¡Sectas, prisión sin barrotes!
“Las sectas son organizaciones criminales extendidas a nivel mundial a las que no prestamos la atención que deberíamos”, opinó Ariadna Herrero en el vermut literario Nadal Negre en Cubelles Noir del pasado 8 de diciembre. Profesora de Secundaria y escritora, la autora ha publicado recientemente Seràs un dels nostres, una novela negra que alerta del poder destructivo de las sectas y facilita conocer sus mecanismos de captación para poder combatirlas.
Marià Talló acompañó a la autora en la presentación de esta novela de personajes relacionados con una secta en la que “algunos se están introduciendo, otros se encuentran totalmente integrados y buscan nuevos adeptos, y otros empiezan a ser conscientes del engaño e intentan salirse”. El protagonista, Guillem Sala, entra en la secta, una organización naturista aparentemente inofensiva, para indagar qué le ha ocurrido a su novia desaparecida. “La secta que aparece en mi novela es ficticia, pero representa muchas otras que existen en la realidad. Si se conocen sus métodos, son más fáciles de combatir”, opinó Herrero.
“En los institutos se habla de drogas, del bullying, de sexo y de otros temas, pero no de sectas y a mí siempre me ha interesado el tema de la manipulación que puede llevar a muchas personas a hacer barbaridades”, explicó la autora. Ya en el reciente Festival de literatura i cinema negre Vilassar de Noir, una muy interesante mesa redonda, Atrapats en una secta, reunió al experto en problemática sectaria Pepe Rodríguez, a la educadora social y escritora Raquel Gámez Serrano y a la propia Ariadna Herrero para debatir una problemática muy extendida, aunque casi desconocida para la mayoría.
“La personalidad narcisista de los creadores de sectas es la clave, aunque ese líder manipulador solo conseguirá hacer lo que quiera con la gente más frágil, que es muy manipulable a través de las emociones. Si aprendemos a gestionarlas -nuestras emociones- todo va mejor”, explicó Pepe Rodríguez en Vilassar de Noir. “También es muy importante un buen entorno familiar, no autoritario, ya que lo que perjudica más a un hijo es lo más cercano”, añadió Ariadna Herrero, quien también apuntó que “el problema no es el nivel cultural, sino la fragilidad emocional que arrastra la gente con problemas de autoestima y de relación con los demás”.
“No sabemos nada de las sectas, no agrada saber que es un problema muy extendido, pero lo único que podemos hacer es prevención y eso implica hablar de ellas”, apuntó Raquel Gámez en Vilassar de Noir. Para combatirlas hay que conocer el funcionamiento, las cosas que hacen para debilitar la voluntad, como desarrollar una fobia al mundo exterior, dietas drásticas u horas de sueño limitadas o interrumpidas por oraciones. “En este estado no puedes pensar bien y es otro quien toma tus decisiones”, manifestó Herrero. En resumen, la secta se convierte en una prisión sin barrotes de la que es muy difícil escapar.
Seràs un dels nostres, una novela que alerta al lector del poder manipulador de las sectas. ¡No te la pierdas!