¿Por qué nos fascina el crimen?
“Puede que sea el morbo, un elemento muy importante en la curiosidad humana por cosas que nos atraen y nos aterran a la vez. En Criminal Mente intento dar mi punto de vista como criminóloga y penalista”, explicó Paz Velasco de la Fuente, autora de este apasionante ensayo que nos presenta a la criminología como una ciencia necesaria, que debería empezar a aplicarse en los colegios, para prevenir el crimen.
Prado G. Velázquez, autora de la novela detectivesca En blanco y negro, acompañó a Paz Velasco de la Fuente en la celebración de la tercera edición de Criminal Mente. Fue en la librería Barra Llibre, de Barcelona, llena a rebosar, el miércoles 19 de diciembre. ¿Y por qué le atrae el crimen a la criminóloga y gran comunicadora que es Paz Velasco? “Pues porque quiero entenderlo y si quieres prevenir una conducta delictiva tienes que saber los motivos, por qué ha sucedido”, expresó.
¿Por qué una persona aparentemente normal puede llevar una doble vida y convertirse en un asesino? ¿Qué pasa por la cabeza de algunas personas para que empiecen a matar? “Habitualmente se trata de psicópatas, personas que nacen con una serie de alteraciones cerebrales, aunque ello no presupone que vayan a convertirse en asesinos pues el crimen es multifactorial. “Ni todos los psicópatas matan, ni todos los asesinos en serie son psicópatas”, afirmó la autora.
¿Y cuáles son las características principales de la psicopatía? La primera, la falta de empatía, su imposibilidad de ponerse en el lugar de otro “es lo que alimenta su crueldad”. En segundo lugar, la frialdad emocional, pues se trata de individuos incapaces de sentir algo por los demás, y, en tercer lugar, la ausencia total de arrepentimiento o culpa por sus acciones. Sin embargo, son vanidosos y egocéntricos y a un psicópata asesino “se le pilla habitualmente por su vanidad, verdadero talón de Aquiles de estos depredadores sociales”.
Todo empieza en la infancia y Velasco defiende que haya criminólogos en los colegios para prevenir el bullying, pues el acosador-a puede en el futuro llegar a cometer otros delitos, tipo violencia de género o intrafamiliar, como la de madres que no quieren a sus hijos y los maltratan, pues también las hay. “A partir de los cuatro años ya se puede detectar a un psicópata por su comportamiento. Podemos considerar normal que el niño tire de la cola al perro de la familia, pero no que le clave un tenedor o que meta al gato en la lavadora. No todo son cosas de niños”, matizó.
El cine y la literatura también tuvieron su momento estelar en esta interesantísima presentación. Así, aprendimos que los psicópatas cinematográficos son cada vez más creíbles porque se inspiran en la realidad, aunque no todos son verosímiles, como el psiquiatra caníbal Hannibal Lecter, de El silencio de los corderos. Para Paz Velasco, es más real el personaje de Anton Chigurh, el asesino psicópata de No es país para viejos, muy bien interpretado por Javier Bardem, así como la “dulce” Ami (Rosamund Pike), supuestamente asesinada por su marido en Perdida. Y, en el plano nacional, destacó a Cesar (Luis Tosar), el portero psicópata que no soporta ver felices a los demás, protagonista de la inquietante Mientras duermes, de Jaume Balagueró. En cambio, Dexter, el protagonista de la serie del mismo nombre, no es un psicópata, como ya adivinó Prado G. Velázquez, sino un particular justiciero “que nos gusta porque mata malos”, explicó la autora de Criminal Mente.
Y tras este repaso a psicópatas asesinos, hombres y mujeres, reales y de ficción, no podía faltar un brindis por la tercera edición de Criminal Mente, un ensayo apasionante que nos introduce en el complejo mundo de la psicología del criminal. ¡De lectura imprescindible!