¡Vidas truncadas!
Estamos en 1945. Con apenas quince años, Ginés se ve obligado a dejar la escuela para substituir a su padre enfermo en la recogida de tápenas (alcaparras) en un cortijo almeriense. El sacrificio de Ginés es imprescindible para evitar que su familia se hunda en la indigencia, pero las humillaciones de un patrón despótico y un entorno hostil plantarán en el adolescente la semilla de un odio de consecuencias dramáticas. El año de la sal, un estremecedor thriller rural de la periodista y escritora María Jesús Peregrín, denuncia el trato insoportable que sufrían los jornaleros andaluces a manos de los terratenientes durante los años de la posguerra española.
Como tantos otros jóvenes de su generación, Ginés no tiene opción de elegir. Tiene que ocupar el lugar de su padre enfermo para que el amo le permita retirarse. Su caso no es único. Durante los tres años que Ginés trabaja de sol a sol en los campos de un latifundista que trata a sus jornaleros con un desprecio infinito, conocerá a Matías, un muchacho de su edad que “sabe hacer de todo” para sobrevivir tras la cruenta Guerra Civil, y a Camelia, una joven criada, hija de un maestro de escuela desaparecido (seguramente, muerto) en la guerra. Vidas jóvenes truncadas, aunque todavía mantienen los sueños e ilusiones inherentes a la juventud.
La historia, contada en primera persona por Ginés, nos muestra como los jornaleros son tratados como esclavos por los terratenientes, que los ven como una más de sus propiedades, algo que despierta la indignación del joven y alimenta su resentimiento. A la vez, el lector descubrirá la dureza de las condiciones laborales en profesiones consideradas femeninas durante la primera mitad del siglo XX. Hablamos, por ejemplo, de las reglas impuestas a las maestras de escuela durante la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) si querían conservar su trabajo: prohibido casarse, teñirse el pelo, pintarse los labios y vestirse con ropas de colores brillantes eran algunas de estas imposiciones, tan difíciles de entender en nuestros días.
Junto al miedo, la miseria y la falta de libertades de la posguerra, coexiste el estraperlo, el enriquecimiento abusivo, la hipocresía moral promovida por la Iglesia de la época y los amores furtivos que se esconden tras un matrimonio indisoluble a los ojos de Dios, aunque sea profundamente infeliz. Y, detrás de todo ello, la sal, que se convertirá en un elemento principal de la novela, casi diríamos que en un personaje más.
María Jesús Peregrín nació en Larache, Marruecos. Es periodista y estudió Derecho en Granada. Trabajó en medios de comunicación tan dispares como, Patria, La Hoja del Lunes, Diario de Granada y Diario “Liberación” en Madrid. También en emisoras de radio como M-80 Granada, Radio Minuto Las Palmas, Cadena COPE o TVE en Canarias. En 1979 recibió el Primer Premio de Poesía Ciudad de Almería por su poemario La eternidad está deshabitada. En 2013 publicó su primera novela La Visión Harper (Premio Círculo Rojo a la Mejor Novela Fantasía). Le siguieron El frutero no discutía de mermeladas (2016), Sibila, hija de lobos (2017) y El límite de Roche (2022), un thriller sobre el tráfico de obras de arte y el apasionante mundo de los perfumes. El año de la sal (2024) publicada por Editorial Binomio, introduce al lector en el drama de unos años oscuros no muy lejanos, que no deberían ser olvidados.
¡Atrévete a descubrir El año de la sal! ¡No podrás parar de leer!