioteca La Bòbila el viernes 29 de abril a las 19 h.
Cristina Manresa, comisaria de los Mossos d’Esquadra, y las escritoras Anna Maria Villalonga (Elles també maten, Noves dames del crim, La dona de gris); Montse Sanjuan (La sergent Anna Grimm, El misteri del bressol buit); Susana Hernández (Curvas peligrosas, Contra las cuerdas y Cuentas pendientes) y Elena Torres (La puta d’oros), que actúo como moderadora, protagonizaron un interesante debate alrededor del papel actual de la mujer en la novela negra. Es evidente que nuestra visión ha cambiado radicalmente desde los lejanos tiempos de la femme fatale popularizada por Dashiell Hammett en El halcón maltés, publicada en 1930. Hoy, contamos con muchas mujeres normales, no “superatormentadas”, protagonistas de novela negra y policíaca. Como ejemplo, citaremos a la subinspectora Rebeca Santana, una policía lesbiana, creada por Susana Hernández, y la sargento Anna Grimm, de los Mossos d’Esquadra de Lleida, hija literaria de Montse Sanjuan.
¿Y cuáles son los referentes literarios de cada una de las participantes en la mesa redonda, Henning Mankell y Patricia Higshmith se llevan la palma, seguidos a corta distancia por Maj Sjöwall y Per Wahlöö (creadores del inspector sueco Martin Beck), Don Winslow, Ernesto Mallo y Pierre Lemaitre. De Highsmith, Susana Hernández admira “su capacidad para que lo cotidiano devenga inquietante”, mientras que Anna Maria Villalonga confiesa preferir la “negritud” de los nórdicos, con sus personajes oscuros, bebedores, solitarios…” y Elena Torres resalta la magia de la novela negra “que traslada al lector a la época y sociedad que describe”.
Algunas de nuestras escritoras han elegido una mujer como protagonista ¿Por qué? A Hernández le resultó “más fácil reflejar el mundo femenino con mujeres policías, víctimas, asesinas, abogadas… aunque mis novelas son corales, con muchos personajes, y los masculinos son tan importantes como los femeninos”. Y en cuanto a la sargento Anna Grimm, Sanjuan explicó que “mi protagonista tenía que llamarse Anna en homenaje a una persona muy querida y, por tanto, tenía que ser una mujer”. A la pregunta de qué diferencias podemos encontrar entre un hombre y una mujer que matan, Anna Maria Villalonga, coordinadora de 25 relatos negros escritos por mujeres en Elles també maten y Noves dames del crim, opina que “en los relatos en que la mujer es la asesina, siempre mata en defensa propia, o de su familia, o en venganza por algo que le han hecho… no hay mujeres narcos, ni que maten por el placer de matar”. Por su parte, Cristina Manresa, privilegiada observadora de la realidad como comisaria de policía, afirma que la realidad supera siempre a la ficción y cuenta algunos crímenes horrendos cometidos por mujeres. “La que es malvada lo es mucho, además de muy lista y calculadora –comenta- y mantiene su versión de los hechos pese a las pruebas en contra, a diferencia de los hombres, que flaquean más”. Y en cuanto a la diferencia en los métodos utilizados para acabar con la vida del prójimo, todas las participantes coinciden en señalar la preferencia de las asesinas por el veneno, como una “sopa de amanita phalloides«, también conocida como “hongo de la muerte” por su alta toxicidad.
Para terminar, una pregunta interesante ¿qué diferencias podríamos resaltar entre los relatos escritos por hombres con protagonista femenina y los escritos por mujeres? Para Susana Hernández, en ocasiones “piensas que lo que hace esa protagonista no lo haría una mujer” y que todo responde a las fantasias varoniles sobre la mujer, y Villalonga destaca “los detalles escabrosos que resaltan muchos autores cuando escriben sobre violencia sexual, algo que no hace una mujer”. Aunque, por desgracia, lo que vende es el encarnizamiento, el sang i fetge, opina Manresa.
Mujer criminal, mujer investigadora, mujer víctima… nuevos papeles en la novela negrocriminal y un debate que no termina aquí. ¡Felicidades por la iniciativa!