¿Heredamos la maldad?
“La maldad es innata en el ser humano y la propensión a la violencia se hereda, pero para que una persona se convierta en un maltratador o en un psicópata criminal debe aparecer un detonante. Depende de muchas cosas porque el cerebro humano es muy complejo”, explicó Paz Velasco de la Fuente en la presentación de Homo Criminalis en La Casa del Libro, de Barcelona. Fue el jueves 13 de mayo, con aforo completo y con todas las medidas de distancia y seguridad implementadas para mantener a raya al temible asesino encarnado por el COVID 19.
Carlos Quílez, periodista, escritor y director de Análisis de la Oficina Antifraude de Cataluña entre 2009 y 2014, presentó este segundo libro de Paz Velasco, tras el éxito de Criminal Mente (2018), que ya va por su sexta edición. En su primer ensayo, la autora demostró la importancia de la criminología como una ciencia necesaria para entender la mente del asesino y prevenir el crimen. “Criminal Mente es un excelente libro de consulta sobre los motivos que pueden llevar a alguien a cometer un asesinato, pero Homo Criminalis da un salto adelante, nos habla de los riesgos a los que se enfrenta la sociedad actual con la irrupción de Internet y ayuda a comprender mejor cómo somos los seres humanos”, argumentó Carlos Quílez.
“Todos tenemos la capacidad de matar en situaciones extremas (casos de legítima defensa o para defender a un hijo), pero esto no significa que todos nos vayamos a convertir en asesinos”, explicó la autora, quien añadió que “aunque no nos falte la materia prima, precisamos de un desencadenante para convertir a una persona en asesino”. A la pregunta de las motivaciones de hombres y mujeres para matar, Paz Velasco aclaró que son muy diferentes: “los hombres matan por sus fantasías, son “cazadores” y buscan víctimas a las que asesinan con cuchillos o armas de fuego. Son más impulsivos que las mujeres. En cambio, éstas son “recolectoras”, no “cazadoras”. Esto quiere decir que asesinan a personas de su entorno, que confían en ellas, matan por conveniencia o por sus emociones (celos, odio, venganza…) y no tienen prisa. La víctima puede ser envenenada lentamente sin darse cuenta de que está siendo asesinada”.
La aparición de los Copycat killers o imitadores de asesinos famosos y de los Copycat mass shotter que perpetran crímenes en masa es una de las nuevas formas de la criminalidad en nuestra sociedad de la inmediatez. “En Estados Unidos, la notoriedad inmediata que adquiere un asesino que comete crímenes horrendos facilita que surja el “efecto imitación”. En 2021, llevamos contabilizados 175 tiroteos masivos en un país donde es muy fácil adquirir armas de fuego. Y solo estamos en mayo”, señaló Velasco.
¿Y qué decir de pedófilos y pederastas que han encontrado en la red la fórmula ideal para organizarse en asociaciones y seducir a sus víctimas, niños o adolescentes, a los que convencen para que les faciliten imágenes sexuales explicitas haciéndose pasar por uno de ellos? Pues, lo primero a destacar es que no es lo mismo un pedófilo que un pederasta. “Aunque los dos comparten una parafilia patológica, como es la atracción por los menores, el primero nunca cometerá un abuso sexual, aunque sí puede coleccionar vídeos o fotos; el segundo, en cambio, sí que llegará a traspasar ese límite y abusará sexualmente de su víctima”, aclaró la autora.
Todo esto y mucho más sobre la maldad inherente al ser humano y los nuevos riesgos que enfrenta la sociedad actual con la irrupción de Internet y las nuevas tecnologías (TIC) lo encontrarás en Homo Criminalis: El crimen a un clic, un apasionante libro, muy interesante para comprender la actuación criminal y prevenir el delito.
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