¡Cubelles Noir IV, dimensión internacional!
Cubelles Noir, el Festival de la Novel·la Negra del Garraf, celebró su cuarta edición por todo lo alto del 22 al 25 de agosto de 2019. Mucho para destacar en este festival veraniego, que consolida su vocación internacional con la entrega del premio al mejor personaje de novela negra en la persona del comisario heleno Kostas Jaritos. Este es un policía, frecuentemente malhumorado y con fama de intransigente, al que solo Adrianí, su esposa, “consigue meter en cintura”, según confesión de su padre literario, Petros Márkaris, que recogió el premio en su lugar.
Petros Márkaris fue el invitado “estrella” en Cubelles Noir IV y su conversación con el escritor argentino Ernesto Mallo no defraudó al numeroso público congregado en el Centro Social de la localidad. Márkaris explicó que necesita estar enfadado por algo para escribir una historia y eso es lo que ha pasado con su última novela publicada en nuestro país, Universidad para asesinos. “Si viviera en un país normal, no podría escribir”, confesó. Ernesto Mallo, por su parte, recordó a los presentes que “lo que es malo para la humanidad es bueno para la literatura”. Y es que “todos deberíamos estar muy enojados por lo que está sucediendo en el mundo. Todo está en crisis y es un momento muy peligroso, porque nos encontramos en una situación similar a la que favoreció el crecimiento del nacionalsocialismo en Alemania”, opinó Márkaris. En cuanto a la escritura, el autor apuntó que “escribir es una forma de decir que tiene que haber una solución para lo que está ocurriendo” y desveló que, en la próxima entrega de la serie de Jaritos, éste se convertirá en abuelo. “Mis novelas tienen dos aspectos: la historia criminal propiamente dicha, y la evolución de la familia”, explicó.
Cubelles Noir IV introdujo también en esta edición la presentación previa de las autoras y las obras nominadas a los Premios a la Mejor Novela Negra en Castellano y en Catalán. El primer turno correspondió a las novelas en castellano: En blanco y negro, de Prado G. Velázquez; Incognitus, de Antonia Huertas; El jardín de los sospechosos, de Marina Sanmartín; Corazones negros, de Noelia Lorenzo Pino y Muerte entre las estrellas, de Laura Balagué. Sin apenas descanso, continuamos con las novelas en catalán: Caliu sota les cendres, de Dora Muñoz; Memòria Mortal, de Montse Sanjuan, tercera entrega de la serie de Anna Grimm; La bossa de seda, de Esther Vila; Paradís d’ombres, de Núria Gras, y Aritmètica del crim, de Mireia Vancells. Las ganadoras fueron Noelia Lorenzo Pino y Mireia Vancells, aunque el jurado manifestó la dificultad de la elección dada la calidad de las novelas nominadas. ¡Enhorabuena pues a todas las candidatas, y especialmente a las ganadoras!
Los adictos al género disfrutamos de muchas y atractivas actividades durante estos cuatro calurosos días de agosto en Cubelles Noir. Destacamos la charla sobre Fantasía, sexo y crimen, impartida por Paz Velasco, autora de Criminal Mente, un libro apasionante e imprescindible para todos los que intentan comprender por qué el ser humano mata. La autora, abogada y criminóloga, nos mostró imágenes espeluznantes de crímenes reales con víctimas muertas y colocadas en diferentes posturas por las fantasías recurrentes de sus verdugos. “Todos estos criminales tienen fantasías de sexo, poder y control y éstas empiezan a crearse a una edad temprana (entre los cinco y los ocho años)”, matizó Velasco. Ya en la edad adulta, “el asesino pasará por la fase de observación antes de llegar al crimen para satisfacer sus fantasías enfermizas. A la muerte de su víctima, seguirá un período de enfriamiento, y cuanto más satisfecho haya quedado del resultado de su “obra”, más tardará en volver a matar”. ¡Escalofriante!
En cuanto a los debates y mesas redondas, a cuál más interesante, Cubelles Noir IV se estrenó el jueves 22 de agosto con la conmemoración del 75 aniversario del desembarco de Normandía, con ponentes tan documentados sobre el tema como Ramon Valls, Pere Cardona (coautor de Lo que nunca te han contado del Día D), José Luís Caballero y José Ramón Gómez Cabezas, moderados por Fernando Martínez Laínez. Hablaron de espías, (y entre los más sagaces no destacaron los alemanes), de la verdadera historia del soldado Ryan y, como no, del Día D, aunque todos coincidieron en que la Segunda Guerra Mundial se ganó en el frente ruso, más que en el famoso desembarco que inició la liberación de la Europa Occidental ocupada por los nazis.
