¡El último adiós!
Domingo Villar nos ha dejado de la forma más cruel e inesperada. Joven, lleno de vigor y en plena madurez creativa, un infarto cerebral le sorprendió el lunes en Vigo, su tierra natal, donde ironías del destino, había acudido para cuidar a su madre enferma. Su vida se apagó definitivamente el pasado 18 de mayo en el hospital Álvaro Cunqueiro, dejando huérfano al inspector Leo Caldas y sumidos en profunda tristeza a todos los que tuvimos la suerte de conocerle.
Aunque siempre quiso ser escritor, Villar estudió primeramente Empresariales para complacer a su padre y trabajar, después, en la empresa familiar. Años más tarde, se instaló en Madrid donde formó su propia familia e inició su carrera literaria. Ojos de agua, publicada en 2006 y traducida a varios idiomas inauguró la serie del inspector Leo Caldas, un hombre tranquilo y solitario, tímido y melancólico, amante del mar, del buen vino y del jazz, quizás un alter ego de su creador, que también fue crítico gastronómico en programas de radio.
En Ojos de agua, el inspector Leo Caldas investiga el asesinato de un joven saxofonista, cuyo cadáver aparece en una casa cercana a la playa en la costa gallega. Junto a su ayudante, Rafael Estévez, un aragonés recién llegado a Galicia al que le cuesta comprender la idiosincrasia de esta tierra, se adentrará en las altas esferas y los bajos fondos de Vigo. Su segunda novela, La playa de los ahogados, publicada en 2009, nos trajo el segundo caso protagonizado por Caldas. El cadáver de un pescador aparece en una playa gallega. Podría pensarse que ha muerto ahogado si no fuera porque sus manos están atadas. Sin testigos ni pistas de la embarcación del fallecido, Caldas y Estévez intentarán descubrir la verdad de lo ocurrido, pero toparán con la cerrazón de los habitantes del pueblo. La playa de los ahogados fue adaptada para el cine en 2015, protagonizada por Carmelo Gómez en el papel de Leo Caldas y dirigida por Gerardo Herrero.
Diez años tuvieron que esperar los lectores seguidores del inspector Leo Caldas para que El último barco apareciera en el horizonte literario. Fue en 2019 cuando Mónica Andrade, la hija del doctor Andrade, desapareció sin dejar rastro. La joven vivía en una casa pintada de azul en un lugar donde las playas de olas mansas contrastan con el bullicio de la otra orilla. No se presentó a una comida familiar el fin de semana ni acudió el lunes a impartir su clase de cerámica en la Escuela de Artes y Oficios. El padre, alarmado, recurre al inspector Caldas para que intente averiguar el paradero de su hija. La novela fue finalista del IV Premio de Novela Cartagena Negra y galardonada con el Premio Ciudad de Santa Cruz de Novela Criminal en Tenerife Noir 2020,
Aunque obtuvo fama mundial por sus novelas policíacas protagonizadas por Leo Caldas, en las que nos acercaba a su Galicia natal, Domingo Villar nos descubrió su faceta de cuentista al publicar Algunos cuentos completos en 2021. Se trataba de una recopilación de diez cuentos, seleccionados entre los aproximadamente ochenta que tenía en casa, escritos para sorprender y agasajar a sus amigos cuando le invitaban a cenar. “Además de un buen vino, llevo mis cuentos y, si se tercia, los leo a los postres”. Así era Domingo Villar.
La muerte le sorprendió escribiendo una cuarta entrega de la serie de Leo Caldas, que ya no verá la luz. Hoy, el mundo de la cultura está de luto.