¡Granada Noir4, el gran festival de Andalucía!
Con la entrega del IV Premio Granada Noir a Alicia Giménez Bartlett en los jardines del Cuarto Real de Santo Domingo, Granada Noir4 se despidió de sus incondicionales hasta 2019. Muy felices, hemos formado parte de esta gran familia noir y disfrutado de charlas, presentaciones de libros, mesas redondas, exposiciones, gastronomía, cervezas, talleres, cine negro y actividades infantiles, sin olvidar una interesante Ruta Granada Noir que nos puso al día sobre los crímenes más famosos acaecidos en esta tierra sin par en la que “el sol abrasador puede llevar a cometer cualquier delito”, según el escritor sevillano Juan Ramón Biedma.
Una animada conversación entre Alicia Giménez Bartlett, creadora de la inspectora de policía Petra Delicado, y Jesús Lens, codirector del festival, precedió a la entrega del premio. “Nunca pensé en ser otra cosa que escritora”, confesó la autora. En 1997 publicó Una habitación ajena, que ahonda en las contradicciones de la escritora feminista Virginia Woolf y en su relación de amor-odio con su criada, Nelly Boxall. “Era bastante injusta con ella”, opinó Giménez Bartlett. Para “descansar” de Virginia Woolf y para divertirse, decidió escribir una novela policíaca con una inspectora de policía (Petra Delicado) como protagonista y con un ayudante masculino muy machista (Fermín Garzón) que la saca de quicio cada dos por tres. “La primera novela, Ritos de muerte, funcionó bastante bien y mi editor sugirió hacer una saga con el mismo personaje”. Así nació una serie que ya cuenta con once títulos, que ha sido traducida a diecisiete idiomas y en la que los diálogos inteligentes “que juegan con la ironía entre hombres y mujeres” son geniales y uno de los grandes logros de la saga, opinó Jesús Lens.
Granada Noir4 no dejó de abordar los grandes temas que afligen a la sociedad de nuestro tiempo. Así, el martes 2 de octubre, Mabel Lozano presentó El proxeneta, Premio Rodolfo Walsh a la Mejor Obra Policíaca de No Ficción de 2017, y nos abrió los ojos a una realidad espeluznante: la trata de mujeres, “el segundo negocio más lucrativo del mundo”, que provee los prostíbulos de esclavas sexuales sin ninguna posibilidad de escapar. El proxeneta está basado en las largas conversaciones que la autora mantuvo con Miguel, apodado El Músico, un proxeneta arrepentido, que le contó con todo lujo de detalles lo que hay detrás del negocio de la prostitución. “Los proxenetas no son rusos, sino españoles dueños de puticlubs que antes han sido macarras y que tienen en nómina a los mejores abogados, médicos y banqueros –denunció Mabel Lozano– y los “prostituyentes” (clientes) son cada vez más jóvenes porque actualmente los jóvenes ven mucha pornografía, buscan lo mismo que ven y no saben lo que hay detrás”.
La situación en África y el drama de las migraciones fue otro de los platos fuertes del festival. Antonio Lozano, autor de Nelson Mandela: El camino a la libertad y Me llamo Suleiman, entre otras obras, nos habló del gran líder que fue Mandela, el primer presidente negro de la historia de Sudáfrica “que logró acabar con el Apartheid y convenció a la población negra de optar por la reconciliación y el perdón”. Por su parte, Augustin N’Dour, reivindicó la memoria de otro gran líder africano, Thomas Sankara, presidente de Burkina Faso (El país de los hombres íntegros), derrocado por un golpe de estado y asesinado a finales de 1987. N’Dour recordó que la historia de África no empieza con el hombre blanco y la esclavitud y declaró que no se puede entender la inmigración si no echamos la mirada atrás. “Antes de que se iniciaran las migraciones masivas en pateras que tanto preocupan a Europa, tenemos el comercio de esclavos, la colonización de los países europeos y el expolio de las materias primas de nuestros países por los industrializados”. En unos años, se calcula que África alcanzará los mil millones de habitantes y, si no han mejorado las condiciones de vida, “nadie podrá parar a mil millones de pobres que quieren ir a Europa”, advirtió.
El sábado 6 de octubre, en el Cuarto Real de Santo Domingo, el espinoso tema de La corrupción en la novela negra reunió a la jueza y escritora Graziella Moreno y al periodista y también escritor, Carlos Quílez. En conversación con Quico Chirino, autor de A la izquierda del padre, ambos admitieron que la corrupción es inherente al ser humano, aunque “no hemos de resignarnos y debemos aplicarle tolerancia cero”, señaló Quílez. En la novela negra “inventamos poco y mostramos lo que es el ser humano y, en dos de mis obras, Juegos de maldad y Flor seca, he querido mostrar cuál es el trabajo del día a día real de los jueces y de fiscales y policías, qué hacemos y cómo funcionamos”, explicó Moreno. Y Quílez, autor de Manos sucias, entre otras obras, resaltó que “el periodismo permite estar en contacto con la realidad de la corrupción y esa realidad la ficcionamos en la novela negra, donde tenemos un cauce para explicar bien lo que no podemos denunciar como periodistas”. Y contra la corrupción que nos ahoga, procuremos recordar que no podemos rendirnos. “Hay que continuar una y otra vez”, recordaron.