El viernes 23 de agosto, la primera mesa redonda reunió a Prado G. Velázquez y Nacho Zubizarreta, que nos hablaron de la evolución de los personajes LGTBI en la novela negra. Ambos diferenciaron dos fases en la presentación de los LGTBI en la literatura y en el cine: la primera, anterior a los disturbios de Stonewall (Greenwich Village / New-York, 1969) y la segunda, desde esa fecha hasta la actualidad. De la época pre-Stonewall, ambos destacaron los personajes homosexuales, predominantemente masculinos, “que se presentaban como muy marginales, solitarios y sin amigos”. Entre los títulos de esos años citaremos The gay detective (1961), de Lou Rand, El talento de Mr. Ripley (1955), de Patricia Highsmith, con un protagonista, Tom Tipley, amoral, manipulador, sexualmente ambiguo y eventual asesino, y Rebecca (1938), de Daphne du Maurier, llevada al cine en 1940, que nos presenta a una ama de llaves lesbiana, la señora Danvers, personaje torturado que siente una devoción malsana por Rebecca, la primera esposa del protagonista masculino.
Tras Stonewall, la literatura y el cine con personajes LGTBI empezaron a reivindicar los derechos civiles de gays y lesbianas y a denunciar la homofobia presente en muchos países. En cuanto a películas, destacamos Cruising (1980), con Al Pacino en el papel de un policía que se infiltra en los bares gay de New York “donde se practica sexo duro” para atrapar a un asesino en serie, y La semana del asesino (1972), dirigida por Eloy de la Iglesia, que, por primera vez en su cinematografía, aborda claramente el tema de la homosexualidad. Por otro lado, las autoras empiezan a ser reconocidas por sus novelas con personajes LGTBI. Hablamos, por ejemplo, de La diosa ciega (1993), de Anne Holt, protagonizada por una detective lesbiana; Sendero sombrío (1995), de Dominique Manotti, con un comisario homosexual, y Transfixions (1998), de Brigitte Aubert, adaptada para el cine en 2001 con el título de Mauvais genres y protagonizada por un joven travestí. La lista es infinita, sobre todo a partir del inicio del siglo XXI. “Cada vez hay más protagonistas LGTBI y parece que estamos de moda”, bromeó Prado G. Velázquez. Y, como no podía ser menos, Rachel J. Bladovich, la detective protagonista de En blanco y negro, es lesbiana, y Lucas Rozman, el detective privado de Nada es cierto y Juegos salvajes, de Nacho Zubizarreta, es homosexual. ¡Faltaría más!
El preocupante ascenso de la ultraderecha en muchos países europeos mereció una muy interesante mesa redonda en Cubelles Noir. Participaron Jacinto Vicente, Rafa Melero, José María García Sánchez y Francisco Veiga, moderados por Karina Tiznado. Un dato que hace unos años nos habría parecido imposible: “En Suecia, la ultraderecha es la tercera fuerza política, también crece en Dinamarca, gobierna en Hungría, y en Italia, el hasta ahora vicepresidente y Ministro del Interior, Matteo Salvini, proclama “sin complejos” sus ideas racistas, ultranacionalistas y anti-inmigración”, indicó García Sánchez. Pero, ¿Por qué ahora los ultras se vanaglorian de serlo? “Hay miedo a lo diferente y la ultraderecha actual ha cortado su relación con el fascismo histórico. En España, Vox se presenta como algo nuevo y en Francia, Marine Le Pen expulsó a su propio padre del Frente Nacional por ser un antisemita clásico. Actualmente, un porcentaje de homosexuales franceses votan al citado Frente Nacional porque les han “vendido” que está en marcha una invasión musulmana que pretende recortar sus derechos”, explicó Francisco Veiga, historiador que investiga la ultraderecha. Por su parte, Rafa Melero, escritor y Mosso d’Esquadra, considera que “el discurso antiinmigrante cala cuando a uno le ha robado un inmigrante o una banda de inmigrantes”, mientras Jacinto Vicente, abogado y autor de Olot, crónica d’un segrest, opinó que “los medios de comunicación tienen una responsabilidad evidente al buscar los temas que dan audiencia”. Todos los ponentes coincidieron en que la delincuencia debe ser castigada, venga de donde venga, “pero no deberíamos criminalizar a los inmigrantes en general, pues necesitamos gente joven que trabaje en nuestro país. Esta es una condición imprescindible para mantener nuestro sistema de pensiones”, advirtió José María García.
