¡Ruta literaria por la periferia barcelonesa!
La BCNegra 2020 cerró sus puertas oficialmente el pasado 9 de febrero, pero los “adictos” al género todavía podemos disfrutar de diversas y atractivas actividades relacionadas con la novela negrocriminal. Este es el caso de la interesante ruta literaria “Conèixer Barcelona amb la novel·la negra Besòs Mar”, organizada por la Biblioteca La Bòbila, el sábado 22 de febrero. El paseo contó con un guía de excepción: LLuis Bosch, autor de Besòs Mar, novela ganadora del 2on Premi Memorial Agustí Vehí-Vila de Tiana.
La ruta se inició en la misma salida de la estación de tren de Sant Adrià de Besòs con la visión de las tres chimeneas de la antigua central hidroeléctrica, presentes en la portada y en diferentes pasajes de Besòs Mar como un personaje más. “Se considera a la central culpable de las lluvias negras que valieron a la cercana playa el lóbrego sobrenombre de “playa de Chernóbil”, explicó Lluis Bosch. Además, las tres chimeneas fueron calificadas por Javier Pérez Andújar, escritor natural de Sant Adrià de Besòs, como “La Sagrada Familia de los pobres”, una definición que pocos de los allí presentes debían conocer.
Fue precisamente la lectura de Paseos con mi madre, de Javier Pérez Andújar, un libro que rinde homenaje a la periferia barcelonesa, lo que inspiró la escritura de Besòs Mar, confesó su autor. Mediante la fusión entre lo fantástico y lo negro, la novela nos habla de muchos temas, especialmente de la influencia del pasado en el presente y de la Transición, presentada como modélica durante muchos años. De aquellos tiempos convulsos, Sant Adrià recuerda con el nombre de una calle a Manuel Fernández Márquez, de origen extremeño, obrero de la construcción en la Central Tèrmica del Besòs, asesinado a tiros por la policía franquista en abril de 1973. El motivo: reclamar junto a sus compañeros 40 horas semanales de trabajo, en lugar de las 56 que hacían, mejoras salariales y de condiciones laborales, que hoy (todavía y por el momento) disfrutamos.
Besòs Mar gira en torno al inspector Arsenio Crespo, un policía a punto de jubilarse que, al igual que Manuel Fernández Márquez, es de origen extremeño. Estamos en 2003, poco antes de inaugurarse el Fòrum de les Cultures, y los Mossos d’Esquadra se despliegan en Cataluña en sustitución de la Policía Nacional. Un cadáver aparece crucificado en una playa de Poble Nou (Barcelona) y Arsenio Crespo se verá obligado a investigar el crimen. Pero nada será fácil para un hombre viejo y cansado al que persiguen los fantasmas de un pasado oscuro que preferiría olvidar. En su investigación, Crespo llegará a la periferia barcelonesa, al número 1115 de la Gran Vía, donde una vidente jugó un papel decisivo en la resolución de un truculento caso de asesinato muchos años atrás.
Nuestro paseo continuó por el barrio de Sant Roc, adscrito al municipio de Badalona, aunque muy cercano a Sant Adrià, creado para alojar primeramente a la población que vivía en las barracas de Montjuïc y del Somorrostro, y nutrido después con las sucesivas oleadas de inmigrantes. Un barrio que aún hoy se considera muy conflictivo, con pisos construidos con materiales de muy baja calidad y dimensiones inferiores a los 50 metros cuadrados. Las peleas entre clanes son frecuentes y la vida en el barrio muy precaria, con viviendas y servicios que no alcanzan los estándares mínimos de calidad.
Aunque es innegable que Sant Adrià se ha transformado y mejorado visiblemente en las últimas décadas, todavía queda mucho por hacer. Así, nuestro paseo nos llevó a la calle Cristóbal de Moura y a adentrarnos en el popular barrio de La Mina. Atrás dejamos el puente sobre el rio Besòs y los flamantes edificios de la llamada Mina pija, un contraste descarado con los aproximadamente veinte bloques y 2.721 viviendas que forman La Mina en su conjunto. El barrio empezó a construirse en 1969 para albergar a los barraquistas del Campo de la Bota, Pequín, la Perona y Casa Antúnez, entre otros. Su bloque más famoso es el llamado “edificio Venus”, que espera su derribo desde hace dos décadas, por su alarmante estado de degradación. La Mina ha sido también fuente de inspiración para el llamado “cine quinqui”, del que Perros callejeros fue su máximo exponente. La película fue rodada en 1977 con actores que eran asimismo delincuentes.
Lluís Bosch Albert nació en Barcelona en 1964. Trabaja como docente y es escritor, aunque dedica a la lectura la mayor parte de su tiempo. Ha publicado cuentos y relatos juveniles, entre los que destacan Els dimonis de Barcelona (1990) y El rei del Guinardó (1991). En 2007, ganó el Premi de Narrativa Ciutat de Lleida con la novela Les petges invisibles. En 2013, publicó Aire brut, su primera incursión en el género negro, a la que siguió en 2015 Besòs Mar, 2on Premi Memorial Agustí Vehí-Vila de Tiana.
Un paseo literario muy instructivo por la periferia barcelonesa de la mano de una novela muy negra, Besòs Mar. ¡Una experiencia para repetir!