El género negro andaluz fue también motivo de análisis en Granada Noir4 con Juan Madrid, Juan Ramón Biedma, Alejandro Luque, Salvador Rivas y Fanny Beaudoin. Todos coincidieron en que, pese a que hay autores andaluces que escriben novela policíaca, no puede hablarse todavía de novela negra específicamente andaluza, aunque sí hay elementos para que nazca un policíaco andaluz con personalidad propia. “Tenemos la droga que nos entra a través de Algeciras y la oleada de inmigrantes que entran desde África, por citar solo dos de los problemas más acuciantes”, opinó Juan Ramón Biedma.
Muchas fueron las atractivas actividades organizadas por Granada Noir4 para disfrute de los incondicionales del género. En cuanto a las presentaciones de novedades negras, citaremos El dolor de los demás, de Miguel Ángel Hernández; Autofobia, de Juan Ramón Biedma, Tigres de cristal, de Toni Hill; Alacrán, de Salva Alemany; La mala suerte, de Marta Robles; Los viejos seductores siempre mienten, de Juan Bolea; Yeruldelgger, Muertos en la estepa y Yeruldelgger, Tiempos salvajes, de Ian Manook, y Fuera de carta, de Javier Márquez.
El dolor de los demás, de Miguel Ángel Hernández, está basada en un doloroso hecho real. “Hace veinte años mi mejor amigo mató a su hermana y se suicidó tirándose por un barranco. Yo tenía 18 años e intenté olvidar, pero la historia quedó latente y, al final, decidí contarla”, explicó el autor. Juan Ramón Biedma presentó su antología de relatos Autofobia, en un marco excepcional: la estación de metro de Alcázar del Genil, con restos arqueológicos de la época árabe. En Autofobia, el lector encontrará todos los relatos publicados del escritor sevillano agrupados en tres partes: Autofobia, El descenso del Padre Full y Peor que el purgatorio. “La literatura debe servir para exponer determinados males de la sociedad y el cuento es una oportunidad para mostrar contrastes y microsituaciones nada idealizadas con precisión extrema”, apuntó.
Tony Hill utiliza el bullying en Tigres de cristal para abordar un tema mayor. “Hablo de barrios como San Ildefonso, de Cornellá de Llobregat, también conocido como Ciudad Satélite, creado en sus inicios para acoger la inmigración procedente de Andalucía y Extremadura en los años sesenta y setenta”. La novela cuenta la historia de dos muchachos, Víctor y Juanpe, que son víctimas de acoso. Se rebelan y matan al acosador. “Más de treinta años después ambos se enfrentan a las consecuencias del crimen”, reveló Hill. Alacrán, del autor valenciano Salva Alemany, es una historia humana enmarcada en el narcotráfico porque es un tema potente. Santos, el protagonista, es un mecánico de motos que quiere incrementar sus ingresos y se convierte en sicario, pero quiere dejar de matar. La trama se desarrolla en México, “un país muy duro, que contabiliza unos 4.000 asesinatos al año”, explicó Alemany.
La mala suerte, segunda novela negra de Marta Robles, recupera al atractivo detective Roures de A menos de cinco centímetros que, en esta ocasión, se enfrenta a la extraña desaparición de una joven en Mallorca, mientras que Los viejos seductores siempre mienten, de Juan Bolea, mezcla elementos de novela negra con toques hilarantes y también con algunas características de la novela romántica. “El lector encontrará un muerto y una investigación a cargo de un detective nada atractivo, pero que se ve envuelto en un duelo entre dos divas. Mi reto en esta novela: sostener el humor de principio a fin sin que la tragedia decaiga”, confesó Bolea.
Ian Manook, seudónimo del escritor francés Patrick Manoukian, explicó que, para escribir su primera novela policíaca, Yeruldelgger, Muertos en la estepa, buscó un escenario inédito con una cultura muy diferente de la occidental (Mongolia) y descartó otros lugares como Patagonia y Alaska que ya formaban parte del imaginario literario criminal. A esta primera novela le siguió Yeruldelgger, Tiempos salvajes, situada en un contexto más urbano. La muerte nómada, cuya publicación se espera para 2019, cerrará la trilogía.
Deliciosas tapas noir regadas con refrescantes cervezas Alhambra en el Bar El Coso, amenizaron la presentación de Fuera de carta, un libro de Javier Márquez que abre el apetito del lector combinando relatos, recomendaciones y experiencias gastronómicas placenteras. La gastronomía y la literatura negrocriminal van de la mano, como demuestra lo que decía Pepe Carvalho, el inolvidable detective gourmet nacido de la pluma del maestro Manuel Vázquez Montalbán, “Hay que beber para recordar. Y comer para olvidar”.
Todo esto y mucho más nos ofreció este espectacular festival que también destacó la importancia del fotoreporterismo, hoy no suficientemente reconocido. Radioteatro, cine, encuentros especiales en bares y restaurantes cuidadosamente escogidos, clubs de lectura, actividades infantiles, sin olvidar la espléndida Ruta Granada Noir por los lugares más emblemáticos de una ciudad que cuenta en su haber con crímenes tan conocidos como los asesinatos de Mariana Pineda y Federico García Lorca, y con un barrio, El Albaicín, que fue escenario –algo no tan conocido- de la resistencia antifranquista protagonizada por los hermanos Quero (Antonio, José, Pedro y Francisco) durante los primeros años de la posguerra hasta su muerte.
Una semana magnífica y un festival, Granada Noir, que es ya un referente en Andalucía y en todo el país. ¡Nuestras felicitaciones a los organizadores y a todos los que lo han hecho posible! ¡Nos vemos en 2019!