¡Juicio a La Transición!
Cada vez más voces señalan que la Transición fue un proceso que se cerró en falso, enterró la memoria histórica y alumbró una democracia descafeinada. Hoy sufrimos las consecuencias de los actos del pasado y de ello nos habla La puta d’oros, una excelente primera novela negra de Elena Torres Girbau, presentada en la barcelonesa Librería Alibri el jueves 17 de diciembre a las 19 h.
Anna Maria Villalonga, escritora y alma del Blog de novela negra A l’ombra del crim, y Ricardo Mirabelle, en representación de la editorial Gregal, iniciaron el acto con la lectura de dos duros fragmentos de La puta d’oros. “Se trata de una novela ambiciosa, bien pensada, donde todo encaja y que va más allá del género negro”, afirmó Villalonga. Novela muy negra, con trasfondo de drama histórico, la historia arranca en febrero de 1976 en Barcelona. Tras una manifestación antifranquista un comando de extrema derecha golpea a una joven hasta darla por muerta. La víctima sobrevive y, pese a que los atacantes van enmascarados, está segura de saber la identidad del responsable de la agresión. El miedo la atenaza, no se atreve a denunciarlo, abandona la ciudad y marcha al extranjero para empezar una nueva vida. Sin embargo, en 2008, el pasado saldrá a su encuentro y, entonces, no habrá piedad.
Elena Torres Girbau empezó a escribir La puta d’oros “como un divertimento. Tenía que ser una historia sencilla y no me hacía falta documentarme porque trata de lo ocurrido durante los primeros años de La Transición, una época que conozco muy bien”, confiesa Torres Girbau. Pero la historia empezó a crecer y “yo quería hablar de esos años y dar voz a las víctimas, como a Jana Martí, la protagonista principal y escritora de viajes, que intenta llevar adelante su vida sin darse cuenta de que la tiene deshecha”.
Se trata de una novela de personajes, muy densa, en la que destaca la importancia de un pasado que condiciona el presente. Y también es una novela de dualidades: 1976 frente a 2008; novela negra y, a la vez, drama histórico; Barcelona, vista como “el lugar oscuro que recuerda a la protagonista todo lo malo que le ha ocurrido en la vida” frente a Calafell y, sobre todo, Llança, descritos como locus amoenus o lugares idílicos, ámenos y agradables.
Y dualidad, al fin, la que se produce entre dos tipos de justicia: “la que dictan las leyes –a veces no es suficiente- y otra que, muchas veces, está fuera de la ley”, sin olvidar la dualidad de todos y cada uno de los individuos. “Los que hoy son víctimas, mañana pueden ser verdugos”, señala la autora.
La puta d’oros, una novela negra que aboga por la recuperación de la memoria. Muy recomendable tanto para los que vivieron los últimos años del franquismo y la denominada Transición como para los jóvenes que desconocen los horrores de un pasado no muy lejano.