¿Podría ser que la crisis económica recurrente que vivimos contribuya al auge de los movimientos más extremistas e intolerantes? Quizás, aunque lo que sí es seguro es que la base de la novela negra está en la crisis económica, como quedó demostrado durante los años de la Gran Depresión en los Estados Unidos del pasado siglo. Paco Gómez Escribano, Jordi Ledesma, Álvaro Aguilera y Daniel Fopiani, junto a Charo González, opinaron que la novela negra no es novela de misterio, sino aquella que, aparte de una serie de crímenes, plantea cierta crítica social. Y ¿a quienes van dirigidas estas novelas? A lectores de todas las edades, evidentemente, pero deberían encontrar mayor resonancia entre los jóvenes pues “se teme que, en un futuro próximo, un 25% de jóvenes en España se encuentren en riesgo de pobreza, aunque tengan trabajo”, advirtió Charo González. Sin embargo, la lectura no es, actualmente, uno de los entretenimientos favoritos de nuestra juventud. “Soy profesor de FP y he visto cambios tremendos en los alumnos a lo largo de los años. Antes hablaban de cine, libros, etc… ahora, llevan encima el móvil y la tablet, ven a los Youtubers de moda y no saben nada de cine”, expresó Paco Gómez Escribano. Y de crisis, parece que tampoco saben nada, aunque vivimos en una crisis permanente, con contradicciones que afloran más y que, sea como sea, han de ser plasmadas en las novelas, como apuntó Daniel Fopiani al afirmar que “vengo de familia humilde y escribo novela negra porque quiero mostrar la realidad”.
Durante el siglo XX, el boxeo gozó de popularidad en Europa y Estados Unidos y se rodaron un buen número de films, algunos memorables, sobre el lado oscuro del pugilato. ¿Quién no recuerda la mítica película El ídolo de barro (1949), protagonizada por Kirk Douglas, y la más reciente Million Dollar Baby (2004) dirigida por Clint Eastwood? Pero, ¿Por qué hay gente que boxea? ¿Para salir de la miseria? ¿Para canalizar la ira? Sobre Black boxing también se debatió, como no, en Cubelles Noir, entre Jokin Ibáñez, Jordi Dausà, Sebastià Bennasar y Ferran Grau, con Úna Fingal como moderadora. Dausà, que se introdujo en el mundo del boxeo a los 16 años, aunque nunca ha competido, consideró que “quizás el boxeo atrae porque la violencia es explicita”. Jokin Ibáñez opinó que “el boxeo puede ser un medio para salir de la miseria en los barrios marginales”, pero hay mucha gente adinerada que boxea, “puede que por esnobismo”, apuntó Dausà. En cambio, para Sebastià Bennasar, “los perdedores en el mundo del boxeo siempre son los que salen a pelearse” y Ferran Grau formuló la idea de que “los boxeadores van al cuadrilátero para exorcizarse a sí mismos”.
Otra mesa redonda, el viernes 23 de agosto, planteó la posible influencia de los diferentes climas en la novela negra. ¿Influye tanto el calor o el frío para que un individuo pierda el juicio y cometa un asesinato? La charla, apasionante, reunió a Julio César Cano, Empar Fernández, Javier Hernández y Aida Montoya, moderados por Mari Carmen Sinti. La opinión general se decantó por considerar cualquier clima propicio para cometer un crimen. Empar Fernández apuntó que “el clima me influye a mí, pues no soporto el calor y empiezo a imaginar crímenes”, y Javier Hernández, autor de Baraka, entre otras obras, nos cuenta en esta última novela como el calor extremo del desierto “cambia a las personas”. Julio César Cano, que ahora reside en Castellón, lugar de veranos calientes y bochornosos e inviernos muy rigurosos, opinó que el frío también ofrece muchas posibilidades, aunque, junto a Aida Montoya, autora de un relato negrocriminal incluido en la antología El futbol és així, considera que “la soledad, una auténtica lacra social, más que el clima, puede acabar enloqueciendo a un hombre y llevarlo a cometer los mayores desatinos.
Próxima a celebrarse en Barcelona la 37 Edición de la Setmana del Llibre en Català, el festival organizó un animado debate alrededor de la Novel·la negra en català ara i abans. La mesa redonda, celebrada el jueves 22 de agosto, reunió a David Marín, Irene Solanich, Francesc Planas y María Rosa Nogué, con Miguel Ángel Díaz, de SomNegra, como moderador. Las últimas novelas publicadas por estos autores, de temática muy variada, rubrican la buena salud de la novela negra en catalán. Así, aun reconociendo una serie de carencias: “exceso de oferta, falta de crítica profesional especializada y de clubs de lectura en las escuelas, escasez de lectores jóvenes, etc.”, no podemos dejar de dar la bienvenida a Purgatori, X Premi Crims de Tinta, de David Marín; El futbol és així, antología de relatos criminales ambientados en el mundo del deporte rey, de Irene Solanich y otros autores; El professor de Coimbra, de Francesc Planas i La segona mort de Lorenzo Contini, finalista VI Premi Gregal de Novel·la, de Maria Rosa Nogué. ¡Enhorabuena!
La novela negra en la pequeña pantalla centró el debate en una mesa redonda que contó con la presencia de Roger Rubio, Miguel Sáez Carral y Nacho Cabana. Escritores y guionistas de series y programas de televisión, nos deleitaron hablando de libros y sus adaptaciones para la televisión, como es el caso de Heridas abiertas, ópera prima de Gillian Flynn (la exitosa autora de Perdida), de Apaches (adaptada de la novela homónima de Sáez Carral), de The Sinner, serie estadounidense basada en la novela de la escritora alemana Petra Hammesfahr, y de tantas otras. Y tras esta sugerente mesa redonda, llegó el turno de debatir sobre las Fake news que nos invaden. Aquí contamos con Cristina García Ferry, Maribel Medina, Raquel Gámez Serrano y Javier Abasolo, acompañados por el comisario del festival, Xavier Borrell. ¿Qué decir de las Fake news? “Hay algo de verdad, que luego se manipula”, explicó Raquel Gámez, mientras Cristina García Ferry transmitió al público un vaticinio alarmante: “se dice que en 2022 el 50% de las noticias serán Fake news”. “Siempre se ha mentido –apreció Abasolo-, pero hace años descubrir la mentira desprestigiaba al embustero (caso Bill Clinton) y hoy, parece que no importa”. Maribel Medina retrocedió en el tiempo hasta 1835 para descubrirnos que ese año un periódico de New York dio la noticia exclusiva de que con un telescopio se habían descubierto hombres voladores y unicornios en la Luna. Lo que no sabemos es si alguien se lo creyó, aunque nunca se sabe. ¡Parece que lo de las Fake news viene de lejos!
Mucha fantasía difícil de superar la que demostraron aquellos periodistas neoyorquinos en 1835. Pero la Fantasía y la ciencia ficción no podían faltar en Cubelles Noir y sobre este tema versó una de las mesas redondas más delirantes, con Jesús Cañadas, Marc Pastor e Isabel del Río, moderados por Yoli García. Todos coincidieron en que hay obras muy buenas y que algunos autores pueden considerarse clásicos al estilo de H.G. Wells, aunque su obra se haya publicado solo diez años atrás. Cañadas confesó que los escritores de ciencia ficción “proyectamos una imagen del futuro. Avisamos sobre adonde podríamos llegar”, mientras que del Río admitió que “me gusta la fantasía oscura. Mis personajes empiezan la historia en el mundo real y terminan en otros mundos”. Y sobre cómo escribir ciencia ficción, Marc Pastor recomendó leer mucho, en primer lugar, y a continuación “ver más allá de lo que ves. Mirar las cosas desde otro punto de vista. Y cuando por fin escribas, practica la auto indulgencia. Tolérate que no hayas escrito una obra rompedora”.
El domingo 25 de agosto, una última sorpresa esperaba a los asistentes al Cubelles Noir IV: el “robo” del premio otorgado a Kostas Jaritos, recogido por Petros Márkaris. Como en anteriores ediciones, el Grup de teatre del Casal de Cubelles, con Yoli García a la cabeza, investigó el delito con la ayuda de todos los espectadores hasta dar con el/la culpable. Petros Márkaris vuelve a tener el premio en sus manos. ¡Qué alivio!
¡Cubelles Noir 2019 es ya un festival con proyección internacional y Petros Márkaris ha “recuperado” el premio robado! ¿Qué más se puede decir? ¡Muchas felicidades a los organizadores y nos vemos en 2020!